Producido y lanzado por el sello alemán Clouds Hill y dirigido por el londinense Nick Davies (“Rudeboy: The Story Of Trojan Records”), el film es un viaje a las profundidades de una amistad perfecta sellada por infinidad de tormentas personales, proyectos que alcanzaron verdaderos picos de inspiración, drogas, muerte, pasión, perseverancia y una cantidad de amor realmente conmovedora. Nick Davies cuenta que conoció a At The Drive-In en un concierto en el Astoria de Londres en 2001 en medio de la fiebre de los medios ingleses por ellos, que los mencionaban como la gran cosa nueva. “Eso fue poco antes de que se separaran. Ese día destruyeron todo su equipo en el escenario. Luego supe que ‘los gemelos’, porque así lucían Cedric y Omar por aquellos días, habían formado The Mars Volta, banda que me pareció interesante, pero de la que no soy mega fan. Eso fue algo que favoreció mucho al documental, porque pude realmente enfocarme en contar una historia de dos personas”.
"La idea fue mostrar el emocionante sentido de la amistad entre los dos"
Para Davies la oportunidad de dirigir el proyecto fue muy valorada. Sabía que Omar –quien estuvo primero interesado en el cine, antes que en la música– tendría un valioso archivo del que tirar para reconstruir la trama. “Se trata de cómo ellos lucharon para volver a estar juntos a través de un increíble, muy dramático, divertido, creativo e impresionante viaje de vida compartido, el cual incluye Cienciología, muertes de amigos y familia y muchos otros elementos que conforman una historia bestial, más allá de la música”, comenta Davies. Como era de esperar, el documental no desentona con la visión artística que la pareja siempre evidenció en su música: en cierto modo su visualización transcurre como la escucha de un disco de The Mars Volta. En sus dos horas de duración hay giros artísticos abstractos y realidades como puños. Imágenes indefinidas conviven con una brutal crudeza narrativa. Davies reflexiona al respecto: “Es interesante porque la temática y el material dictan a la creatividad. Creo que no se podría hacer un documental como uno sobre Adele, por ejemplo. Definitivamente el color, los aspectos psicodélicos y no lineales del film junto a lo más bruto y esas realidades sin pulir, afloran en un sentido caleidoscópico que me resulta muy atractivo. Esto también se refleja en cómo su música salta de género en género de una manera no convencional, lo cual me permitió contar la historia también de un modo poco común”.
Davies se entusiasma al rememorar que trabajar con Omar, quien también es director de cine, fue inspirador. Siempre contó con su apoyo para seguir sus instintos, incluso le abrió las puertas de su casa en Puerto Rico. “Eso fue una experiencia muy especial en la que pienso habitualmente. Cuando me eligieron para el trabajo, Omar, como buen latino, dijo que necesitaba conocerme, mirarme a los ojos. Fui a Puerto Rico pensando que hablaríamos del film, que sería algo rápido. Pero eso no era lo importante, sino que yo entendiera de dónde viene y que él me conociera bien. Aprendí de su profunda conexión con su herencia cultural y de lo auténtico de la experiencia Latinoamericana. Fue increíble, la verdad”.
Teniendo en cuenta la fascinación de Rodríguez-López por el cine y su posibilidad de documentarlo todo desde incluso tiempos de su infancia, es agobiante pensar en la cantidad de material con la que contó Davies para reflejar todo en únicamente dos horas. “Fue desafiante, claro. De hecho creo que no llegué a ver todo el material, pero lo importante en ese sentido fue tener claro el cómo contaríamos la historia. Quedaron fuera de ella horas de grabaciones de discos y ese tipo de cosas porque la idea fue mostrar el emocionante sentido de la amistad entre los dos. Son tipos que completan sus frases mutuamente y que han pasado por todo tipo de adversidades”.
Una de las particularidades más interesantes de “Omar And Cedric: If This Ever Gets Weird” es que a pesar del obvio carácter testimonial que ofrece por el simple hecho de ser un documental, deja la extraña pero interesante sensación de que la historia puede tener más de una interpretación. Davies asiente esta idea, aseverando que “Sí. Un documental puede tener más de una interpretación. En este caso una parte importante de la idea creativa fue la de decidir que la historia se contaría desde las voces de Cedric y Omar, desde sus puntos de vista, pero aún así, la gente suele ver la misma cosa de un modo distinto. Si hubiésemos incluído otros testimonios, hubiera sido eterno. Es su verdad, no la verdad completa”.
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