Señales emocionales
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Señales emocionales

Natalia Cistena (Célula Lab) — 16-10-2024

Nina Emocional es una artista joven que, a lo largo de su todavía corta pero prolífica carrera, ha buscado integrar tecnologías emergentes en sus proyectos de una manera orgánica y como respuesta al tiempo en el que le ha tocado vivir y desarrollarse profesionalmente.

Su trayectoria es versátil. Ha abarcado diferentes disciplinas, explorado diversos lenguajes contemporáneos y realizado múltiples acciones performativas. Esto le ha permitido tener una visión integral del arte y también que sus propuestas respiren un alto grado de sincronía con nuestro presente.

En un mundo cada vez más saturado, la exploración de Nina Emocional se sumerge en redescubrir la conexión interna y abarca su proceso creativo, desde un lugar de introspección a través de tecnologías como la IA. Hemos querido acercarnos a ella para que nos cuente cuáles son sus inquietudes y profundizar sobre la búsqueda que sostiene todo su trabajo.

Háblanos de ti, cuéntanos quién eres.
Soy Nina, productora, sound designer, performer, cantante, actriz… He estado tocando y formándome en todas estas disciplinas y eso me ha permitido tener una visión más global del arte. Siempre me han interesado los lenguajes performativos y contemporáneos que tienen que ver con la tecnología y descubrir cosas relacionadas, por ejemplo, con la inteligencia artificial. También doy clases de producción musical a artistas, muchas de ellas son DJ’s, otras son músicas, bailarinas, actrices... Y eso me hace muy feliz, porque al final sentirte acompañada en un proceso de aprendizaje como la producción musical, una profesión que a día de hoy sigue siendo mayoritariamente masculina, es importante, y es bonito ver el proceso de cada una de ellas y saber que serán voz de la industria de los próximos años.

"La inteligencia artificial me ha brindado posibilidades que no hubiese sido capaz de hacer de otra manera"

¿Cuál es tu proyecto principal ahora mismo?
Ahora estoy muy centrada en el proyecto Nina Emocional. Como productora he sacado un EP hace poquito,¡mi primer EP! y ya estoy trabajando en lo siguiente. También estoy empezando a producir para otros artistas que me gustan. Pero aparte de eso, trabajo como sound designer, hago música para danza, videos, publicidad.... Tengo un estudio de sonido junto a Hadren llamado 2035 y trabajamos toda esta parte de sonido para proyectos artísticos, comerciales, etcétera.

Volviendo al tema de tu experimentación a través de la tecnología, háblanos del proyecto Spectral Resonator. ¿Cómo surge esta idea?
Es un proyecto que estrenamos en el MACBA y que surgió porque desde el museo se pusieron en contacto conmigo para participar en una pieza de la artista Lydia Ourahmane. La pieza se llamaba “108 días”. Durante ese tiempo, ciento ocho días, la artista dejaba una sala del museo para que artistas residentes en Barcelona pudieran hacer una intervención dentro de ese espacio a lo largo de un día entero. A mí me ofrecieron la posibilidad de participar y de ahí surgió el proyecto Spectral Resonator. Mi propuesta fue abrir una ventana para que la ciudad de Barcelona pudiera descubrir cómo es el proceso creativo de una productora musical. Suele ser un trabajo invisible y muy solitario en el que estás tú, con tu ordenador, durante ocho horas encerrada en tu estudio. Quería compartir ese espacio al público e integrarlo en el proceso de creación.

¿Y cómo lo hiciste?
Puse un micro en la sala a través del cuál la gente podía darme sonidos a través de su voz, su cuerpo o cualquier objeto que encontraran en la sala, y yo los grababa. Me comunicaba con ellos a través de una pantalla en la que les iba escribiendo propuestas de sonidos e invitando a la experimentación. La parte más tecnológica se integró a través del trabajo de Teo Ruffini, quien introdujo un casco EEG System. Teo es un artista multidisciplinar basado en Barcelona que trabaja con lenguajes como la performance, la danza, el arte digital y la música. El casco, llamado Enobio y creado por la compañía Neuroelectrics, es un sistema de EEG inalámbrico utilizado en el ambiente médico. A través de diferentes algoritmos e inteligencias artificiales desarrolladas por la compañía consiguen obtener una lectura emotiva a través de la interpretación de las señales eléctricas cerebrales. Entonces, planteé que lo integráramos en la pieza como un elemento comunicativo que me permitiera estar más conectada con el público.

