Decir que este ha sido un magnífico año para el cine nacional supone un titular tan cliché como certero. Años buenos los ha habido antes, pero quizás pocos han tenido la capacidad de regalarnos una temporada cinéfila tan llena de vida, rebosante de originalidad formal y narrativa y, sobre todo, con ganas de explorar géneros tradicionalmente poco habitados. Buen ejemplo de esto es “Upon Entry”, un minimalista thriller de interrogatorios que pone el dedo en la llaga y que ha acabado siendo la película más votada por la redacción. Entran también en la lista dobles sesiones cuanto menos interesantes, como la que componen el intimismo rural de Coixet (“Un amor”) y la inmensidad catastrófica de Bayona (“La sociedad de la nieve”), o la que nos regalan la emotividad biográfica de “Saben aquell” y la sinceridad cotidiana de “Una vida no tan simple”, dos formas complementarias de entender la relación entre lo laboral y la paternidad. La cálida empatía de “20.000 especies de abejas” y el compromiso festivo de “Te estoy amando locamente” ponen sobre la mesa la importancia de plasmar en la pantalla las realidad LGTBI+, mientras que “Creatura” y “Robot Dreams” componen, cada una a su manera, dos relatos sobre el amor, la identidad y el tiempo. Y no, no es un error de imprenta: C. Tangana se cuela ahora también en la lista de las mejores películas con “Esta ambición desmedida”. Por supuesto, habla tan bien de este año lo que entra como lo que se queda fuera. “Las chicas están bien”, “Samsara”, “Hermana Muerte”, “O Corno”, “El fantástico caso del Golem” o “Inmotep” —entre muchas otras— confirman que para encontrar vida más allá del “Barbenheimer” basta con asomarse a la ventana del vecino. Porque 2023 nos ha enseñado que la de El Madrileño no es la única ambición desmedida que ronda por el panorama cinematográfico nacional. — Daniel Grandes
1.- Upon Entry
Alejandro Rojas y Juan Sebastián Vásquez
Situada en 2019, con el fantasma del Muro de Donald Trump por ahí rondando, “Upon Entry”podría ser un drama con grandes dosis de crítica política. Pero, aunque la hay, ésta usa otro vehículo para llegar al espectador y que sientan como propia la situación que se está denunciando: el thriller. “Upon Entry” es el mejor thriller nacional estrenado este año, y no da ningún respiro a lo largo de sus setenta mi- nutos. Pero ojo, porque no recurre a giros de guión cada dos por tres para mantener la tensión; ésta se construye simple- mente con planos/contraplanos en un espacio claustrofóbi- co y con los propios diálogos de los agentes de inmigración con los protagonistas (estupendos Bruna Cusí y Alberto Ammann, pero ojo a lo que hace Laura Gómez). La información se nos va dando poco a poco, el agobio y la indignación va en aumento, y, para cuando nos queremos dar cuenta, ya estamos dentro de Elena y Diego. El manejo de la tensión y la incomodidad que demuestran Rojas y Vásquez consigue que logren su objetivo de plantearnos un par de cositas sobre la Tierra de las Oportunidades, y sobre las fronteras en general. Estamos, sin duda, ante una de las mejores óperas primas del año a escala internacional. — Pablo Tocino
2.- 20.000 especies de abejas
Estebaliz Urresola
Esta sobresaliente y necesaria ópera prima de Estibaliz Urresola nos sumerge en la metamorfosis liberadora de un verano que lo cambiará todo, con la lucha, exploración de la feminidad y aceptación de la identidad de una niña trans como protagonista. Entre el rechazo y la extrañeza, rodeada de las mujeres de su familia, reflejándose en ellas y haciendo que todas repiensen su propio pasado, presente y futuro vital. — David Pérez
3.- La sociedad de la nieve
J. A. Bayona
