Básicamente, rock & roll, era una forma que utilizaban en los guetos negros de EEUU de referirse al sexo, pero es que, a nivel popular, esa unión también quedó claro cuando se produjo el gran big bang y el rock & roll entró en las casas de la América blanca y conservadora, la aparición de Elvis Presley y su archiconocida actuación en el programa de Milton Berle cantando "Hound Dog" mientras meneaba la pelvis más famosa de la historia.
Elvis salió sin guitarra y se puso juguetón con el micrófono, comenzó a ralentizar el tempo de la canción hasta convertirla en un blues insinuante y comenzó a utilizar el pie de micro como si fuera un elemento fálico o el cuerpo de una mujer, lo suficiente para que diez minutos después de su actuación la centralita de la NBC, la cadena que lo emitía, estuviera colapsada de mensajes furiosos de personas afirmando que aquel exhibicionismo era un pecado mortal y que el rock & roll era la música del diablo. Berle, todo un visionario, vio en aquella avalancha de protestas y lamentos, lo que realmente había, montañas de dinero.
Desde entonces el rock ha utilizado la sexualidad de todas las maneras posibles, Little Richard trajo la ambigüedad sexual, los Stones querían pasar la noche juntos, Hendrix hacía el amor con su guitarra y Prince combinaba todo lo anterior. Pero los ejemplos más conocidos siempre han sido desde la perspectiva masculina, así que ¿qué pasa con las mujeres, el rock y el sexo? ¿Solo han sido el objeto pasivo de las atenciones masculinas?
Pues no, ha habido unas cuantas que han contado la perspectiva femenina sobre el sexo y la han llevado hasta sus últimas consecuencias. Así que, comenzando con los mensajes naif de los 'girl groups' de finales de los 50 y comienzos de los 60 y llegando al sexo en el escenario de las Rockbitch, sin olvidarnos del ‘shock rock’ de Wendy O Williams o ese grupo de groupies llamado las GTO's, vamos a hacer un breve repaso por la relación entre rock y sexo, desde una perspectiva femenina.
Girl Groups
"Esta noche eres mío por completo, das tu amor tan dulcemente. Esta noche la luz del amor está en tus ojos, pero, ¿me amarás mañana? Es esto un tesoro duradero ¿O sólo un momento de placer? ¿Puedo creer la magia de tus suspiros? ¿Me seguirás amando mañana?". El pero más importante de la historia del rock & roll, hasta ese momento el rock tenía dos temas principales, que dirían los Prefab Sprout, coches y chicas. O lo que es lo mismo montar en coches rápidos y conseguir chicas para tener sexo. De repente las Shirelles, y la compositora principal de la canción, Carole King, daban a la chica la oportunidad de decir lo que toda adolescente de finales de los 50 y principios de los 60 se preguntaba, ¿bien y después del sexo qué? Porque evidentemente era a las chicas a las que se miraba mal y se señalaba con el dedo cuando perdían la virginidad. Los chicos eran unos machotes y tener una muesca más en su revólver, o en su pistola del amor (que diría Paul Stanley), era un motivo de orgullo. Pero, para las chicas, era una mancha imborrable.
Normal, entonces, que esta canción que subió a lo más alto de las listas de ventas, fuera considerada "demasiado sexual" y prohibida por la Iglesia Católica, Los grupos de chicas dieron una voz a todo un género que solo era visto como un objeto sexual en su gran parte. Las Ronettes eran las chicas malas y las Shangri-La's las que describían más gráficamente lo que pasaba después de esa primera noche de sexo, que te tocaba recordar pasear por la arena, mientras él ya estaba con otra.
Fue un primer paso, aunque no el definitivo, estos grupos estaban bajo la dirección de hombres que les producían y escribían las canciones, muchas veces pensando en qué debería estar pensando una adolescente, "Mi novia ha vuelto y vas a estar en problemas" o, mucho peor aún, "Me golpeó y lo sentí como un beso", nuevamente con Carole King y Gerry Goffin como compositores, basándose en algo que les había dicho su niñera. Eso sí, Phil Spector, el gran gurú del sonido de los grupos de chica, no vio nada alarmante ni satírico en ello y creó un arreglo tan brutal y salvaje como una canción que promueve la violencia doméstica puede ser. Creo que todos sabemos cómo terminó Spector...
