"Suicide Notes" se podrá ver en Barcelona desde mañana jueves y hasta el domingo 12 de enero en Antic Teatre. Les recomendamos que no se la pierdan. Para conocer mejor el espectáculo entrevistamos a uno de sus ideólogos, Marc Caellas.
La anterior obra en la que trabajasteis conjuntamente David Torres y tú parte de un ensayo/crónica de este, "Cielo", y vuestro trabajo consistió entonces en una adaptación escénica de la misma ampliada con documentos de época y música en directo. Ahora, que os enfrentáis a una obra totalmente nueva, ¿cómo ha sido el proceso de creación?
Nos dimos cuenta que los dos necesitábamos hacer una obra sobre el suicidio. Que el tema nos daba tanto respeto como fascinación. Queríamos indagar por qué tipos brillantes como Édouard Levé se iban en momentos vitales de plena vitalidad, jóvenes, vivaces, sanos. Luego vimos que quizás esas muertes no fueran la muerte de la vida, sino que con su suicidio estas personas encarnan todo lo contrario: la vida de la muerte. Teníamos claro que queríamos montar una banda, como nuestros admirados Warhol y Malcolm McLaren hicieron en su día. Teníamos claro que no queríamos moralizar ni buscar explicaciones ni ofrecer respuestas. A partir de ahí empezamos a leer, conversar, escribir y se fue armando. Disfrutamos de una residencia artística en Madrid, en Conde Duque, donde empezamos a armar el puzzle o collage escénico.
"Quisimos unir el magnetismo de los conciertos con la poética de ciertas instalaciones de arte contemporáneo"
¿Por qué una obra sobre el suicidio? ¿De dónde surge la idea de "Suicide Notes"?
Quisimos unir el magnetismo de los conciertos con la poética de ciertas instalaciones de arte contemporáneo. También nos dimos cuenta que las notas de suicidio son un intento, el último intento, de iniciar un diálogo. Es lo que tratamos de hacer nosotros, abrir una conversación. Comunicar siempre es imponer algo, un discurso, una verdad, un sentimiento, etcétera. En cambio en una conversación no se impone nada.
Existen otras obras teatrales que se han estrenado más o menos recientemente y que hablan del suicidio, pero siempre en términos de prevención y dando cuenta de jóvenes que intentaron quitarse la vida pero no lo consiguieron ("No m'oblideu mai", de Llàtzer García, por ejemplo). En vuestra obra, sin embargo, todo son notas reales de suicidas exitosos. ¿Qué podemos extraer de las últimas palabras de un suicida que vayan más allá de su gesto final que es el propio suicidio?
En algunos casos la nota de suicidio condensa en pocas palabras toda la obra de un creador. Es una suerte de testamento artístico, un retrato complejo de esa alma que se encarnó en ese cuerpo durante un tiempo. En el proceso de creación de la obra entendimos que la mayoría de notas de suicidio hablan de amor. Es un buen ejercicio plantearse qué nota escribiría cada uno de nosotros.
¿Qué diferencias hay en esta obra ya definitiva (si se puede considerar así) que podremos ver estos días en Barcelona y la primera versión que se presentó en el pasado Festival TNT de Terrassa?
Nada es definitivo, mucho menos las "obras". Hubo ciertas circunstancias de las que no vale la pena hablar, que nos forzaron a cambiar de intérpretes y músicos, y creemos que el resultado final se benefició de esos cambios. La experiencia en Terrassa con el público y con esa sala tan peculiar que es la Nova Jazz Cava fue muy especial, pero no era exactamente lo que nos habíamos imaginado David y yo. En el Antic Teatre, con esa magia que se respira dentro, hemos podido terminar de ajustar la pieza a lo que soñamos. Sumar la experiencia y savoir faire de un poeta y performer como Esteban (Feune de Colombi) con la juventud y la explosividad de una cantante y actriz como Sara (Vidal) nos ha regalado momentos brutales.
¿Qué dirías que aporta la presencia musical de M.O.N.K. sobre el escenario tocando música en directo?
