¿Qué ha cambiado en vuestro día a día en la carretera desde los inicios a esta última gira? ¿Qué echáis en falta del principio?
Han cambiado muchas cosas, todo se ha profesionalizado. Ahora contamos con una estructura mucho mas sólida y con un equipo humano y profesional increíble, pero lo esencial, que son las ganas de tocar y disfrutar en el escenario, sigue intacto desde el principio.
¿Qué no se puede olvidar en local a la hora de cargar la furgoneta de Shinova?
Habría que preguntárselo a la crew, que sin ellos posiblemente se quedaría en tierra más de un bártulo…
Por cierto ¿Quién lleva el bulto o maleta más grande? ¿Y qué lleva dentro?
La maleta más grande la suelo llevar yo (Gabriel), y la verdad es que es absurdo, porque al final no utilizo ni la mitad de la ropa que llevo dentro.
¿Qué se escucha en la furgoneta de Shinova para quemar kilómetros?
Este último año ha sonado mucho Peregrino, de Carlos Ares. Es un discazo.
¿Sois de parar a comer a mesa y mantel o atraco a la gasolinera?
Generalmente intentamos parar con tiempo para comer bien, que pasamos mucho tiempo fuera de casa y si no nos cuidamos un poco se acaba notando, sobre todo en la cabeza.
Algunas de vuestras canciones han adquirido otra dimensión gracias al directo. ¿Es así? ¿Qué tema no se puede caer del set list pase lo que pase? ¿Sois de modificar la lista sobre la marcha según vaya el bolo?
Tenemos varios repertorios preparados, según el concierto y el tiempo de bolo, pero dejamos algo de margen a la improvisación. Todas las canciones son más intensas en directo, pero por decir alguna, “Mirlo Blanco” siempre acaba siendo una fiesta.
Ahora os pillamos en sala. ¿Vuestro hábitat? Conseguir la distancia corta en los festivales y sobre todo en algunos, difícil ¿no?
Nos sentimos muy cómodos en los dos formatos, tanto en salas o pabellones como en los festivales, porque de alguna manera, en ambos mantenemos una cercanía similar, así como la intensidad de lo que es un concierto de rock, sin importar demasiado el aforo.
Y antes de subir al escenario. Algún ritual, alguna manía… ¿Algo especial que no pueda faltar?
Abrazos. Somos de abrazarnos y besarnos mucho, que para ser del norte, no es poco.
Ya sobre el escenario. ¿Qué no puede fallar? ¿Aspectos técnicos que cuidáis? ¿Aspectos anímicos?
Intentamos que no falle nada, y para eso vuelvo a nombrar a nuestra crew, que son el mejor equipo que se puede tener. En cuanto a la parte anímica, intentamos subir siempre en las mejores condiciones emocionales posibles, pero cuando no puede ser así, que hay días y días, tiramos de estómago y lo damos todo de la misma manera. Es lo que nos toca.
Bajáis y… ¿Protocolo fans y a dormir? Por cierto ¿Quién es el último en llegar al hotel? No vale acusar a los técnicos…
Generalmente nos vamos todos en bloque. Como mucho, de vez en cuando nos quedamos charlando en el hotel, pero lo más habitual es que hagamos desbandada cada uno para su habitación.
Latinoamérica tres veces, los mejores festivales nacionales… Próximos objetivos a donde llevar vuestro directo.
Pues aún queda muchos conciertos hasta el 27 de diciembre, que es cuando acabaremos la gira en el Wizink. Hasta entonces, el objetivo es seguir aprendiendo y disfrutando de esta gira.
Anécdota que se pueda contar de la banda en gira…
Hay unas cuantas… Una vez vimos un OVNI cerca de Albacete, pero nadie nos cree.
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