Las dos Ladybirds y el Top Less
A mediados de los 60 la cultura se abre paso hacia la liberación sexual, llegan la píldora, la revolución sexual o el amor libre de los hippies, aunque para la mayoría de ellos, eso significa que se pueden acostar con quien quieran mientras que ellas no. Es la época en la que Jim Morrison se convierte en el nuevo icono sexual del rock, en su famoso póster sin camiseta e Iggy Pop, gran fan del Rey Lagarto, decide que no volverá a utilizar una nunca encima de un escenario.
Supuestamente, la gente joven pensaba que habían inventado de nuevo la rueda y que acababan con los timoratos 50, cuando aquello solo fue la primera chispa en un mundo todavía estrictamente machista. Un ejemplo perfecto de eso fue la aparición casi simultánea de dos bandas llamadas Ladybirds (dos de muchas, hubo unas Ladybirds en los 'girl groups' y ya que hablamos de machismo estaban las Ladybirds que cantaban en el programa de Benny Hill...) cuya coincidencia en el nombre no era la más curiosa, sino el hecho de que fueran dos de las primeras bandas de chicas que actuaban completamente en toples
En primer lugar tenemos a las Ladybirds americanas, un grupo de rock de garaje que se formó en 1966, por cinco chicas que ya trabajaban en locales toples, en San Francisco (aunque varias venían de Nueva Jersey). Cuando comenzaron lo suyo era un truco sexual para atraer clientes, posiblemente inspirado en otros fenómenos de la época como la violonchelista Charlotte Morman, que también tocaba en toples, aunque lo suyo era bastante más conceptual y artístico. Al principio no sabían ni tocar sus instrumentos pero, como hicieron los Monkees, acabaron por tomarle el tranquillo y se convirtieron en un grupo decente de rock de garaje que tocó en los peores garitos de la zona, como el infame Blue Bunny Club de Los Ángeles o el Tipsy's, un cabaret del entonces salvaje barrio de North Beach, en San Francisco, donde tocaron durante 14 meses seguidos. Su mayor logro fue aparecer en la película “The Wild, Wild World of Jayne Mansfield” donde aparece una de sus actuaciones en el Blue Bunny Club.
Robin Sherwood (voz y guitarra), Rosita Quintana (batería), Bobbi Branch (guitarra), Marcelle Mitchell (bajo) y Debbie Dayan (teclados) fueron detenidas varias veces a lo largo de su carrera, incluida una vez en México donde las autoridades locales les dijeron que se "pusieran las camisetas y se fueran a sus casas".
Más historia tuvieron sus tocayas danesas cuya vida se alargó hasta 1986 y por cuya formación pasaron unas 150 chicas. Las más recordadas fueron las originales, que se formaron a comienzos de 1968 en Copenhague, buscando sacar partido a los ideales hippies y a la moral más relajada en los países del Norte de Europa (las suecas de Landa y López Vázquez…).
Las danesas también tocaban sus instrumentos y se centraban en versiones de grupos como las Supremes o los Hollies, su momento de gloria llegó el 7 y 8 de septiembre del 68 cuando fueron teloneras de los New Yardbirds (Yardbirds y Ladybirds), que en unos pocos meses pasarían a ser conocidos como Led Zeppelin.
