“Moon Safari” sería el equivalente a esa mítica "White Room" de los locales de baile londinenses donde los bailarines podían relajarse ("chill out") mientras sonaba una música mucho más tranquila. Su electrónica sería también analógica, armados con unos viejos sintetizadores y Roland de los 70, un piano Rhodes y un bajo Höfner, Air saltarían al estrellato mezclando a Burt Bacharach con Jean-Michel Jarre o a Pink Floyd con Tomita.
Nicolas Godin y Jean-Benoît Dunckel venían del mismo sitio que Guy-Manuel de Homem-Christo y Thomas Bangalter, esto es del indie rock de guitarras. En su caso una banda llamada Orange que fue donde se conocieron. Pero, como reconocería el propio Godin, la música de guitarras no estaba en su ADN: "Tocar la guitarra a todo volumen con amplificadores es muy divertido cuando tienes 15 años y estás lleno de hormonas, pero a los franceses se nos da mejor ser cocineros o diseñadores de moda. La música rock no forma parte de nuestra cultura. Pero la música electrónica es diferente. Cuando la descubrimos, de repente tuvimos una salida".
Estos dos músicos de Versalles se habían trasladado a París y se habían instalado en la misma calle en la que vivían Daft Punk. Dunckel afirma, posiblemente exagera, que había veces que podían escuchar su música si abrían bien las ventanas, pero lo suyo no iba a ser una mera copia de los creadores de “Homework”. A pesar de que habían caído prendados de la escena electrónica parisina ellos no estaban para las grandes fiestas y los clubes sino para la música que se pudiera escuchar en casa. Puede que la razón principal fuera que Dunckel ya estuviera casado y tuviera un hijo, Solal, por aquel entonces. Algo que también hizo que supiera que se estaba jugando mucho más que su carrera con las posibilidades de éxito de Air.
Amor, Imaginación, Sueño
Eso sí, los inicios y nombre del proyecto están relacionados con el otro miembro del dúo, Nicolas Godin, que fue el que puso ese nombre, un acrónimo con las primeras letras de las palabras francesas Amour, Imagination, Rêve (Amor, Imaginación, Sueño) cuando un amigo le pidió un tema para un disco recopilatorio en un pequeño sello independiente. La canción que compuso y entregó se llamaba “Modulor Mix” y era un tributo a Le Corbusier por parte de este estudiante de arquitectura.
Esa canción ya daba varias pistas sobre el sonido futuro, estando construida sobre una sensual línea de bajo y teniendo los mismos elementos hipnóticos que serían marca de la casa. Era 1995 y la canción fue un pequeño éxito, siendo reeditada al año siguiente por el prestigioso sello británico Mo'Wax. Para ese momento Godin ya le habría pedido a Dunckel que le acompañara en su nueva aventura.
Juntos comenzaría a entregar nuevos sencillos como “Casanova 70” o la mejor de sus primeras canciones, “Le soleil est près de moi”. Eran canciones largas y principalmente instrumentales, con un tempo calmado y un punto entre melancólico y nostálgico, utilizaban instrumentos vintage, un piano eléctrico Rhodes, sintetizadores Moog y Korg MS20, vocoder y órgano. Lo que les daba un sonido totalmente propio, en el 97, cuando apareció “Le soleil est près de moi”, ya estaban perfectamente preparados para dar el gran salto y su compañía les pidió un disco de larga duración. Ese mismo año se publicaría el EP “Premiers Symptômes” en el que se recopilarían estos primeros sencillos y que terminaría siendo un éxito en Inglaterra, el país en el que mejor serían recibidos.
El Britpop estaba dando sus últimos coletazos, con las bandas más significativas saliendo de sus restricciones, como Blur o Pulp, o hundiéndose en todos sus excesos, como Oasis con su "Be Here Now", y el público estaba dispuesto para algo que sonara al final de la fiesta o a esa música para cerrar las discotecas de la que hablarían años más tarde Doble Pletina. Godin y Dunckel se lo tomaron con calma y, a pesar de las presiones de la compañía, decidieron tomarse su tiempo para hacerlo, grabando de abril a junio de 1997.
Sexy Boy
Godin que había dejado la guitarra por el bajo como instrumento principal, había recibido un Höfner como el de Paul McCartney en los Beatles y un día lo enchufó en el amplificador de su guitarra lo que le dio un sonido seco y frío, así que comenzó a tocar un riff con él y se lo enseñó a Dunckel que nada más escucharlo comenzó a cantar "sexy boy". En poco tiempo habían construido entre los dos su canción pop definitiva, no "sexy girl" sino "sexy boy", hecha por dos tipos que siempre tuvieron problemas para ligar y veían como sus amigos se terminaban llevando a la chica. Una de las características especiales de la canción era que las estrofas eran el caramelo melódico de la canción, no el estribillo, perfectas para que las cantase Françoise Hardy, rematadas por un solo al teclado que hubiera puesto una sonrisa en la cara de Richard Wright de Pink Floyd. Nada más terminarla Godin supo que tenían un éxito en su manga y que su vida estaba a punto de cambiar. No se equivocaba en lo más mínimo.
