Los 10 mejores discos de Nick Cave & The Bad Seeds
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Los 10 mejores discos de Nick Cave & The Bad Seeds

Sergio Ariza — 21-10-2024
Fotografía — Carátula del disco

Nick Cave & The Bad Seeds están de total actualidad por partida doble. Por un lado porque tan solo hace unas semanas se publicaba "Wild God" (PIAS, 24), su nuevo álbum. Y por otro, porque el jueves de esta misma semana estarán tocando en Barcelona, mientras el viernes lo harán en Madrid. Aprovechando la ocasión de su visita, nuestro colaborador Sergio Ariza ha realizado un ranking con sus diez mejores discos.

Nick Cave, como Walt Whitman y Bob Dylan, contiene multitudes, es difícil encontrar parecidos entre la bestia post punk gótica que lideraba a los feroces The Birthday Party y el predicador chic que llama al amor y la compasión de sus últimos tiempos, pero son la misma persona. Además para un tipo que llegó a acumular todos los clichés de la estrella de rock, adicción a la heroína, malditismo y amistades peligrosas, Cave se ha olvidado de lo de dejar un bonito cadáver o lo de quedar quemado y sin inspiración pasados los 30 (o los 27), posiblemente sacando sus mejores trabajos en su madurez, aunque este tipo de presencia imponente siempre ha sido interesante, casi siempre con los fieles Bad Seeds detrás, aunque la banda, como él mismo, también ha mutado en varias ocasiones (en ese caso sí que cambiando de cara, pasando del liderazgo de Mick Harvey al de Warren Ellis).

Con semejante carrera y personalidad, es normal que Cave sea uno de esos artistas que no tiene seguidores sino adoradores que le tienen puesto en un altar, así que es imposible que una lista de este tipo no vaya a ser vista con recelo, pues son muchos discos, muy buenos y ninguno que no sea interesante o tenga algo.

Además, Cave es uno de esos raros artistas que no han perdido un ápice de creatividad con los años, siendo interesante en todas las etapas de su vida, reconozco que mi favorita es la de los 90, con discos como “Let Love In”, “Murder Ballads” y The Boatman’s Call, reconozco que me ha dolido dejar fuera a “The Good Son”, discos que hizo con 30 y bastantes años, pero es que mi segunda época favorita ha sido la crepuscular, con Warren Ellis ya al mando de las Bad Seeds, en la trilogía, Push The Sky Away”, “Skeleton Tree y Ghosteen”, discos que ha hecho pasados los 50, el último de ellos pasados los 60, algo que muy pocas figuras de la música popular han podido hacer, estoy hablando de mitos como Johnny Cash, Bob Dylan, Leonard Cohen o Tom Waits, todos ellos muy importantes para este tipo que ha sido muchas cosas a lo largo de su carrera, Dios gótico decadente, yonqui existencial, ‘crooner’ de ultratumba o predicador de la rabia y la desesperación, pero también del amor.

Así que, sin más, estos son mis 10 discos favoritos de Nick Cave y las Bad Seeds ordenados de menos a más.

10. Your Funeral... My Trial (1986)

El cuarto disco de Nick Cave con The Bad Seeds es uno de los más importantes de su carrera, el tercero fue “Kicking Agains The Priests”, también publicado en 1986, un disco de versiones con el que el grupo fue ampliando espectro musicalmente.

La primera cara es sencillamente imprescindible, el inicio con "Sad Waters" nos enseña el futuro de Cave y las Bad Seeds como brillantes baladistas, las bestias capaces de arrancarte la cabeza ahora también te acarician el alma, pero que nadie se preocupe la siguiente canción es una de las obras cumbres del grupo, "The Carny", el antecedente espiritual de "Red Right Hand", una canción capaz de helarte el corazón, la banda sonora perfecta para Murnau, Lang o cualquiera de los maestros del expresionismo alemán pusieran imágenes a uno de los textos más inquietantes (y ya es decir) de toda su carrera, una especie de revisión de "Freaks" con su ritmo de pesadilla circense y su oscuro recitado, puro Cave.

Completan la primera cara la icónica canción titular y "Stranger Than Kindness", con esa guitarra marciana de Blixa Bargeld, autor de la canción junto a Anita Lane, la pareja por aquel entonces de Cave. Son dos de los momentos favoritos del propio cantante, "en lo que a mí respecta son tan perfectas como las podemos conseguir realmente".

La segunda parte no alcanza los mismos niveles que la primera pero eso no quita para que no tenga sus grandes momentos, “Jack's Shadow” es uno de esos blues góticos que tan bien se les dan a las Malas Semillas en los que Cave comienza a ensayar su papel de predicador apocalíptico del futuro.