Las GTO's y las groupies
Al final la revolución sexual no fue para tanto, si follabas mucho y eras un hombre, eras una estrella del rock, pero si follabas mucho y eras una mujer, eras una groupie. Bueno, pues las groupies más famosas del momento también tuvieron su grupo, apadrinado por la estrella de rock más heterodoxa e iconoclasta del mundo, Frank Zappa. Eran las GTO’s, que no era otra cosa que el acrónimo de Girlst Together Outrageously (chicas juntas escandalosamente), eran Miss Christine, Miss Mercy, Miss Cinderella, Miss Pamela, Miss Sandra y Miss Sparky, llegaron a sacar un disco llamado "Permanent Damage" en 1969 en el que participaban Davy Jones de los Monkees, Lowell George, Jeff Beck, Ry Cooder o Rod Stewart, con mayor valor sociológico que musical, aunque hay un par de temas bastante pasables, en el que se incluyen sus conversaciones entre ellas mismas o colegas como las Plastic Casters de Chicago, que hacían modelos en yeso de los penes erectos de las estrellas de rock, Jimi Hendrix incluido.
Tocaron muy pocas veces en directo, la primera en diciembre de 1968 junto a las Madres de la Invención de Zappa y Alice Cooper, banda a la que Miss Christine dio el toque definitivo ayudando a su cantante, con el que salía, a crear su conocida persona en el escenario. Se separaron pronto pero se unieron una última vez sobre el escenario el 11 de octubre de 1974 para un concierto en el que también estaban los New York Dolls, Kim Fowley e Iggy con una nueva formación de los Stooges en la que se incluía Ray Manzarek de los Doors... Su miembro más conocido fue Miss Pamela, o Pamela Des Barres, que escribió a Biblia sobre las groupies de los 60 y 70, su propia autobiografía titulada "Estoy con la banda: Confesiones de un Groupie".
Wendy O Williams y los Plasmatics, actitud punk
Hasta aquí hemos visto varios ejemplos de cómo la mujer va rompiendo tabúes sexuales, pero en todos ellos está detrás la mano de algún hombre, lo que hizo Wendy O Williams (o WOW) fue darle la vuelta a la tortilla, algo así como ¿queréis ver tías en top less cantando? ¡Yo os daré tías en tetas cantando, hijos de p***! Y es que los mismos tíos que se creían guays leyendo ‘Playboy’ y viendo a las Ladykillers menearse delante de ellos se iban a sentir gravemente amenazados cuando Williams sacara su motosierra y comenzara a rebanar una Les Paul por la mitad mientras sacaba la lengua obscenamente. Esto no era vender sexo, esto era pura provocación punk.
Los Plasmatics se formaron en Nueva York a finales de 1977, de la mano de Rod Swenson y la propia Williams. Él había creado una compañía de teatro radical con temática sexual en Times Square llamada Captain Kink’s Sex Show Theatre y ella se presentó para las actuaciones, no era nueva en ello, había participado en espectáculos sexuales en vivo y en 1978 protagonizaría una película porno llamada "Candy Goes to Hollywood". Con los Plasmatics la propia Wendy O. Williams utilizó su propia sexualidad como forma de provocación punk para criticar el sensacionalismo de los medios de comunicación y el signo de los tiempos.
Su espectáculo en directo era una de las principales atracciones de la ciudad donde había surgido el punk y los Plasmatics arrastraban multitudes al CBGB o en el Irving Plaza, pero los sellos discográficos tenían demasiado miedo de una banda en la que Williams aparecía semidesnuda, incendiaban coches, destrozaban televisores y el guitarrista Richie Stotts le copiaba la icónica cresta mohicana a Robert De Niro en "Taxi Driver".
Al final tuvo que ser el sello inglés Stiff (donde había aparecido el primer sencillo punk del país, el "New Rose" de The Damned) el que les diera la oportunidad de grabar. Así en 1980 apareció su disco "New Hope for the Wretched", con influencias de los Ramones y Motörhead, con el grito gutural de Williams como marca de la casa. Su disco se coló en las listas de Billboard, aunque en los puestos bajos, pero el grupo recibió la llamada de un programa de televisión, "Fridays”, que intentaba competir con el "Saturday Night Live" siendo más rompedor. Tuvieron más que de sobra, la actuación de los Plasmatics fue una hostia en la cara para la América conservadora que estaba a punto de votar masivamente por Reagan, una semana después de la aparición de la banda.
