Ha sido un año muy interesante para el cine. Ha sido el año del “fenómeno Barbenheimer” (siendo justos, “fenómeno Barbie” sobre todo), no en vano aparecen tanto “Oppenheimer” como “Barbie” en nuestra lista, aunque en posiciones bien diferenciadas. Pero también ha sido el año en el que dos grandes maestros como Martin Scorsese (“Los asesinos de la luna”) y Hayao Miyazaki (“El chico y la garza”) han ofrecido sus ojalá-que-no-últimas películas mientras una debutante nos ha enamorado (Celine Song y “Vidas pasadas”). Ha sido el año en que Hollywood daba la espalda a la visión crítica que le hacía Damian Chazelle en “Babylon”, el año del estreno en España de dos Palmas de Cannes muy distin-tas (“El triángulo de la tristeza” y “Anatomía de una caída”), y el año en que el blockbuster adulto continuó reclamando su espacio de la mano de Tom Cruise (“Misión Imposible VII”) mientras asistíamos al regreso de uno de sus mayores exponentes (“Indiana Jones y el Dial del Destino”), y su creador Steven Spielberg nos contaba su propia vida (“Los Fabelman”). Un año estupendo para el terror (“Scream VI”, “Beau tiene miedo”, “Skinamarink”, “M3gan” o las inclasificables “Oso vicioso” y “Good Boy”), pero también para un cine más modesto que se ha ganado un hueco en muchos cinéfilos (“Fingernails”, “Bottoms”, “Las ocho montañas”, “Lie With Me”), y para pesos pesados de la crítica como Hamaguchi (“Evil Does Not Exist”), Abbas (“Holy Spider”), Kaurismaki (“Fallen Leaves”), Koreeda (“Monstruo”). Y ojo, porque antes de confeccionar esta lista, quedaban por estrenarse la ambiciosa “Napoleón” de Riddley Scott, “Wonka” (Timothée Chalamet toma el testigo de Johnny Depp) o “Maestro” (el biopic de Bernstein por Bradley Cooper). Y eso sin incluir a nuestro Bayona que, en “La sociedad de la nieve”, nos cuenta la historia que muchos conocimos por “¡Viven!”. Y ese mismo grito se lo podemos aplicar al séptimo arte: ¡Larga vida al cine en 2024! — PABLO TOCINO
1.- Oppenheimer
Christopher Nolan
Como hiciera ya Ron Howard con la vida del matemático John Nash en “Una mente maravillosa”, un biopic transfor- mado en thriller, Christopher Nolan convierte la versión cinematográfica de la vida del físico Robert Oppenheimer, padre de la bomba atómica, en un film de género que cruza una trama de supuesto espionaje con el cine de juicios. En esa búsqueda de aligerar algo tan plúmbeo como la física y las ecuaciones de tiza, Nolan es fiel a sí mismo y pone en marcha un engranaje fastuoso de música e imágenes que envuelve al espectador durante tres horas como antes lo había hecho en otros géneros como la ciencia-ficción de “Interstellar” o el cine bélico de “Dunkerque”. Desfilan de- cenas de personajes que giran en torno al gran triunfador de la sesión, un Cillian Murphy espléndido ante el mayor reto profesional de su carrera. Que el film no se pretenda como una hagiografía de Oppenheimer, le permite al actor irlandés explorar las aristas de un personaje que transita desde la locura hasta la compasión pasando por la soberbia o el angustioso desasosiego de haber ayudado a crear un arma de destrucción masiva. A su alrededor destacan una poderosa Emily Blunt un terrorífico Casey Affleck y Robert Downey, Jr, aunque algo histriónico en la parte final, en su papel de antagonista.— J. PICATOSTE VERDEJO
2.- Los asesinos de la luna
Martin Scorsese
Martin Scorsese nos entrega una obra total, en la que hábilmente adapta su cine de mafiosos a un marco de western crepuscular con Robert De Niro en una de sus interpretaciones más tranquilas a la vez que perversas. La cinta también constituye una lección de saber narrativo por el cual fluyen unas casi tres horas y media de metraje que aparecen justificadas en una obra de tal envergadura reivindicativa. Una historia de enormes resonancias morales. —J. PICATOSTE VERDEJO
3.- El triángulo de la tristeza
Ruben Östlund
