Especial The Replacements - Let It Be: Ampliando los horizontes del rock alternativo
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Especial The Replacements - Let It Be: Ampliando los horizontes del rock alternativo

Sergio Ariza — 27-12-2024
Empresa — Rhino
Fotografía — Carátula del disco

Se podría decir que 1984 fue uno de los años más importantes de la historia del naciente rock alternativo, un año en el que cambió su curso y, desde Minneápolis, se fundieron varios estilos.

Fue el año en el que dos bandas de esa ciudad sacaron dos discos fundamentales. Hüsker Dü sacó el doble "Zen Arcade" y se encargó de demostrar a la escena 'underground' y Hardcore que la melodía y el punk podían ir de la mano, mientras que los Replacements rompieron todavía más esquemas uniendo a R.E.M. y a Minor Threat y llamando a su disco como uno de los Beatles "Let It Be" o haciendo una versión de Kiss. El rock clásico dejaba de ser tabú.

Los Replacements habían comenzado dentro de la escena del hardcore punk, tocaban duro y rápido, y habían sacado ya tres discos, pero su principal compositor y líder, Paul Westerberg, se estaba hartando de las restricciones del género y, puede que más importante, de su propia banda. No hay que olvidar que cuando les presentó en el local de ensayo su primera balada, "You're Getting Married One Night", solo encontró el silencio como respuesta, roto por el guitarrista Bob Stinson que le dijo "guárdate eso para tu disco en solitario Paul, eso no son los Replacements".

Pues bien en "Let It Be" Westerberg pasa de que le digan lo que pueden o no pueden ser los Replacements y entrega su mejor y más variada colección de canciones, en la que caben todavía escupitajos hardcore, pero también toques 'jangle', lamentos agridulces sobre la adolescencia que sonaban a los años 50, rock clásico y, sí, una balada al piano sobre dos chicos de género ambiguo profundamente enamorados el uno del otro.
Aquí va un repaso canción a canción de este disco con el que los Replacements ampliaron su alcance y ambición, además de abrir las puertas a todo el movimiento del rock alternativo americano:

I Will Dare
No se puede empezar mejor, esta es posiblemente la mejor canción de su carrera, y no solo lo digo yo sino su propio autor quien nada más terminar de componerla llamó al productor de "Hootenanny", que acababan de terminar de grabar, para decirle "acabo de escribir la mejor canción de mi carrera, tenemos que grabarla".
Pero ese disco ya se había completado y la dejaron para el siguiente, este "Let It Be", un disco que, en un principio, les iba a producir Peter Buck, guitarrista de la principal banda del naciente 'college rock', otro de los nombres que recibía el rock altenativo, R.E.M., pero en plena demostración del desastre que podían llegar a ser, cuando llegó el momento de grabar con Buck apenas tenían canciones para grabar. Así que Westerberg rescató esta maravilla que iba muy bien con ese 'jangle' que practiban los de Athens, además Tommy Stinson con su bajo y Chris Mars a la batería le daban el impulso necesario a la más perfecta canción pop que había hecho hasta ese momento Westerberg. Bob Stinson no estaba muy por la labor de hacer un solo en una canción pop, así que fue el propio Buck el que lo hizo, dándole un sabor casi honky tonk, con Westeberg metiendo al final un instrumento que también terminaría relacionándose con Buck, la mandolina.

Pero es que, además de tener la mejor melodía del disco, la voz principal de Westerberg es una obra maestra de fraseo e interpretación; no limitándose a recitar la letra, sino que intensifica su significado, como ese momento en el que canta "How smart are you? How dumb am I?", los Replacements suenan gloriosos en la canción que demostraba que estaban ampliando los horizontes del rock alternativo.

Favorite Thing
Como si quisiera hacer las paces con Bob Stinson, "Favorite Thing" es el momento más vitaminado de este "Let It Be", además de un perfecto resumen de los Mats clásicos, un periodo que abre este disco, en el que la inigualable sensibilidad pop de Westerberg se funde a magníficamente con la vehemencia desenfrenada del grupo. El trabajo del mayor de los Stinson a las seis cuerdas es sencillamente magistral, desde como colorea la canción desde el comienzo hasta su feroz solo del final, probablemente su mejor momento del disco.
La canción no sigue el esquema de estrofa estribillo estrofa puente estribillo, sino que es algo mucho más desorganizado, algo así como estrofa estrofa estrofa estribillo estribillo y puente. Una canción perfecta para meterse en el caos y la gloria que suponen los Repalcements en su mejor momento, exactamente la trilogía que va desde este disco hasta "Pleased To Meet Me".

We're Comin' Out
Por si alguien se creía que los Mats olvidaban sus orígenes esta canción estaba ahí para recordar que no era así. Este tema de “Let It Be” suena como un tren a punto de descarrilar reviviendo la furia hardcore de sus inicios pero con un toque más juguetón, como se puede comprobar en ese cambio hacia el piano y el chasquido de dedos tras el parón con otra de esas letras de Westerberg que capturan a la perfección la esencia de la banda: "One more chance to get it all wrong".

