10.- Floating Points
Crush
(Ninja Tune)
(ELECTRÓNICA) Si en los anteriores Elaenia (15) y Reflections-Mojave Desert (17), el británico Sam Shepherd investigaba en una moderna reconstrucción del sonido cósmico más analógico uniéndolo con un modern jazz abstracto, Crush significa su gran paso de gigante en la electrónica de baile moderna, haciéndose un hueco junto a Four Tet o Caribou. Manu González
9.- slowthai
Nothing Great About Britain
(Method Records/Universal)
(RAP) Para slowthai, curtido en la precariedad y moldeado por un Northampton hundido, olvidado y despreciado por sus compatriotas, siempre ha sido fácil hacer brotar lo político de lo personal. Hay mucho de ambas cosas en Nothing Great About Britain. Afilado y sucio, dulce y emotivo, agresivo y reflexivo, cargado de humor y crudeza a partes iguales. Darío G. Coto
8.- Bon Iver
i,i
(Jagjaguwar/Popstock!)
(FOLK) Justin Vernon cierra un supuesto ciclo de cuatro álbumes conjugando algunas de las claves que han hecho de él uno de los nombres inevitables para entender la reformulación del indie folk de la última década. De hecho, este álbum –su disco de otoño– parece una síntesis de los dos anteriores, con alguna pizquita aún del primero. Todo muy bien combinado. Carlos Pérez de Ziriza
7.- Michael Kiwamuka
KIWANUKA
(Interscope/Universal)
(SOUL) El tercer álbum de Michael Kiwanuka surge de un proceso de auto afirmación, consolidando una carrera a la que se le abre un gran futuro y nuevas vías de exploración. En lugar de por los singles, apuesta por canciones de una textura tan envolvente que teje a nuestro alrededor un hilo invisible del que resulta imposible escapar. Don Disturbios
6.- Kate Tempest
The Book Of Traps And Lessons
(Republic/Music As Usual)
(RAP) La música, esta vez, está al servicio del mensaje, y el silencio pasa a ser un instrumento más. Kate Tempest dinamita las fronteras entre géneros, estilos y disciplinas para ofrecer una obra en la que todo gira en torno a las palabras. Una interrogación continua, una disección de nuestros impulsos, deseos, miedos, esperanzas e inseguridades. Ricky Lavado
5.- Billie Eilish
When We All Fall Asleep, Where Do We Go?
(Interscope/Universal)
(POP) Eilish nos conquista con su pop lúgubre, elaborado mano a mano con Finneas, su hermano mayor, transitando con acierto desde el R&B hasta la electrónica disruptiva y densa, desde el neo soul hasta los beats agresivos. Una forma de entender la música en la que nada aburre y en la que se pasea de un género a otro sin complejos. Yeray S. Iborra
4.- Lana Del Rey
Norman Fucking Rockwell
(Interscope/Polydor)
(POP) Alejándose, más si cabe, de la radiofórmula y acentuando su marca y sonido más personales, Lana Del Rey demuestra que tiene los pies en la tierra en el disco probablemente más cohesionado de su carrera. Dando mucha importancia a las melodías y a la instrumentación, pero a la vez ofreciendo una manera de componer muy madura, poética y fiel a sus principios. Álvaro Tejada
Igor
(Columbia/Sony)
(RAP) El talento de Tyler Okonma siempre ha estado ahí, solo que a día de hoy resulta más evidente que nunca. Producido íntegramente por él mismo, Igor es, sin lugar a dudas, del disco que debería colocarle definitivamente en primera línea –si es que no lo estaba ya–, una verdadera bacanal de estilos, sampleados y de colaboraciones. Más claro, imposible. Joan S. Luna
Ghosteen
(Bad Seed/Popstock!)
(POP) El duelo persiste, pero ha pasado a una siguiente fase: tras la aceptación plena de la pérdida, llega el momento de la calma que sucede al desgarro. La búsqueda de una cierta trascendencia como bálsamo. La luz que emana al final del túnel. Un túnel que puede parecer largo, pero que algunos no nos atrevemos siquiera a cuestionar. Francamente escalofriante. Carlos Pérez de Ziriza
1.- FKA twigs
Magdalene
(Young Turks/Popstock!)
(POP) Magdalene arranca con un carácter espiritual que se mantendrá durante todo el minutaje, a veces se traduce en delicadeza, otras en ferocidad y la mayoría en una combinación de ambas. Magdalene no es solo uno de los discos del 2019, sino un álbum del que, como con su antecesor, nos seguiremos acordando aunque hayan pasado cinco años. Y más. Pablo Tocino
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