Antidisturbios
Cine - SeriesRodrigo Sorogoyen

Antidisturbios

8 / 10
Luis M. Maínez — 21-10-2020
Empresa — Movistar +
Fotografía — Archivo

Polémica, cruda y genial. “Antidisturbios” es la primera serie del tándem Isabel Peña-Rodrigo Sorogoyen y la tercera entrega de su relato de la España de la última década tras “Que Dios nos perdone” y “El reino”.

“Antidisturbios” es una de las grandes series que nos está dejando este año 2020 la ficción española. Curiosamente, tres de las mejores, “Patria”, “La unidad” y esta última creación de Sorogoyen, tratan el enfrentamiento clásico entre el bien y el mal. Aunque es en “Antidisturbios” donde la línea que los separa es más que fina: imperceptible. Únicamente los individuos se dibujan capaces de marcar una diferencia entre lo correcto y lo incorrecto en un mundo en el que esos adjetivos parecen cada vez más pasados de moda.

Asistimos al periplo por la realidad funcionarial y judicial española de Laia Urquijo, una inspectora de asuntos internos que se nos presenta en una escena familiar en la que se muestra implacable con la verdad incluso si el que intenta escabullirse de ella es su propio padre. En este viaje iniciático por las cloacas del Estado que amenazan con destruir su sistema de valores bien definidos, visitamos las vidas de los miembros del subgrupo Puma93, protagonistas corales de una serie en la Urquijo es el planeta sobre el que orbitan narrativamente los satélites que son los antidisturbios. Pero, claro, también los planetas giran alrededor del sol, siempre tan necesario como inaccesible.

La serie ha provocado reacciones virulentas entre ciertos sindicatos y asociaciones policiales. Dentro de lo absurdo que es señalar a las ficciones como si se trataran de un documental de investigación, llama la atención como los políticos corruptos a los que Sorogoyen hacia referencia en “El reino” apenas se pronunciaron al respecto, mientras que “Antidisturbios” ha merecido hasta comunicados oficiales por parte del entorno de la policía. Una diferencia de formas (la que hay entre policías y políticos) que curiosamente comentan los propios antidisturbios en una de las escenas de la serie y que demuestra la distancia entre ambas maneras de entender el mundo y el servicio público.

“Antidisturbios” brilla gracias a un guion sólido, algo ya habitual en los proyectos que firman Peña y Sorogoyen, y se eleva gracias a su elenco de actores entre los que se incluyen los premiados Raúl Arévalo y Roberto Álamo. También gracias a una propuesta en la dirección que juega magistralmente con el “dentro” y el “fuera” a través del enfoque y desenfoque y los primeros planos. Técnicamente la serie acompaña a la perfección a la trama al no conformarse con una filmación convencional para narrar una historia en la que el bien y el mal no están representados de manera convencional y que se siente cómoda en los grises de la realidad.

Movistar+ vuelve a anotarse un tanto decisivo en su lucha en minoría contra las plataformas de streaming internacionales. “Antidisturbios” es mucho más que una serie policiaca de toda la vida y, encuentra, como ya lo hacían proyectos anteriores de Peña y Sorogoyen, un lugar entre lo social y lo político para que surjan con fuerza grandes dilemas en lo personal y en lo colectivo. Si las tragedias clásicas provocaban la catarsis a través de la vida de los grandes hombres, las tragedias de Sorogoyen provocan incomodidad a través del deterioro institucional de un país tan podrido como parece.

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