Aprovechando las musas el dúo se puso a discutir quién era la mujer más bella del mundo y Godin señaló que él escogería a Kelly de la serie original de 'Los Ángeles de Charlie', en poco tiempo construirían "Kelly Watch The Stars", un viaje cósmico con otro riff de bajo distorsionado e influencias del rock progresivo y el Space Rock. En "Talisman" se apreciaba la enorme huella de Burt Bacharach y la música 'lounge' en su música, algo que también se notaba en "Ce matin là", una canción tan Bacharach que, por un momento, deseas que la hubieran puesto letra y hubieran llamado a Dionne Warwick para cantarla.
No lo hicieron pero a la que sí llamaron fue a Beth Hirsch, que era vecina de Godin en Montmartre. Fue ella quien le puso letra y melodía a otras dos grandes canciones del disco, "All I Need" y "You Make It Easy". Ellos dicen que su incalculable aportación les hizo sonar como unos Carpenters (otros grandes admiradores de Bacharach) de la era espacial pero creo que su gran voz les emparentaba con otro grupo fundamental de los 90, Portishead. "All I Need" era la mejor de las dos y estaba basada en uno de sus primeros sencillos instrumentales, "Les professionnels", la huella de los de Bristol es indeleble en ella pero cambian los 'beats' hip hop por una gran línea de bajo, sin apenas percusión, en una canción que es trip pero no hop.
Algo especial
La propia Hirsch explicaba cómo fue su colaboración: "El contenido subyacente de su música era ecléctico y les gustaba trabajar con instrumentos reales. Por lo que escuché, fue después cuando introdujeron los elementos más electrónicos. Me dieron una primera versión de la música, pero incluso en ese estado bruto me di cuenta de que la canción tenía algo especial. Enseguida encontré una melodía y poco después escribí la letra".
Las primeras canciones que grabaron fueron las más pop, "Sexy Boy", "Kelly Watch The Stars", "Remember" y las dos canciones con Hirsch, pero los dos también querían tener en el disco la otra parte de la banda, la más enfocada en las texturas, en su pasión por las bandas sonoras, algo que terminarían haciendo ellos mismos poco después, cuando Sofia Coppola cayera prendada de una de sus canciones "Ce matin la", con sus ecos de Bacharach y Morricone, y esas cuerdas que grabaron en el más mítico de los estudios de grabación, el londinense Abbey Road.
Ellos tenían claro que esa era su principal diferencia con otras bandas, estaban enfocados en hacer música y no sólo canciones. Si una pieza instrumental les subyugaba no dudaban en quedarse con ella, sin buscarle un estribillo porque sí. Así el final del disco muestra a los Air más "chill" y atmosféricos con "New Star in the Sky (Chanson pour Solal)" y "Le voyage de Pénélope", más cerca del lado oscuro de la luna que de los Carpenters, olvidándose de la fórmula estrofa/estribillo/puente por exploratorios viajes psicodélicos, casi cerrando el círculo con su magistral inicio con "La femme d'argent", el mejor instrumental del disco, con su grandiosa línea de bajo, sus percusiones y su soñador Rhodes.
El nuevo pop francés
El disco se publicó un 16 de enero de 1998, un mes después, con la aparición de "Sexy Boy" como sencillo, el 9 de febrero, Air se volvieron gigantescos, la canción empujó al disco hasta el puesto número seis de las listas de los más vendidos en el Reino Unido, y también de media Europa. De repente un grupo francés volvía a tener éxito en el competitivo mercado anglosajón desde no se sabía cuándo. De hecho cambiaron la definición de pop francés en el resto del mundo, antes era sinónimo de Sacha Distel, después de la aparición, y el éxito, de "Moon Safari" pasó a ser sinónimo de ellos o Daft Punk. Eso sí, en casa no fueron recibidos tan bien, teniendo que consolarse con un discreto puesto 22 en las listas francesas y una crítica que no les consideró nada del otro mundo. Tiempo después contraatacarían diciendo que "los franceses siguen teniendo muy mal gusto en la música".
Eso sí, estos dos franceses sacaron un pequeño clásico de los 90 con este gran disco. Puede que baje un poco hacia el final del mismo, pero sigue manteniéndose sorprendentemente bien después de 25 años, es un disco que sigue sonando cálido y acogedor, lujoso y relajante, una obra perfecta para escuchar el domingo por la mañana, con los ojos cerrados y dejándose llevar de viaje por el espacio sin tener que abandonar la comodidad del hogar.
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