Ganadora, entre otros premios, de la Palma de Oro en Cannes del pasado año, la película del director sueco Ruben Östlund es la mejor, y más descarnada crítica, que se ha visto en la gran pantalla estos últimos años al sistema capitalista y a las diferencias de clase. Una estructura basada en los roles de poder que una tormenta en alta mar puede acabar revirtiendo. Cine de autor tan ácido como inteligente, no apto para estómagos sensibles. — DON DISTURBIOS
4.- Las ocho montañas
Felix van Groeningen y Charlotte Vandermeersch
Es significativo que esperase una historia de amor entre dos hombres, porque quizás no lo esperaría de una historia de amistad así entre dos mujeres; el corsé de la masculinidad y su representación en la ficción hace que se nos haga extraño ver cómo los personajes que con maestría interpretan Alessandro Borghi y Luca Marinelli tienen sentimientos muy fuertes el uno por el otro. Se admiran, se echan de menos, son cariñosos, se ayudan, se necesitan. Son amigos. — PABLO TOCINO
5.- Almas en pena en Ishinerin
Martin McDonagh
McDonagh construye un film político de alcance mayor sobre la absurdidad de los conflictos, la irracionalidad de los compor- tamientos humanos, los efectos nocivos del individualismo y la pérdida de la esperanza. Ambientada hace un siglo en una pequeña isla irlandesa, la decisión inesperada de un lugareño –Brendan Gleeson– de romper su amistad con su inseparable colega –Colin Farrell– inicia un conflicto de consecuen- cias inesperadas. — J. PICATOSTE VERDEJO
6.- Tár
Todd Field
Una rara excepción. No sólo porque trate te- mas importantes, como si es posible separar la vida y la obra de un artista, la cultura de la cancelación o el abuso desde posiciones de poder, sino porque trata a sus espectadores como a personas inteligentes. No emite jui- cios. No toma partido. Te muestra los hechos que llevan a Lydia Tár, directora de orquesta y compositora, de la celebridad al abismo y deja que tú seas el que te hagas preguntas y reflexiones. —JOSÉ MARTÍNEZ ROS
7.- Spiderman: Cruzando el Multiverso
VV.AA.
Antes de empezar a desgranar su artesanía pirotécnica, dejemos constancia que hay que valorarla teniendo en cuenta que se trata de la primera mitad de algo más grande. Es importante recalcar esto, porque el final es un cliffhanger que va a dejar a más de uno, con la boca abierta y diciendo “¿En serio?”. Dicho esto, toca abrir el corazón y dejar la dopamina fluir porque nos encontramos ante una de las películas de animación más bien animadas de la historia. —LUIS DE LA IGLESIA
8.- Barbie
Greta Gerwjg
La interpretación del dúo Robbie-Gosling le pone la guindilla al pastel dulcemente empaquetado que nos deleita en forma de carta de amor a las mujeres. “Barbie” rescata a un sector bajo la sombra de live actions y remakes poniendo fin a tópicos preestablecidos con elegancia y humor, convirtién- dose en un evento cinematográfico del que salimos con una sonrisa infantil iluminada por el color más radiante de todos: el rosa. —ABEL OLIVARES
9.- El chico y la garza
Hayao Miyazaki
Inspirada en la novela juvenil “¿Cómo vives?” de Genzaburo Yoshino, “El chico y la garza” es, en cierta manera, un paseo por la filmografía de Miyazaki, por sus obsesiones, sus valores, su absorbente estética, el acompañamiento musical de Hisaishi, o la ternura que despiertan la mayoría de sus personajes, incluso los que a priori no son nada tiernos. Comparada con obras anteriores, hay aquí además una mayor dosis de melancolía que la hace aún más especial. —PABLO TOCINO
10.- La ballena
Darren Aronofsky
Frente a la metáfora bastante clara que se hace con “Moby Dick”, de Herman Melville, Brendan Fraser se convierte en un monstruo en proceso de suicidio con una última obra que hacer: buscar la bondad sincera que esconden las personas que le rodean. Darren Aronofsky aprovecha esta excusa para cri- ticar la política, la sanidad, la religión y la economía en un ambiente estadounidense. Sin embargo, en lo metafórico se queda un poco corto y algo azucarado. — LUIS DE LA IGLESIA
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