Observatorio: Y tú, ¿cómo mides el éxito?
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Observatorio: Y tú, ¿cómo mides el éxito?

Natalia Cisterna — 12-02-2025
Fotografía — María Alfonso

¿Has pensado alguna vez qué es un músico/a de éxito hoy? ¿El que es capaz de crear una tendencia en Tik-Tok? ¿La que sostiene en el tiempo una gran interacción con el público a través de likes, comentarios y compartidos? ¿El que llena estadios de futbol o grandes salas? ¿La que es capaz de trascender en un mundo saturado en el que lo efímero es la constante? ¿El que integra nuevas tecnologías en su proceso creativo? ¿La que se muestra auténtica y alejada de las modas pero tiene la capacidad de conectar emocionalmente con su público y medir esta conexión? ¿El que sabe escribir un buen prompt?

Ahora imagina que dentro de un tiempo (quizás no mucho), las partes de una canción puedan modificarse en tiempo real dependiendo de la respuesta del público que la escucha, es decir, cada emoción, cada interacción, se traduce en un cambio sobre una parte específica de tu canción convirtiéndola en una obra distinta de la original. De la que tú creaste. ¿A quién se le debería atribuir el éxito? ¿A ti que pusiste todo tu empeño en esa primera versión? ¿A todos aquellos que con su interacción y a través de sus emociones consiguieron modificar “tu” canción? ¿A la plataforma que facilitó el proceso?

Te invito a imaginar de nuevo: cualquier persona, independientemente de su sensibilidad y experiencia artísticas, tiene la posibilidad de crear una canción (cada día) a través de sus emociones con la ayuda de una tecnología que es capaz de traducirlas en sonidos melódicos y organizados. Esas canciones se suben a una o varias plataformas en las que los usuarios pueden clasificarlas por estados emocionales (como una extensión más personalizada de las playlist actuales). Si una de esas listas o temas se convirtieran en un hit, ¿cómo podríamos diferenciar al artista del creador ocasional? Si el éxito se midiera por la resonancia emocional con otros, ¿cómo cambiaría esto nuestra comprensión del marketing y la promoción musical? ¿Cómo deberían entonces construirse las carreras musicales?

“Si el éxito se midiera por la resonancia emocional con otros, ¿cómo cambiaría esto nuestra comprensión del marketing y la promoción musical? ¿Cómo deberían entonces construirse las carreras musicales?”

A lo largo de la historia, la tecnología ha cambiado la percepción que tenemos del éxito y el imaginario que envuelve al término. En la era pre-digital, las métricas principales eran las ventas de discos y la capacidad de llenar recintos. Hoy, aunque estas métricas siguen manteniendose y siguen siendo relevantes, se suman otros indicadores como el número de streams, de seguidores en redes, la velocidad de acumulación de reproducciones, las búsquedas en línea o la aparición en playlists populares. Pero en el caso de que los dos escenarios futuros que hemos pedido que imaginaras se materializaran, estas métricas se quedarían cortas y deberíamos introducir nuevas formas de medir el éxito de un artista o de una canción. Podríamos hablar por ejemplo, de un “índice de adaptabilidad”, que mida la capacidad de una canción para evolucionar en función de las emociones del público, o de una “resonancia emocional colectiva”, que cuantifique cuántas veces un individuo logra viralizar su música basada en emociones reales. También podríamos medir cuáles son las emociones más compartidas entre los oyentes o qué comunidades específicas responden con mayor intensidad.

Llegados a este punto de la lectura, debo decirte que con el planteamiento de estos futuros hipotéticos, la intención no es únicamente que seamos capaces de repensar las métricas del éxito, sino más bien cuestionar y reflexionar sobre aquellas cosas que damos por hecho y que creemos que son inamovibles, como lo que valoramos actualmente de un artista. Quizás la autenticidad, el virtuosismo individual, incluso la trascendencia, son valores que en un futuro próximo serán sustituidos por el de la capacidad de conectar colectivamente, introduciendo al público en el proceso creativo.

"Quizás la autenticidad, el virtuosismo individual, incluso la trascendencia, son valores que en un futuro próximo serán sustituidos por el de la capacidad de conectar colectivamente, introduciendo al público en el proceso creativo"

Este cambio de paradigma evidentemente implicaría hacerse preguntas nuevas: ¿Cómo deberían distribuirse los beneficios económicos o los derechos de una obra creada por múltiples actores y tan diversos? ¿Qué rol deberían jugar las plataformas tecnológicas? ¿Seguiría teniendo sentido hablar de la figura de “el artista”? ¿Cómo se protegería la originalidad en un ecosistema en el que las obras fueran maleables “por diseño”? ¿Qué pasaría con los artistas que no quisieran incluir al público en su proceso creativo? ¿Se les consideraría menos relevantes? ¿Cómo diferenciaríamos entre arte y entretenimiento? Y la más importante, una canción… ¿sería lo que siempre hemos creído que era?

Como te decía, repensar el éxito, más allá de añadir nuevas métricas, implica reflexionar sobre nuestra relación con el arte, con las emociones y con la tecnología. Las preguntas están sobre la mesa, y aunque aún no tenga las respuestas, lo que sí puedo afirmar es que el éxito, como la música misma, seguirá transformándose y adaptándose a un mundo que cambia constantemente las definiciones de todo lo que nos rodea. Y desde el Observatorio de Mondo Sonoro seguiremos tratando de comprenderlas.

El Observatorio MS cuenta con el apoyo de Johnnie Walker (Diageo), BIME, Espacio SOLO / LeCluf Music, RootedCon y AiE.

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