Musicalmente hay que aplaudir a Mick Harvey, el cabecilla claro de los Bad Seeds durante sus primeras décadas. Cave y los Bad Seeds en esta época funcionaban más o menos así, el cantante llegaba con el esqueleto de la canción, melodía, a veces, y letra, y describía a las malas semillas la canción en términos emocionales, en plan violencia, lascivia, compasión, luego cada miembro de la banda aportaba su particular forma de tocar y Harvey, ex compañero en Birthday Party, intentaba buscar un arreglo dentro del caos, en este disco él y el también fundamental Blixa Bargeld son los únicos Bad Seeds que tocan en todas las canciones acompañando a Cave, con el batería Thomas Wydler, recién llegado a la formación, tocando en la mitad de los temas, y el bajista Barry Adamson solo en dos (este sería su último disco con las Malas Semillas hasta su vuelta, como invitado, en "Push The Sky Away")

9. Push the Sky Away (2013)

Para muchos este disco de 2013, forma una trilogía con “Skeleton Tree” y “Ghosteen” en el que el funcionamiento de la banda cambia totalmente, es el primer disco sin Mick Harvey a bordo, y Cave y el nuevo capitán de los Bad Seeds, Warren Ellis, han encontrado una nueva forma de componer, más atmosférica, a partir de ‘loops’ creados por Ellis, el propio Cave lo describiría así, diciendo que “los loops de Warren son su diminuto y tembloroso latido”. El cantante se puede explayar sobre ellos, con un sonido más calmado que su anterior trabajo, “Dig Lazarus Dig!”

Si la carrera de Cave está jalonada por discos furiosos y eléctricos, mezclados con su maestría a la hora de abordar las baladas de asesinatos. Este era de los últimos, una obra que no por calmada dejaba de ser menos inquietante, y es que esto no era Cave al piano, como en “The Boatman’s Call”, sino una cosa nueva y excitante.

Contiene canciones tan grandes como el inicio con “We No Who U R”, la espectral canción titular, el blues cocinado a fuego lento de “Higgs Bosson Blues” y, sobre todo, la espectacular “Jubilee Street”. Es increíble lo que hacen los Bad Seeds con ella, como va subiendo, casi imperceptiblemente, la velocidad de la canción, haciéndola más amenazante, enmarcando perfectamente la precisa letra de Cave, como cuando entra el violín de Ellis y la sección de cuerdas, alcanzando un asombroso clímax final.

8. Dig, Lazarus, Dig!!! (2008)

He de reconocer que cuando me encargaron esto, me puse a buscar listas similares por Internet y lo que más me sorprendió es lo poco reconocido que está este disco, quizás por estar entre medias de etapas, entre sus discos de Grinderman y su posterior trilogía más atmosférica junto a Ellis. Pero esta es la última vez, hasta la fecha, en la que Cave y las Malas Semillas han vuelto a enseñar los dientes y a sacar músculo, el último disco del particular rock’n’roll que practicaba esta banda, con cosas de Garaje, de post Punk y de rock gótico, pero esta vez con el sentido melódico que ha ido afinando Cave con los años.

Puede que no esté tan cohesionado como otros de sus discos pero es uno de los más divertidos, y no hay que olvidar que más allá de su imagen de decadente, bohemia y gótica estrella de rock, Cave siempre ha gozado de un sentido del humor muy afilado. La canción titular es una brutalidad en la que Cave se lleva al Lázaro resucitado de la Biblia (su mayor fuente de temas) al Nueva York de la época, mezclado con Harry Houdini, y unos Bad Seeds revitalizados.

Pero es que la infravalorada “Today’s Lesson” suena a gema de ‘garage rock’, a que la aventura con Grinderman le ha puesto las pilas del todo. Otro temazo medio olvidado es “Albert Goes West”, tanta energía, tan buen ritmo, esos coros de “do, do, do”, frases que se quedan marcadas (“¡No seré tomado responsable por mis actos!”), una de las canciones más directas y animadas que Cave haya escrito nunca.

"We Call Upon The Author" está construida por un ritmo 'motorik', es la propia versión de los Bad Seeds del Krautrock y el final con "More News From Nowhere" es otra maravilla a medio camino entre ser su "Desolation Row", por esa letra en la que tomando el papel de Ulises en "La Odisea" va repasando su vida o sus amores (mi momento favorito, la referencia a Pj Harvey: "Y vi a Miss Polly cantando con unas chicas / Grité, «Átadme al mástil»") o "Sister Ray", por su hipnótico ritmo.

