Este año parece haber tensado la cuerda del modelo de cine comercial del último siglo. En este pasado ejercicio se percibió más que nunca cierto agotamiento de las sagas, con sus precuelas, secuelas, remakes y universos expandidos. Las franquicias siguen haciendo muchos millones, sin embargo ya no parecen una apuesta tan segura como antaño. Hemos visto como previsibles taquillazos acabaron siendo grandes batacazos. Para nosotros, “Dune 2” o “Alien Romulus” serían de las pocas excepciones a destacar. Y por supuesto el séptimo arte tampoco ha podido ser impermeable a la gran polarización que hay en la sociedad (sirva como claro ejemplo “Civil War”). A pesar de todo, los mayores éxitos de crítica, y en muchos casos también de público, han recaído en títulos originales y libres de ataduras comerciales, como veréis en el top. Uno de los campos más fértiles de la campaña ha sido el terror desde visiones tan distintas como las de Coralie Fargeat o Demián Rugna, por citar dos de nuestras favoritas. Pero, al margen de nuestra lista, también quedan para el recuerdo obras como “Longlegs” o “Late Night With The Devil”, incluso “Strange Darling” o “La Primera Profecia”.
Es evidente que, en nuestra selección de este año, son muchas las películas que incomodan, pero siguiendo en lugares inhóspitos también cintas como “The Beast”, “Kind Of Kindness” o incluso “Desconocidos” buscan tensar nuestra perspectiva sobre el mundo. Incluso películas para contentar al gran público (“Furiosa”, “Rivales”), tienen un punto de riesgo en su propuesta. Ojalá este año supongo un buen punto de inflexión para que los productores apuesten todavía más por un cine hecho de emociones y no solamente de palomitas. Noel Turbulencias
1. La sustancia
Coralie Fargeat
El esperpento y la hipérbole funcionan, eso no resulta nada nuevo, pero sí el nervio y la frescura de Fargeat tras la cámara. Pero si algo destaca en “La sustancia” son sus dos actrices principales: una Margaret Qualley que sigue subiendo como la espuma tras su alianza con el Lanthimos más reciente y, en especial, una Demi Moore revalorizada gracias a un doble mérito: el de una interpretación descarnada –nunca mejor dicho– y sin red, alimentada a su vez por el significado extra fílmico del propio papel; una elección valiente con la que la actriz parece dar un puñetazo sobre la mesa de muchos magnates de la industria a quienes, seguro, se les ha desencajado la mandíbula viendo el film. David Sabaté
2. Anora
Sean Baker
“Anora”, dirigida por Sean Baker, ganó la última Palma de Oro del Festival de Cannes. Todos los parabienes que ha ido obteniendo son más que justos, porque es, sin duda, una duda, una de las películas del año. La protagoniza Anora, una chica de veintitrés años que trabaja como stripper en un club de Brooklyn, que acabará metida en un lío con oligarcas rusos cuya premisa combina “Pretty Woman” con Tarantino, desde la perspectiva menos cool de Baker. José Martínez Ros
3. Pobres criaturas
Yorgos Lanthimos
En esta especie de “Boyhood” inmovilista, la madurez de la protagonista no se materializa en su evolución corporal sino ideológica. “Pobres criaturas” se convierte así en un (re)descubrimiento de los horrores del capitalismo, la monogamia y el patriarcado a través de una Emma Stone en constante aprendizaje. Lanthimos rompe con el romanticismo del “Frankenstein” de James Whale, pues ahora poder crear vida no engrandece al hombre, sino todo lo contrario. Daniel Grandes
4. Civil War
Alex Garland
Más allá de la atractiva (aunque sensacionalista –¿y premonitoria?–) premisa, esta tensa “Civil War” de Alex Garland (“Men”, “Ex Machina”) se interroga sobre el papel del periodismo en los conflictos bélicos con cuestiones que no son nuevas, pero, por vigentes, no dejan de interesar y de funcionar narrativamente: ¿El periodista solo ha de documentar la realidad o ha de intervenir en ella?, ¿Ha de blindarse emocionalmente a riesgo de deshumanizarse? J. Picatoste Verdejo
5. Dune: parte dos
Denis Villeneuve
Un servidor concluía la reseña del primer “Dune” de Villeneuve, con la duda de si “Dune 2” compensaría la calma de la predecesora con un aumento de furia. Y lo hace, pero sin erosionar la cohesión del conjunto. Si la primera entrega era la presentación avasalladora de unos mundos atractivos en su belleza inhóspita, esta continuación, consciente de que, visualmente, las cartas ya están echadas y no puede sorprender mucho más, se centra en la acción, avanza en el planteamiento general de la saga y ensancha el conflicto del protagonista. J. Picatoste Verdejo
6. Cuando acecha la maldad
Demián Rugna
“Cuando acecha la maldad” es una de las sorpresas más agradables (e impactantes) del cine de terror reciente. El director de la muy estimable “Aterrados” nos trae una historia de posesiones que no se parece a ninguna otra gracias a su elaborada mitología. Demián Rugna apuesta por un terror visceral, orgánico, tremendamente físico. La película posee, entre sus muchas virtudes, una atmósfera malsana que nos hace pensar en un western fronterizo, un ritmo inexorable y una refinada crueldad que no da tregua al espectador. José Martínez Ros
7. Los que se quedan
Alexander Payne
La principal virtud de esta pequeña, aunque enorme película, es comprobar que aún existen directores como Alexander Payne, capaces de ejercer su oficio sin renunciar a su vocación más artesanal. Un trabajo que te invita a disfrutar de las cosas en apariencia sencillas, pero que en el fondo anidan una profundidad mayor que cualquier manual de filosofía o libro de autoayuda de los miles de farsantes que corren por ahí. Una auténtica lección de vida. Don Disturbios
8. La zona de interés
Jonathan Glazer
Aunque no sea un cinta con hombres lobos, posesiones demoníacas y sustos, “The Zone Of Interest” te revuelve el estómago y te sacude. A partir de una narrativa que sigue la vida de una familia alemana, consigue crear una historia que sabe dialogar con el espectador y plantearle la capacidad del ser humano para banalizar el mal. ¿Cómo? Con un pequeño detalle, el padre de esa familia es el que rige el campo de concentración de Auschwitz. Luis de la Iglesia
9. Kneecap
Rich Peppiatt
Tras la mala fortuna de algunos biopics musicales estrenados este año, esta cinta se siente como exquisito maná en medio de un desértico peregrinaje. Lejos de tratarse de un vacuo capricho, “Kneecap” logra ir más allá y resignifica con devoto cariño un sentir compartido por millones de voces silenciadas. Si todavía queda alguien preguntándose por qué una formación tan joven se ha ganado ya los honores de protagonizar su propia película, el visionado de la misma responderá a cualquier duda. Fran González
10. El baño del diablo
Veronika Franz y Severin Fiala
La pareja de directores austríacos vuelve con “El baño del diablo”, un importante peldaño más en su brillante trayectoria. Sin ser una obra maestra rotunda, “The Devil's Bath” constituye una propuesta indispensable de este 2024, por su pronta madurez y por su equilibrada combinación de drama y denuncia social, portento visual e interpretaciones notables; sirva como ejemplo su clímax de la confesión, desde ya una las mejores escenas del año. David Sabaté
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