Aportan todo y más. A Juan Pablo lo conozco y sigo desde hace varios años. Es un tipo con una sensibilidad muy especial, siempre metido en múltiples proyectos de jazz, teatro, poesía, un crack que parece disfrutar de juntarse con diletantes como nosotros. Es un lujo tenerlo en "Suicide Notes". A Antonio no lo conocía hasta hace unos meses que fui a una fiesta de cumpleaños en un sótano medio secreto, donde tocaban. Ahí tuve una especie de revelación y me dije: esta es la banda que necesitamos. Por suerte pudimos ajustar fechas y tempos, y aquí estamos. Vale decir que el trabajo con Mau Boada (Esperit!) también fue fantástico. Los músicos están hechos de una pasta especial. Una de mis múltiples frustraciones es no saber tocar ningún instrumento.
Escribe Xavier Bassas en La Directa que, más allá de cuestiones paternalistas, el suicidio es una posibilidad siempre abierta para los seres humanos. ¿Queréis con "Suicide Notes" obligar al espectador a que se vuelva consciente de dicha posibilidad?
Nos parece que una vez que aceptas que ni en la muerte hay respuestas, te das cuenta de que los supuestos problemas de tu vida no son tan relevantes, y eso permite disfrutar de momentos de razonable felicidad. El suicidio es un tren nocturno, que diría Martin Amis, un tren que te lleva velozmente a la oscuridad, o a la luz. Tranquiliza mucho saber que siempre puedes subirte a ese tren, pero seguramente es mejor no tener prisa por hacerlo.
Entre los diferentes artistas de los que se leen sus notas de suicidio en el escenario hay varios músicos (Kurt Cobain, Sid Vicious), ¿por qué escogisteis a estos músicos y no a otros?
Un criterio fue escoger a creadores que nos hubieran marcado, influenciado o inspirado en algún momento de nuestra vida. Con esas limitaciones dejamos fuera casos muy potentes como los de Per Ohlin, el cantante de la banda noruega Mayhem, o el caso del cantante coreano Kim Jong-Huyn, que le dejó su nota de suicidio a una amiga en Instagram. Otro criterio era la poética de su nota de suicidio y también el momento vital. A partir de ahí organizamos una dramaturgia en la que las notas de suicidio se convierten en las letras de los temas musicales que toca la banda.
¿Hay alguna diferencia entre cómo un músico percibe el fin de su vida y el modo en el que otros artistas de otras disciplinas se enfrentan a dicho momento?
No me veo capaz de responder esta pregunta. En "El dios salvaje. Ensayo sobre el suicidio", seguramente el mejor libro que leí sobre el suicidio, Al Alvarez dice que hasta el siglo veinte los suicidios de artistas eran excepcionales. A partir del siglo XX hay un cambio radical y desde entonces pareciera que cuanto mejor es un artista más vulnerable es al suicidio. Una de las razones es que la constante necesidad de experimentar, innovar o destruir los estilos aceptados altera el propio rol del artista. La exploración técnica implica una profunda exploración interior que te lleva a preguntarte qué es lo que eres y para qué haces lo que haces.
¿De qué músico os hubiera gustado saber sus últimas palabras antes de suicidarse?
Quizás de Chris Cornell, o de Michael Hutchence. Ambos se mataron en habitaciones de hotel, un tema que aparece en "Suicide Notes" tirando del hilo del suicidio de Cesare Pavese en el hotel Roma, de Turín, que nos llevó luego a ir hasta el Hotel Don Jaime, de Castelldefels, donde se suicidó el gran actor George Sanders. Las habitaciones de los hoteles son peligrosas.
Para aquellos fans de la música que no os conozcan y nunca hayan presenciado ninguno de vuestros espectáculos y que no suelen ir al teatro, ¿en qué les diríais que consiste exactamente este concierto audiovisual titulado "Suicide Notes" y qué habrán de sacar de él si se animan a participar en esta catarsis colectiva?
Hemos tratado de apropiarnos de la energía colectiva que circula en los conciertos para potenciar la experiencia por encima del espectáculo. Creo que hacemos teatro para provocar la mirada del espectador, y queremos seducir a ese espectador de modo que no pueda dejar de seguir mirando. Hemos quitado las gradas de la sala para permitir que el espectador tenga la libertad de acercarse y alejarse de los intérpretes durante la obra, para hacer su propio recorrido por el espacio, para que el espacio le haga cosas a ese espectador, que lo abrace, que lo agarre, que lo empuje, que lo estruje. La instalación permite que a uno le salgan sonidos en relación a ese espacio, en relación a sus texturas y volúmenes.
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.