Pero es que, además de sus temas más animados, aquí también hay otras pequeñas joyas como "Moonland", la acústica, con un punto de 'spaghetti western', "Hold On To Yourself" o "Jesus Of The Moon", con la maravillosa viola y flauta de un Warren Ellis que comenzaba su reinado como capitán de los Bad Seeds.

7. Murder Ballads (1996)

Para alguien que había titulado a uno de sus discos “Tu funeral… Mi juicio” era lógico que llegara a un disco como este “Baladas asesinas” que viene a ser una descripción bastante gráfica de su contenido. También sería bueno recordar que una vez Cave dijo que le gustaba matar gente en canciones para no tener que matarlos en la vida real. Así que podríamos decir que este disco salvó a una buena cantidad de gente, ya que en las primeras 9 canciones de este disco mueren 75 personas, más un perro. En una maravillosa muestra del sentido del humor de Cave y las Semillas Malas, la décima, y última, canción, es una sentida versión del “Death Is Not The End (La muerte no es el final)” de Bob Dylan.

Aunque no todas las canciones aquí son baladas, los Bad Seeds se aceleran en varias ocasiones, sí que toman su inspiración en las tradicionales baladas de crímenes pasionales, dos de ellas, son adaptaciones de canciones tradicionales, pero es evidente que Cave se siente a gusto en el mórbido tema, a veces tomando la voz del asesino, como en la espectacular "Where The Wild Roses Grow?", el mayor éxito de su carrera, puede que también que por utilizar a su compatriota Kylie Minogue como coprotagonista, y en otras del asesinado, como en "Henry Lee", su volcánico dueto con PJ Harvey que desencadenó una pasional relación entre ambos.

Cave, las malas semillas y los invitados se lo pasan en grande permitiendo al protagonista recrearse con alguna de sus letras con un humor más negro como en "O’Malley’s Bar": "Bueno Jerry Bellows, se abrazó a su taburete / Cerró los ojos y se encogió de hombros y se rió / Y con un cenicero tan grande como un puto ladrillo muy grande / Le partí la cabeza por la mitad".

6. Ghosteen (2019)

Mientras la mayoría de artistas relacionados con el rock comienzan a perder relevancia una vez superados los 30 años, Nick Cave parece como si hubiera imitado a su adorado Robert Johnson y se hubiera ido a un cruce de caminos para intercambiar su alma por inagotable creatividad con el diablo. Este disco apareció cuando Nick Cave contaba 62 años y es uno de los mejores de su carrera, muchos lo consideran la culminación de esa trilogía con Ellis, más minimalista y tranquila pero igual, o más, potente que siempre, aunque creo que yo me quedó, por poco, con “Skeleton Tree”.

Lo que está claro es que tanto aquel disco como este están marcados por la trágica muerte de su hijo. Si aquel marcó el camino, la tragedia era tan reciente que todavía no estaba procesada del todo, en “Ghosteen” Cave volvía, con Warren Ellis como fiel escudero, a exorcizar sus heridas con un disco enorme en el que intentaba lidiar con lo imposible y lo hacía abriéndose como nunca, buscando y encontrando una luz que le guiara. Aquí las canciones ya no son sino meros pretextos, con los ‘loops’, los sintetizadores y ese toque ambient, para que este chamán cure sus heridas y lo haga cantando/recitando como nunca. Algo que tiene su mérito para alguien que una vez describió su propia voz como "intentar tocar una gran parte de guitarra con una copia de Gibson o una guitarra de diez dólares".

5. Tender Prey (1988)

Cuando Nick Cave y su banda sacaron su quinto disco juntos, este “Tender Prey”, Cave estaba en uno de sus peores momentos, metido hasta el fondo en la heroína y fuera de control. Sus recuerdos del disco no son buenos, es más ha comentado que “escucho mala producción y malas interpretaciones” pero, aun así, creo que es el mejor que sacó en los 80 y en su primera etapa, del que este disco es el epílogo, siendo el último que grabaron en su residencia principal en esa década, Berlín Occidental.

Y si lo es, es porque contiene la canción que se recordara en el obituario de Cave, el hombre que escribió “The Mercy Seat”, en la que se convertía en una especie de versión punk gótica de Johnny Cash, cantando/aullando sobre un condenado a muerte a punto de ser ejecutado en la silla eléctrica, esa silla de la misericordia de la que habla el título, un tema parecido a otra de las canciones favoritas de Cash, “25 Minutes To Go”. Eso sí, si en aquella había algo de humor, en The Mercy Seat solo hay desesperación y desesperanza, además de una energía rayando en, es evidente que lo hicieron aposta, una descarga eléctrica. Como colofón final, el propio Cash terminó haciendo una versión de la canción.