Si las caderas de Elvis habían sido un escándalo 14 años atrás, ahora aquello parecía una actuación de Parchís comparado con Wendy O Williams destrozando una Les Paul con su motosierra en la que se mezclaba la necrofilia con el sexo salvaje. Se habían convertido en el enemigo público de las fuerzas reaccionarias.
Dos meses después tocaban en Milwakee y Williams comenzó a simular una masturbación con uno de los martillos que utilizaba para destrozar teles. Entonces la policía se subió al escenario y la sacó a rastras para detenerla. Swenson los siguió y vio como la estaban dando una paliza, cuando la llevaron a la comisaria, la única mujer policía les dijo que no era allí donde tenían que llevarla, sino al hospital más cercano. Swenson se enteraría cómo había sucedido todo, tras sacarla del escenario y meterla en el furgón detenida uno de los policías le metió la mano por debajo de la camiseta y comenzó a sobarle los pechos, Williams no se quedó quieta y le golpeó en la cara, luego llegó la paliza. Swenson, tras conseguir sacarla de allí, le dijo que suspendían el siguiente concierto pero Williams dijo que no. Tenía una misión: "No estamos aquí para buscar peleas. La esencia de lo que hacemos es sacudir a la clase media; si no haces eso con tu música simplemente estas aportando a la contaminación auditiva".
Su carrera duró hasta 1988, grabó en solitario, con un disco producido por Gene Simmons de Kiss, y en cuanto el punk se convirtió en Nueva Ola, los Plasmatics giraron hacia el Heavy Metal para evitar cualquier atisbo de comercialidad. Tras 10 años retirada, en 1998, Wendy O Williams decidió poner fin a su vida. Su estatura como 'frontwoman' fue enorme y su visceralidad tuvo mucho impacto en varias bandas, podríamos decir que el "Me gusta ser una zorra" de Las Vulpes fue nuestro propio momento Plasmatics y su llama está en el comienzo de Rockbitch, claro que ellas lo llevaron todavía un paso más adelante…
Rockbitch y el condón dorado
Un año después de la desaparición de los Plasmatics se formaban Cat Generica, el dúo formado por la bajista Amanda Smith-Skinner ("la Puta") y el guitarrista Tony Skinner ("la Bestia"), con el tiempo fueron evolucionando hacia RockBitch, con Skinner dejando los instrumentos para convertirse en mánager y convertirse en un grupo solo femenino, con miembros sacados de la comuna matriarcal poliamorosa de Smith-Skinner, formando una especia de teología pagana que cree en el sexo como una forma de libre expresión, y busca romper los tabúes sexuales de la sociedad, especialmente en lo que se refiere a las mujeres.
Si nos ponemos en plan actual fue como si se juntaran cinco Bella Baxters de "Pobres Criaturas", la película dirigida por Yorgos Lanthimos y protagonizada por Emma Stone, y decidieran practicar también un poco de "saltos furiosos" en el escenario mientras tocan su metal gótico. O, en palabras de una de sus miembros, "somos lo que obtienes cuando mujeres fuertes e inteligentes deciden liberarse de las expectativas de otras personas y vivir más cerca del corazón".
El caso es que sus conciertos, en los que a veces practicaban sexo, se convirtieron en carne de polémica y fuente para los tabloides durante los 90, aunque en el más comentado, en una escuela para niños, se cambiaron el nombre a Rocky Beaches, se vistieron de arriba abajo y tocaron canciones sin ninguna referencia sexual. Por supuesto, tampoco lanzaron el conocido como "Condón Dorado" que daba acceso al que lo cogiera, ya fuera hombre o mujer, al 'backstage' para practicar sexo con las miembros del grupo.
Lo suyo fue la rebelión definitiva de la mujer vista solo como un objeto romántico o sexual por el hombre. En una sociedad que todavía demoniza la sexualidad y la trata como algo vergonzoso (ahí seguimos con el "Zorra" de Nebulossa) que se tiene que hacer detrás de puertas cerradas, RockBitch la reivindicaban como algo vital y necesario en la vida adulta de los seres humanos… Se había recorrido un largo camino desde el "¿Me seguirás amando mañana?".
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