Si tuviéramos que elegir una palabra para describir la cosecha de cine español de este año, la elegida sería variedad. Y también algo de riesgo, para qué negarlo. Variedad en las historias que nos ha contado y riesgo en el contenido y la forma de algunas de ellas. Carla Simón y su Verano 1993 es un buen ejemplo; una película exigente e intimista, cercana al cine de autor, que ha conseguido enamorar a crítica y público. Otro que se ha arriesgado es Álex de la Iglesia, que con El bar y Perfectos desconocidos ha demostrado que su capacidad como cuentacuentos macabro y salvaje sigue intacta. Lo mismo podemos decir de Nacho Vigalondo, que en Colossal se nos ha ido a las Américas para entregar un relato sci-fi de superación y subtexto feminista negro como el azabache.
1.- Verano 1993
Carla Simón
Gran sorpresa de la temporada ya desde principio de año con su exitosa irrupción en el Festival de Berlín. Relato autobiográfico de su directora debutante, la película retrata con sensibilidad la experiencia dramática de la orfandad. Título destinado a situarse entre lo más granado del cine español sobre la infancia. J. Picatoste Verdejo
2.- Colossal
Nacho Vigalondo
La larga espera mereció la pena: tras la fallida Open Windows, Nacho Vigalondo entra con todos los honores en la industria audiovisual norteamericana. Y lo hace siguiendo su particular estilo: retorciendo un género trilladísimo hasta conseguir que hable de lo que verdad importa, esto es, del amor. Rubén Romero Santos
3.- Verónica
Paco Plaza
Paco Plaza puede presumir ya de haber alumbrado en solitario un futuro clásico del cine de terror español. Su Verónica funciona a dos niveles; como cuento de horror old school y como alegoría de la pérdida de la inocencia de la joven adolescente protagonista. Ah, y Plaza también aúna guiños a sus héroes (Fulci, Winner o Ibáñez Serrador) y una conseguida vena autóctona. Xavi Sánchez Pons
4.- Handia
Jon Garaño & José Mari Goenaga
Una vez leído este Atardecer en Waterloo, tengo claro que poco más me hace falta leer sobre The Kinks. Se me antoja la autobiografía definitiva de los británicos. Y se ha escrito en nuestro país. Por ello, incluye un último apartado con las peripecias y su relación con España. Un trabajo magnífico, llevado a cabo durante más de dos años, que ha dado un fruto suculento. Eduardo Izquierdo
5.- Perfectos desconocidos
Álex De La Iglesia
En un año en que ha estrenado otra notable comedia, El bar, más cercana a su mundo creativo, Alex de la Iglesia ha sabido liberarse en Perfectos desconocidos del aire teatral que respira el film italiano en que se basa, inédito comercialmente aquí. Buenas interpretaciones. J. Picatoste Verdejo
6.- Selfie
Víctor García León
Este falso documental sobre la caída en desgracia de un niño bien hijo de un político encarcelado es una especie de versión punk de Los viajes de Sullivan de Preston Sturges dirigida por un trasunto de Larry Charles. Selfie no siempre acierta, pero su apuesta por el humor de la vergüenza ajena ofrece momentos memorables. Xavi Sánchez Pons
7.- Abracadabra
Pablo Berger
Probablemente desde Marco Ferreri nadie ha filmado tan bien a las clases populares españolas como Pablo Berger. A medio camino del cine de posesiones y la denuncia social, Abracadabra es un excelente y personalísimo filme que retoma la estética gore del autor de Mama (1988). Rubén Romero Santos
8.- Muchos hijos, un mono y un castillo
Gustavo Salmerón
Catarsis familiar solo comparable con El desencanto de Jaime Chávarri, pocas películas van a describir tan bien cómo hemos pasado de los felices noventa al calamitoso momento actual como este documental de Gustavo Salmerón… ¿O sería mejor decir que este documental de su madre Julita y su costilla? Rubén Romero Santos
9.- Algo muy gordo
Carlo Padial
La confirmación de Carlo Padial como una de las figuras estatales del humor esquizofrénico y patético. A mitad de camino entre un making off desastroso y la parodia de una gran producción con efectos digitales y estrellas (aquí un Berto Romero que juega a no hacer gracia), Algo muy gordo supone una feliz rara avis dentro del cine patrio. Huele a película maldita de culto. Xavi Sánchez Pons
10.- La película de nuestra vida
Enrique Baró
Moviéndose en festivales desde el año anterior, la primera cinta larga de Enrique Baró ha ido creciendo poco a poco haciendo de sus limitaciones virtudes. La propia familia como materia prima y también como sustancia, las raíces, el equilibrio entre presente, pasado y futuro a través de tres generaciones. Joan S. Luna
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