Pero “Tender Prey” consigue ir más allá de su canción más importante, aquí también está el brutal, y divertido, garaje rock de “Deanna” (el “Louie, Louie” de los Bad Seeds), esa amenaza latente que existe en la escalofriante “Up Jumped The Devil” (en la que se deja notar el nuevo fichaje de la banda, Kid Congo Powers), sin olvidar esa otra muestra del particular sonido de las Malas Semillas en “City Of Refuge” o una mirada a su lado más íntimo, casi anticipando “The Good Son”, en canciones como “Watching Alice” o “Slowly Goes The Night” con sus coros casi doo wop a cargo de Mick Harvey.

4. Skeleton Tree (2016)

La música de Nick Cave siempre había sido oscura y tenebrosa, con numerosas referencias a la muerte, pero en su decimosexto disco con los Bad Seeds, se adentraba en el dolor más insoportable, la muerte de un hijo. La pérdida de su hijo de 15 años Arthur (que cayó accidentalmente desde un acantilado cercano a su casa) acecha como un fantasma durante todo el disco que suena como la manera de Cave de sobreponerse a lo que no se puede superar, "Te llamo a través del mar, pero el eco vuelve vacío".

Aunque la mayoría del disco se grabó antes de que ocurriera el accidente, este sobrevuela por el mismo como algo inevitable, siendo uno de los discos más tristes y, al mismo tiempo, hermosos que se han hecho en este Siglo XXI. No es que todas las canciones de “Skeleton Tree” traten sobre la muerte, pero la sombra de la desgracia es tan grande que impregna todas y cada una de ellas. Si durante el comienzo del disco Cave abusa de los recitados, en los que apenas se canta, aunque canciones como "Jesus Alone" y "Rings Of Saturn", con los omnipresentes 'loops' de Warren Ellis, son muy buenas.

Aun así las cinco primeras canciones se pueden ver como una preparación para el broche final del mismo, tres canciones gigantescas, que emocionan y duelen, “I need you”, en la que más que cantar lo que hace es derrumbarse hasta las lágrimas, “Distant sky”, con la participación de la vocalista Else Torp que la eleva a plegaria desatendida, hasta llegar al final con la canción titular, en la que Cave intenta alcanzar un final catártico para algo que le acompañará toda la vida. "It's all right now" canta, pero evidentemente, nada está bien, solo que la vida tiene que continuar.

3. Let Love In (1994)

“Let Love In” es su disco más completo, el que da una mejor visión de todos sus sonidos y eras, el que tiene los números escalofriantes, “Red Right Hand”, las baladas devastadoras, “Nobody’s Baby Now” o “I Let Love In”, las salvajadas, como “Loverman”o “Jangling Jack”, o las que lo combinan todo como “Do You Love Me”. Si alguien me preguntara por la mejor introducción al universo Nick Cave & The Bad Seeds esta sería la respuesta sin dudarlo.

Los Bad Seeds aumentan su sonido, si sus anteriores discos estaban rodados cámara en mano este es el primero que es en Cinemascope. Su primera superproducción, pero hay que escuchar nuevamente el enorme trabajo de los Bad Seeds, el bajo de Martin Cassey en “Do You Love Me”, los espectaculares arreglos de Harvey en “Red Right Hand”, el piano de Conway Savage y las guitarras de Blixa y Harvey en "I Let Love In". Por si fuera poco, es la primera aparición en un disco de Cave y las Bad Seeds de alguien que se convertiría en fundamental con el tiempo, Warren Ellis, escuchen su violín en la segunda y escalofriante versión de “Do You Love Me”, la que cierra el disco, y comprenderán porque se terminaría convirtiendo en la mano derecha de Cave con el tiempo.

Este es el disco que une todos los diversos caminos de la carrera de Nick Cave & The Bad Seeds, el que gusta a los que prefieren la primera época, la más gótica, a los que prefieren al baladista excelso e incluso a los que prefieren al hipnótico predicador de los últimos tiempos, no tiene canción mala, e incluye la que se ha convertido en la canción más popular de Cave gracias a su aparición como cabecera de la serie “Peaky Blinders”, además de en las tres películas de “Scream” o un capítulo de “Expediente X”. No es extraño su uso audiovisual ya que la canción, tenía esa cualidad cinemática, algo que puede deberse al hecho de que una de sus inspiraciones sea el “Way Down In The Hole” de Tom Waits, la canción que se convertiría en el tema principal de la mejor serie de todos los tiempos, “The Wire”. Lo que está claro es que su siniestra música y su protagonista, alguien que puede ser un dios o un diablo, pero al que preferirías no encontrarte, es totalmente sinónimo de Cave.