También llevásteis esta pieza al Sónar+D…
Sí, en este caso, en Sónar+D lo hicimos de un modo distinto. Se planteó que el casco, en vez de tenerlo el artista, como creador, como persona a la que se le lee y se le pone este foco encima, se lo pusimos al público. ¿Qué hicimos? Generé un par de piezas musicales dependiendo de la emoción: triste, alegre, tranquila, más energética, menos energética… Había diferentes variaciones y Teo planteó unas visuales. Entonces, el público se colocaba el casco, se sentaba y según la emoción que estuviese sintiendo en ese momento se generaba una pieza artística audiovisual. Una música, una visual y un poema, estos dos últimos generados a través de IA. Y el público podía verlo y escucharlo todo a través de una pantalla y unos auriculares. El público se convirtió en artista, en creador emotivo.

"Todos al final tenemos miedo a lo desconocido. Y estas tecnologías que están llegando son algo que no conocemos"

¿Vais a continuar desarrollando este proyecto?
Sí, este es un proyecto que está en investigación completamente. De hecho, nos interesa mucho seguir teniendo espacios en los que seguir explorando, porque la idea es conseguir, con este casco, hacer música solo con la mente a través de la lectura de nuestras señales neuronales. Es uno de nuestros objetivos como artistas, intentar unir sonidos a estas señales emocionales, que estas vayan generando inputs y que el procesador los vaya uniendo a distintas señales MIDI que se transformen en sintetizadores, voces o cualquier instrumento y poder generar una pieza musical simplemente usando tu mente. Creo que esto es una forma de autoconocimiento completa y necesaria en este mundo en el que estamos sobre-estimuladas y desconectadas de nosotras mismas. Es una forma de parar y ver qué está pasando ahí, en nuestra mente y en nuestro cuerpo.

Tú integras la IA u otras tecnologías de una forma muy natural, sin embargo, hay muchos detractores de estas tecnologías emergentes, como que hay mucho miedo, entre otras cosas, a que éstas reemplacen a los artistas…
Todos al final tenemos miedo a lo desconocido. Y estas tecnologías que están llegando son algo que no conocemos, pero creo que justo ese temor podría ser una señal que nos indica hacia dónde dirigirnos. Hay algo que ya está aquí y está sucediendo y no podemos mirar hacia otro lado, como si eso no existiera. Al final estas tecnologías están aquí y ya es inevitable que formen parte de nuestras vidas. También entiendo que yo, al final, tengo veinticinco años, me he criado en el mundo de Internet. Nací rodeada de ordenadores y tecnología y he crecido haciendo música con todas estas cosas, aunque también he estudiado música de manera tradicional. Pero tengo que decir que la inteligencia artificial me ha brindado posibilidades que no hubiese sido capaz de hacer de otra manera, como, por ejemplo, crear una portada en la que aparezca una persona que pueda parecer yo con el pelo rubio largo y mi silueta, corriendo con otra persona al lado escapando de algo. Es que no es una foto, he creado una imagen que juega con los límites de lo real y lo ficticio. Para mí eso es maravilloso. O sea, a nivel artístico es muy interesante.

También hay muchas críticas acerca del coste medioambioental que tienen estas herramientas digitales…
Creo que aquí hay una reflexión. Pienso que depende de la manera en la que la uses. La IA a veces también reduce ese impacto en el mundo, ¿no? Por ejemplo, esta portada de la que hablamos hubiese necesitado fotógrafa, estilista, maquilladora, una persona de producción, un set de rodaje con todo lo que eso conlleva y además me hubiera tenido que desplazar, quizás a Madrid, junto a mi equipo. ¿Es eso más sostenible que yo en mi casa, en mi ordenador, generando esta imagen en treinta segundos? Pues no lo sé…

Cambiando ya de tema y para cerrar, me gustaría preguntarte sobre el éxito. ¿Cuál es tu definición de éxito?
El éxito es ser una estrella. Ser una estrella desde la comicidad, el gag de Internet y de entrar en este juego superficial, la performance. El éxito también es para mí, en lo profundo, el proceso, y que esta primera afirmación se entienda como un juego de La Estética. El éxito es estar aprendiendo todo el rato, estar tranquila e ir asumiendo el proceso y los cambios con paciencia. Lo que yo tengo ya es un éxito cien por cien. Es un éxito estar produciendo y que detrás de las canciones que saque haya oídos que las disfruten. Estar hablando contigo en esta entrevista y que esto sea mi trabajo, es un éxito. Sigue siendo precario y cuesta mucho sudor y tirones de pelo sacar un proyecto adelante y mantenerlo, pero prefiero ir paso a paso, poder vivir una juventud más o menos tranquila e ir creciendo poco a poco. Estar con mis amigas en la playa y haber salido de las jornadas de ocho horas en trabajos precarios, es un gran éxito que hay que atravesar. Creo que el éxito no es un lugar al que llegar, sino el lugar en el que estoy ahora. La vida es esto, es ahora. Mañana, yo qué sé…

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