El cine de terror ha tenido una buena cosecha este año, y no solo por el regreso de la siempre interesante saga “Scream”, sino por varios ejemplos de material original a tener en cuenta. “Black Phone”, “X” y “Smile” fueron éxitos de crítica y público hace unos meses, y poco después han coincidido en el tiempo dos propuestas tan distintas en tono y planteamiento como la pasadísima de rosca “Terrifier 2”, y el caso que nos ocupa, “Barbarian”.
“Barbarian” comienza con Tess, una chica de viaje por una entrevista de trabajo, enterándose de que, debido a un error, tiene que compartir Airbnb con Keith, ya que se han aceptado las dos reservas. ¿Puede fiarse de Keith? ¿O es así como empiezan muchas películas de miedo... y muchas historias reales de miedo de muchas mujeres?
Esto es todo lo que podemos revelar de la trama “Barbarian” si no queremos fastidiar la experiencia al espectador. Las sorpresas, y cómo la película se reinventa a través de ellas, son uno de sus puntos fuertes, junto a todo un tramo inicial sostenido estupendamente por Georgina Campbell y Bill Skarsgard. Justin Long, nada ajeno a este género si recordamos “Jeepers Creepers”, se incorpora más tarde y supone un alivio cómico y a la vez un potencial villano en nuestras cabezas.
El origen cómico de Zach Cregger (actor de sitcoms de la NBC, y uno de los creadores de “The Whitest Kids U Know”) es una de las cosas que comparte con Jordan Peele, y, como con el autor de “Get Out”, esto se nota –para bien– en la película, junto a lecturas sociales que quizás no están tan claras como las de Peele, pero están. El problema es que, como película de terror, “Barbarian” nunca es mejor que sus primeros cuarenta minutos y, como película en sí, adolece de un tramo final bastante anticlimático y abrupto. “Barbarian” es muy recomendable para cualquier fan del terror, y es una propuesta original, pero no tan original ni tan inteligente como cree.
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