Nadie es inocente
Los conciertos son, a menudo, el lugar donde descubrir bandas o calibrar como es debido sus nuevos lanzamientos discográficos; más aún en el metal underground. Por ello, este año todo ha resultado doblemente complicado. A quienes, por suerte, sí hemos podido disfrutar en directo ha sido a Obsidian Kingdom, cuyo tercer disco, “Meat Machine”, ha sido aplaudido por varios colaboradores de la revista ajenos al metal: una vuelta de tuerca al personal sonido de los barceloneses, que siguen explorando nuevas sendas en algún punto entre el post metal, el rock industrial y el vanguardismo más libre.
En segundo lugar, Witchtower nos entregan, desde Jaén, una buena dosis de puro NWOBHM en el que asoman aristas de hard rock setentero. Completa el triunvirato de la clasificación “Sharpen Your Spikes”, quinto disco de Körgull The Exterminator y una demoledora nueva lección de black/thrash. Tras ellos destacan los gallegos Ruinas y su brutal ejercicio de death/grind con Rober de Machetazo al frente; el death progresivo de White Stones, proyecto de Martin Mendez de Opeth junto a los catalanes Vidres a la Sang; el sludge riot metal deRosy Finch, con ecos de Seattle y toneladas de distorsión; lo nuevo de <strong>Cobra, que aumentan velocidad y melodía para seguir creciendo, el regreso de Necrophiliac tres décadas después de su debut.
Completan la lista dos debuts de altura: el de los death metaleros barceloneses Avern y el de Deadwood Tree y su sludge doom macerado en tierras mallorquinas. Otros nombres del año han sido los de Unbounded Terror, que subirían posiciones, sin duda, en una lista extrema; Immorgon, Holy Hex, Space Deer, Atrexial, Human Carnage, Dentellada, Calderum o Aposento. Mención aparte para los excelentes EP’s de Bocc, Balmog y los thrashers Brut. Una buena cosecha, a pesar de todo.
Edu Tuset / David Sabaté
1.- Obsidian Kingdom - "Meat Machine"
Season Of Mist
METAL
Hay una familiaridad casi truculenta en Obsidian Kingdom con la cuestión de la incomodidad, el misterio y los tabús. Tal vez álbumes pasados como “Mantiis” (12) o “A Year With No Summer” (16) ya daban buena cuenta de ello, pero pocas dudas nos caben de que Meat Machine es el ejercicio más desgarradoramente honesto y provocador del conjunto hasta la fecha. Tomando la carne y la construcción de la identidad como ejes centrales de su concepto poliédrico, el álbum despliega mediante cortes tan profundos como accesibles un amplio abanico de recursos que viajan desde la más absoluta excentricidad de temas como “The Edge” o “Vogue” hasta arrolladoras tonadas sludge y progresivas como “The Pump” o “Mr Pan”, siempre bañadas por abrasadoras influencias industriales y una estética grotesca. En conjunto, la radicalidad de sus distintas facetas sitúa a este álbum entre uno de los más memorables ejercicios de creatividad y transgresión que puedan recordarse en el metal patrio de los últimos años. Un merecido brindis por ello, pues. Con tinto, por supuesto.
Fernando Acero
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