Diez años después ¿qué ha sido de The Sunday Drivers?
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Diez años después ¿qué ha sido de The Sunday Drivers?

Eduardo Izquierdo — 24-11-2020
Fotografía — Archivo

El 12 de mayo de 2010, desde su página de Facebook, y a las dos de la madrugada, The Sunday Drivers anunciaban que el concierto que darían el 17 de julio en el Festival Internacional de Benicàssim sería el último de la banda. Lo hacían explicando que “para algunos será tarde, para otros pronto, quizá una sorpresa, quizá no, para algunos será innecesario y para otros indispensable, para otros algo triste, para otros nada”.

Una auténtica sorpresa para un grupo que había logrado con su último álbum del momento, The End Of Maiden Trip(09), una nominación para los Premios de la Música como Mejor Disco de Pop Alternativo. Era evidente que los tiempos de “Little Heart Attacks” (04), o su continuación, “Tiny Telephone” (05) habían pasado. Aquella efervescencia hacia la banda se había convertido en una situación de normalidad. El grupo hacía sus discos, vendía el número de copias más o menos esperado y seguía teniendo un montón de conciertos, pero ya no crecían y sus componentes empezaron a resentirse de ello y a plantearse si valía la pena seguir o era el momento, como amigos, de dejarlo correr.

El propio Jero Romero, cantante de la banda, quiso dejarlo claro poco después del anuncio oficial de la separación desde su blog personal, declarando que hasta ese momento había sido la mejor experiencia personal de todos los componentes del grupo pero que “hay cosas que acaban sin una explicación única y clara. Incluso cosas bonitas. Y de haberla no lo diría”. Sí, está claro que esa última frase deja las dudas en el aire, pero nunca las sabremos. Y de aquello ya han pasado diez años. Una década en la que lejos de desaparecer completamente, algunos de los miembros de The Sunday Drivers se han convertido en parte fundamental, con sus otros proyectos, de la escena alternativa patria. Y a ello nos vamos a dedicar en los siguientes párrafos.

Curiosamente, los recordamos a los diez años de su separación y el grupo tuvo una vida cercana a ese mismo tiempo. En concreto fueron once años los que pasaron entre que la banda toledana empezara a ganar varios conciertos locales en Castilla La Mancha y el ya citado concierto de despedida en el FIB. Tiempo en el que grabaron cuatro estupendos álbumes que amenazaban con convertirlos en algo muy grande. Comparaciones con The Beatles o con los más contemporáneos Stereophonics caían constantemente y Europa parecía abrirles los brazos de par en par, con especial atención por Francia donde eran auténticos ídolos.

Su primer disco, firmado con el título del nombre de la banda, fue editado por la independiente Rock Indiana, siempre atenta a sonidos cercanos al power pop, y en él aparecían como componentes el ya conocido Jero Romero, Fausto Pérez, Miguel de Lucas, Carlos Pinto y Julián Maeso. Una formación que mantuvieron cuando dieron su gran pelotazo, “Little Heart Attacks”, un año después con canciones tan infalibles como “On My Mind” o “Love, Our Love”. Poco tardaríamos en tener que añadir como componente de la banda a Lyndon Parish y también, de forma más puntual, a Martí Perarnau y Charlie Bautista pero ¿qué ha sido de todos ellos diez años después?

Jero Romero

Principal compositor del grupo, Jero era y es un auténtico constructor de hits. Con una capacidad envidiable para la melodía publica en 2011 su primer disco, “Cabeza de León”, al que sigue “La grieta” en 2014, ambos producidos por su compañero en The Sunday Drivers Charlie Bautitsta, y publicados gracias a sendas campañas de crowdfunding. Pese a que se trata de dos muy buenos discos, con grandes críticas en la prensa nacional, Romero no consigue que su carrera como solista acabe de arrancar, y en 2015 desaparece, esta vez, sin ninguna explicación hasta que hace apenas unos meses, en febrero de 2020, reaparece presentando un par de canciones nuevas en Radio 3. Virginia Díaz, locutora de la cadena, aseguraba para DMúsica que “las nuevas canciones de Jero son un regalo. Cuando me llegaron estuve toda la mañana escuchándolas con la piel de gallina –literal- y no sabía muy bien qué decir porque me inspiran todo y me sentía, me siento, pequeñísima cuando intento describir lo que pasa al escucharlas”.