Tommy Gets His Tonsils Out
Si el resto de los Mats estaba en la mitad de la veintena, más o menos, Tommy Stinson solo tenía 17 años mientras grababan "Let It Be" y 18 cuando salió a la calle. Para Westerberg Tommy representa su hace poco perdida adolescencia y ese descontento juvenil que le sigue acompañando, en esta gráfica canción sobre su visita al médico para que le saquen las amígdalas, Westerberg vuelve a mostrar su desconfianza hacia las figuras autoritarias, en este caso el médico. La canción es de las menos notables del disco pero aun así, contiene esas guitarras como sierras mecánicas que seguro que dejarían más que satisfecho a Johnny Ramone.

Androgynous
Con esta canción Paul Westerberg se adelantó años musicalmente y décadas en el contenido lírico. Se trata de una balada de piano con solo eso, voz y piano, todavía faltaban años para que Elliott Smith demostrara a la nación alternativa que se podía ser alternativo sin tener que gritar o rodearse de un muro de distorsión y décadas (esperemos que estemos ya ahí, aunque todavía no lo tengo claro) para que esta historia de amor entre dos chicos andróginos que no se ven afectados por los prejuicios de la gente sobre sus inclinaciones sexuales no convencionales y reflexionan en la canción sobre ese día en el que la gente verá lo ridículo que es insultarles y se avergonzarán por ello, como, supuestamente, hacemos en estos tiempos sobre normas sociales anticuadas como el machismo o la homofobia...
No hay otra canción en el canon de los Replacements como esta, quizás su momento más sentido y de aceptación de lo que no entendemos, algo por otra parte perfecto para esta banda de inadaptados.

Black Diamond
Que los Replacements decidieran hacer una versión de Kiss en este disco fue casi tan rompedor como que decidieran meter "Androgynous" y es que en 1984, y tiempo después, abrazar el disfrutable y estúpido rock de estadio era una declaración de intenciones verdaderamente radical. Westerberg y cía seguían ampliando el vocabulario del rock alternativo. Estos defensores de lo que se oía a la izquierda del dial venían a decir que también podías levantar tu puño y disfrutar con una canción aunque saliera en los 40 principales, siempre y cuando pudieras roquear con ella.

Unsatisfied
La segunda mejor canción del disco y otra de las absolutas maravillas de "Let It Be" era esta canción que se abría con un instrumento tan poco indie como la guitarra acústica, al que luego se sumará otro como la 'lap steel', claro que en el momento en el que entraba la banda era puro rock clásico, puede que hasta un poco 'springstiniano', pero esto no suena con la pulcritud de una E Street Band sino como un barco se hunde, esto es como los propios Replacements, posiblemente borrachos, con Tommy olvidándose alguna nota, Bob tocando las incorrectas y Paul sufriendo para alcanzar algunas notas altas. Eso sí, su rabia imperfecta es perfecta para esta canción sobre un tipo que se enfurece contra la mentira que parece ser su vida y llora por lo insatisfecho que está, la historia de la vida de los Replacements, con Westerberg impregnando su voz con cada gramo de esa rabia.

Seen Your Video
Una canción con mucho potencial, básicamente instrumental, con buenos momentos de Bob Stinson a la guitarra y un título en el que tiran de ironía sobre la nueva moda de la época, los carísimos vídeos musicales. Al final Westerberg berrea la metáfora "Seen Your Video, It's Only Rock'N'Roll, We Don't Wanna Know".

Gary's Got A Boner
Quizás la canción más floja de todo el disco, y una de las razones por las que creo que la obra maestra de los Replacements es el inmaculado "Tim" y no este "Let It Be". La canción es estúpidamente divertida, y da la oportunidad a Bob Stinson de brillar con la guitarra pero una canción sobre pollas empalmadas resta un poco de fuerza emocional a los otros temas del disco...

Sixteen Blue
Absolutamente increíble que después de "Gary's Got A Boner" los Replacements se desnuden emocionalmente con esta maravilla llamada "Sixteen Blue". Quizás Westerberg necesitaba contar un chiste antes de tener el valor de hablar de la adolescencia, posiblemente el periodo más confuso en la vida de un ser humano, con esta madurez: "Brag about things you don’t understand / A girl and a woman, a boy and a man / Everything is sexually vague / Now you’re wondering to yourself / That you might be gay". Musicalmente es la canción más bonita de todo el disco, con las guitarras de Westerberg y Stinson perfectamente cruzadas y uno de los mejores solos del primero.

Answering Machine
Los Replacements no podían terminar este disco de una forma corriente, así que lo hacen con una canción sobre un contestador que es, básicamente, un riff de guitarra eléctrica que acompaña a una letra que se queja de la barrera de comunicación que supone el contestador automático ante alguien que está ausente, "¿Cómo le dices te echo de menos a un contestador? ¿Cómo le dices que te sientes solo a un contestador? Odio tu maldito contestador".
Los Replacements se convertían con este disco en el eslabón perdido entre el rock clásico y el punk, el grupo que dejaba claro que no había tanta diferencia entre Keith Richards y Johnny Ramone. Discos como “Let It Be” les convertían en una de las mejores bandas de rock, alternativo o no, de la década.

 

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