Aline

“Aline” viene a discutir los tópicos de los biopics de cantantes, habitualmente marcados por las drogas y adicciones (“Respect”, “Los Estados Unidos contra Billie Holiday”), comportamientos erráticos (“Rocketman”, “Bohemian Rhapsody”) o muertes prematuras (“The Buddy Holly Story”) de los biografiados. Pero, ¿qué polémica puede haber en la vida inmaculada de Celine Dion?

Y, sin embargo, la sexta incursión en la dirección de la actriz cómica Valérie Lemercier –que también encarna a la protagonista–, se presenta como el biopic no autorizado de Dion, que ve su nombre cambiado por el de Aline Dieu (referencia divina que advierte sobre la veneración de los responsables del film hacia la cantante canadiense).

La película explicita esta conexión y el ascenso profesional de Aline está jalonado por los éxitos reconocibles de la cantante real, especialmente su etapa en francés con temas como “D'amour ou d'amitié”, “Ziggy” o “Pour que tu m'aimes encore” –“Aline” es una producción francocanadiense–, pero también de hits anglófonos como el inevitable “My Heart Will Go On” de la banda sonora de “Titanic”. No obstante, la voz de Aline cuando canta no es ni la de Lemercier ni la de Dion, sino de la francesa Victoria Sio.

Cinta agradable que los fans de Dion disfrutarán, prefiere fijarse en la historia de amor de una intérprete de canciones de amor. Así, “Aline” se enamora en la adolescencia de su productor René-Claude Kamar, mucho mayor que ella y con quien se casará pese a la reticencias de su graciosa, pero posesiva, madre; situación que refleja la verdadera historia de Dion con su productor René Angélil, veintiséis años mayor y con quien estuvo casada hasta la muerte de este en 2016.

Muy bien interpretada por los actores secundarios quebequenses (Sylvain Marcel como Kamar y Danielle Fichaud como la madre), el film está pensado como reto interpretativo de Lemercier. Reciente ganadora del César, encarna a Aline incluso de niña, efecto extraño que quiere incidir en el excepcional don vocal de la protagonista.