2. Abattoir Blues / The Lyre of Orpheus (2004)

Uno de los discos más importantes de su carrera, el primero sin Blixa Bargeld y el primero también en el que Warren Ellis se va confirmando como nueva mano derecha de la banda, tocando muchos más instrumentos y co-componiendo junto a Cave 6 canciones de este disco doble, si nos atenemos a la realidad, aunque Cave prefiere verlo como dos discos distintos juntos.

La explosión de creatividad de Cave y los Bad Seeds en los 12 días que duró su grabación fue tal que tuvieron que estirarlo y para ello el cantante decidió dividir las canciones en dos discos según quien fuera el batería, es lo bueno de tener a dos en la banda, así las canciones en las que tocaba Jim Sclavunos formaron “Abbatoir Blues” mientras que en las que tocó el veterano Thomas Wydler se convirtieron en “The Lyre Of Orpheus”, por lo general el primer disco es más agresivo y rock, mientras que el segundo es más pausado y reflexivo, pero ambos están unidos por el nuevo elemento que marca el sonido del disco que suena más ambicioso y rico, con los arreglos más ambiciosos de su carrera, la presencia del London Community Gospel Choir en la mayoría de los temas, lo que le da a este disco un sonido fresco y nuevo en el contexto más amplio de la obra de Cave.

Nick Cave siempre había sonado como una especie de predicador enloquecido, así que esa especie de mezcla entre los Bad Seeds y el góspel le va perfecto, sonando ahora sí como un predicador al frente de una banda de rock, eso sí, uno mucho más interesado en lo profano que en lo sagrado. El disco pasa del rock avasallador de “Get Ready For Love” a esa preciosidad acústica llamada”'Breathless”, una canción que hubiera parecido imposible que hubiera podido hacer el autor de “Tupelo”, no solo por la flauta de Ellis o esa letra con cosas como ese "pequeñas nubes blancas como corderos retozando y me quedo sin aliento por ti" que nadie se podría creer que el decadente yonqui gótico de los 80 pudiera decir, sino también por su increíble melodía.

Y es que en este disco Cave se destapa como un maravilloso escritor pop capaz de escribir canciones tan redondas como “Nature Boy”, “O Children”, o “There She Goes My Beautiful World”, sin olvidar que estamos ante uno de los grandes letristas de su tiempo, capaz de reírse de sí mismo sin contemplación cuando se compara con sus héroes, San Juan de la Cruz, Johnny Thunders o Nabokov: "Yo te miro y tú me miras y en el fondo de nuestros corazones sabemos que no eras una gran musa, pero, claro, yo tampoco era un gran poeta".

1. The Boatman's Call (1997)

No muchas sorpresas en el primer puesto, un disco que, a pesar de venir firmado por Nick Cave & The Bad Seeds, se podría considerar el primer disco en solitario de Cave, construido sobre su voz y su piano con pocos adornos aquí y allá. Ya escribí sobre él un amplio especial sobre esta maravilla para Mondo Sonoro y a mis propias palabras me remito:

La bestia gótica y cruda que nos había estremecido con asesinatos de feriantes, hombres a punto de recibir la descarga fatal de la silla eléctrica o siniestras figuras con capa negra y mano derecha roja, ahora nos estremecía el corazón exhibiendo sin miramientos el suyo propio hecho pedazos.

“The Boatman’s Call” sería su remedio para intentar escapar de su corazón roto, tras su ruptura con Viviane Carnero y PJ Harvey. Llamó a los Bad Seeds y les enseñó las demos que había grabado él solo con su piano diciéndoles que intervinieran lo menos posible en las canciones.

Cave le llegó a preguntar a Mick Harvey si era necesario que estuvieran todos en el estudio, el guitarrista y mano derecha de Cave pensaba que este debería haber sido un disco en solitario. Pero, al final, Cave quiso a las malas semillas con él y sus aportaciones fueron fundamentales, tanto cuando tocan como, igual de importante, cuando no lo hacen, poniendo el foco en la voz y el piano.

Es evidente que “The Boatman’s Call” no nos muestra todas las facetas de Nick Cave, también lo es que no es el más representativo de su carrera, pero creo que es el más especial también por eso, por ser el más personal e íntimo, pero también el más desgarrador y el que mejor canciones tiene ("Into My Arms", "(Are You) The One That I've Been Waiting For?", "People Ain't No Good", "There Is a Kingdom", "Brompton Oratory"...). En definitiva, el que nos deja ver, sin filtros, el corazón de la bestia.

 

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