Julián Maeso

Probablemente el que más éxito ha conseguido de todos los Drivers originales. Después de formar parte de las bandas de Quique González o M-Clan, Maeso ha sabido labrarse una carrera en solitario que solo despierta admiración, basando su propuesta en sonidos que vienen del otro lado del Atlántico, especialmente en sus inicios, del Delta del Mississippi y de Nueva Orleans. Con su tercer álbum en solitario,Somewhere Somehow (16) ficha por una major como Sony, y aunque no se ha convertido en un artista súper ventas (¿quién lo es?) sí que ha conseguido afianzar una carrera seria y respetada.

En su currículum se puede permitir el lujo de escribir que su Hammond se ha puesto al servicio de grandes de de la historia como Irma Thomas o Betty Harris, y que ha abierto conciertos para Jakob Dylan, Iggy Pop o Paul Weller. Eso sí, Maeso fue el primero en poner en duda la aparente separación amistosa de The Sunday Drivers al declarar en Efe Eme que “me marcó ver como un grupo puede ascender muy rápido y cómo funciona el meollo de la música, y los festivales. He vivido cosas muy grandes: viajes por toda Europa, festivales, grabar en San Francisco. Pero tengo un mal recuerdo a nivel humano”.

Fausto Pérez – Miguel de Lucas – Carlos Pinto

El guitarrista, el bajista y el batería de The Sunday Drivers aprovechan el fin de la aventura para dar forma, junto a Martí Perarnau –también colaborador habitual de la banda– a Mucho, grupo que pone en circulación su primer disco, de título homónimo, en 2011, con la producción de Ricky Falkner (Egon Soda, Standstill). Parecen la continuación natural de los “domingueros”, aunque poco a poco la banda se va deslavazando y en la actualidad solo Perarnau sigue en sus filas. Trabajando y poniendo sus instrumentos al servicio de unos y otros, o incluso abandonando por completo la música –Fausto es ahora diseñador de webs– quizá el que ha tenido mayor repercusión ha sido Carlos Pinto cuya batería ha sonado para Cooper, Sidonie, Paul Weller o Steve Craddock.

Lyndon Parish

Este tipo nacido en Swansea se unió al grupo durante la grabación de su segundo disco, “Little Heart Attacks”, ayudando a Jero en las tareas de compositor, especialmente con el inglés, y arreglando algunos temas. Rápidamente se convirtió en una figura esencial para la banda. A pesar de su innegable talento, el final del grupo lo hizo deambular por combos que estaban varios escalones por debajo de lo que acababa de vivir. Bandas como Lluvia Rojo, Darío Lofish o, especialmente, No Band For Lluvia que conseguirían hacer algo de ruido con su debut “Dead End” (11), contaron con su habilidad instrumental, pero ninguna acabó de cuajar.

Charlie Bautista

Curioso que, junto a Maeso, uno de los miembros de The Sunday Drivers con una carrera musical más importante, y sobre todo consolidada, fuera este actor secundario. Además de tocar con los toledanos, básicamente supliendo al citado Maeso, Bautista se encargó de la producción de los dos discos de Jero Romero. Miembro habitual de los Amigos Imaginarios de Santi Campos, ha trabajado con Christina Rosenvinge, de la que durante mucho tiempo fue su auténtica mano derecha, Russian Red, Tulsa, Coque Malla y, ahora, Xoel López. Además es uno de los miembros entrantes y salientes de esa súper banda que responde al nombre de Egon Soda con miembros de Standstill, Nudozurdo o Love Of Lesbian.

Echando la vista atrás, es fácil llegar a la conclusión –al final es algo numérico– que a más de la mitad de The Sunday Drivers las cosas, en lo musical, no les fueron bien tras su disolución. Quizá, por ello, las preguntas a sus miembros sobre una posible reunión han sido constantes. En una entrevista realizada a principios de este año para ElDiario.es Miguel de Lucas asegura que “sigo recibiendo alabanzas de aquella etapa. La repercusión sigue ahí y a mí me alegra mucho que la gente se acuerde del grupo”, mientras que Jero Romero, en el mismo medio, parece cerrar la puerta por enésima vez a cualquier intento de reunificación. “Está bien cerrado y es muy difícil que volvamos, pero si se diesen tres carambolas y más en los tiempos en los que estamos, y volviésemos... Pues sí, pero, ¿y qué más da? Si no hace daño a nadie…”. Fueron lo que fueron, y ahora son lo que son. Primero un grupo único, y ahora un recuerdo. Por ellos está bien así. Por nosotros…

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