Que los puntos de conexión con “¡Viven!” de Frank Marshall no os hagan caer en el prejuicio. “La sociedad de la nieve” es una película de catástrofes atípica, asfixiante en su capacidad por balancearse entre lo inmenso y lo claustrofóbico. Como si Terrence Malick filmara una versión de “En las montañas de la locura” ausente de monstruos, Bayona presenta un dispositivo en el que el tiempo estruja al espectador y el espacio le encoge. — Daniel Grandes
4.- Saben aquell
David Trueba
En vez de pergeñar un film río –delito fatal de muchos biopics que quieren condensar toda una vida–, “Saben aquell”, hablado en catalán y castellano, elige el marco temporal 1968-1980, que tiene como eje el matrimonio entre Eugenio y Conchita y la influencia de ella en la creación del icónico personaje. El resultado es una película alejada de sensacionalismos, cálida y romántica, en la que los detalles son algo más que lo que aparentan ser. —J. Picatoste Verdejo
5.- Creatura
Elena Martín
Elena Martín intenta combatir todos los tabús sexuales a base de enfrentar al espectador a situaciones complejas e incómodas, lo que le valió el premio a Mejor Película Europea de la Quincena de Realizadores en Cannes. Una obra que no rehúye la mirada de las heridas que no gusta mirar, pero en ningún momento se regocija en el morbo. Una película que habla de sexualidad y del cuerpo femenino y le da igual si hablar de sexo está bien o está mal. —Gerard Garrido
6.- Te estoy amando locamente
Alejandro Martín
Ya conocíamos a Alejandro Marín por su trabajo en “Maricón perdido” y en “Una navidad con Samantha Hudson”, pero “Te estoy amando locamente” es su primera aventura en las salas, una historia escrita junto a Carmen Garrido en la que se cuenta la formación del MHAR (Movimiento Homosexual de Acción Revolucionaria) a través de la lucha de una madre, al principio por acep- tar a su hijo, después por salvarle, y siempre por protegerle. — Pablo Tocino
7.- Robot Dreams
Pablo Berger
Ya conocíamos a Alejandro Marín por su trabajo en “Maricón perdido” y en “Una navidad con Samantha Hudson”, pero “Te estoy amando locamente” es su primera aventura en las salas, una historia escrita junto a Carmen Garrido en la que se cuenta la formación del MHAR (Movimiento Homosexual de Acción Revolucionaria) a través de la lucha de una madre, al principio por aceptar a su hijo, después por salvarle, y siempre por protegerle. — Pablo Tocino
8.- Una vida no tan simple
Félix Viscarret
Un retrato melancólico de una clase social que, a inicios del siglo XXI, parece en proceso de extinción: la burguesía ilustrada. Y, al tiempo, una eficaz comedia dramática sobre la crisis de los cuarenta, entendida como ese momento en el que debes afrontar que te has convertido en un adulto, que tal vez nunca cumplirás tus ambiciones laborales, que la paternidad es agotadora, que es demasiado tarde para empezar desde cero con otra persona... —J. Martínez Ros
9.- Esta ambición desmedida
Cristina Trenas, Santos Bacana y Rogelio González
El apartado visual, como todo lo que hace Little Spain, es simplemente fascinante. Su estilo, su sentido de la composición y la originalidad del montaje –no solo en lo visual, sino en lo narrativo– son apabullantes. Lo que se vio en las pantallas de la gira es un material ya premiable al más alto nivel: el upcycling que se hace con ello, soberbio. No es una gira, no es un documental, no es una tragedia... Es una película. —Luis M. Maníes
10.- Un amor
Isabel Coixet
Isabel Coixet ha salido bien librada de un difícil empeño: adaptar una de las obras literarias más ambiguas y controvertidas de los últimos años, “Un amor” de Sara Mesa. Las pequeñas modificaciones en la historia funcionan para acentuar la dinámica destructiva y la continua huida hacia delante de la protagonista, interpretada por una gran Laia Costa, acompañada de unos estupendos Hovik Keuchkerian, Luis Bermejo, Francesco Carril y Hugo Silva. —J. Martínez Ros
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