Como en tantos otros grupos, las tensiones de las giras infinitas terminaron por quebrar los lazos que una vez unieron a los miembros de Mano Negra. En 1994 salía a la calle ‘Casa Babylon’, su cuarto y último disco de estudio. Su cantante, Manu Chao, siguió tocando con algunos integrantes de la banda bajo el nombre de Radio Bemba, pero aquello era una gallina corriendo sin cabeza y no se alargó demasiado en el tiempo.
En su condición de eterno viajero, Manu comenzó entonces a cavilar las canciones de lo que sería su debut en solitario. El denominado ‘Estudio Clandestino’ suponía un ordenador portátil con el que fue grabando aquí y allá las pistas de su ópera prima, que inevitablemente se fueron impregnando de la cultura y el sabor de los lugares que visitó, principalmente de Latinoamérica.
El músico francés preparó unas estructuras de aparente sencillez (muchos de los temas apenas tenían tres acordes) asentadas en bases electrónicas, rasgueos de guitarra sin mayores florituras, samplers por doquier y sus voces dobladas, rematado todo con los vientos de Jeff Cahours (trombón), Antoine Chao (trompeta) y Ángelo Mancini (trompeta) y los coros de Anouk y Awa Touty Wade.
La música seguía teniendo un millón de influencias, pero se alejaba de los ritmos acelerados de Mano Negra, especialmente del ska y del punk. Rumba, world music, pop, rock, salsa, electrónica o reggae se mezclaban sin complejos con un marcado carácter latino. De igual modo, y aunque con una amplia presencia del castellano, las lenguas iban pasando del francés al inglés o del gallego al portugués.
Las letras mantenían el discurso reivindicativo (el drama de la inmigración, la legalización de la marihuana…), aunque con espacios para el amor, el desamor y, en el trasfondo, una melancolía imperante. No tanto a nivel personal sino social, como quien carga sobre sus hombros el peso de la pobreza que ha visto.
La lírica estaba aliñada en todo momento por samplers que iban desde discursos del Subcomandante Marcos a mensajes de amigos dejados en su contestador telefónico, fragmentos de otras canciones (‘Llorona’ en mitad de ‘Mentira’) o noticias de la radio.
De la preproducción se encargó Laurent Lupidi, para la producción le ayudó Renaud Letang y para el diseño Frank L'Oriou. Las pistas fueron mezcladas por Cedric Champalou y posteriormente masterizadas por Greg Calbi. La icónica foto de portada del cantante apoyado contra una pared la realizaría Youri Lenouette.
Con el subtítulo de ‘Esperando la última ola...’ se publicaba ‘Clandestino’ el 6 de octubre de 1998 bajo el sello Virgin Records. Un total de dieciséis tracks sin separación ni silencio alguno en sus tres cuartos de hora.
Canciones cortas, directas y pegadizas (tres ingredientes necesarios para la viabilidad comercial) que supieron conectar con toda una generación. El éxito no fue instantáneo, pero superó toda previsión. Más de tres millones de copias vendidas en todo el mundo, convirtiéndolo en disco de diamante, disco de platino en España y disco de oro en Alemania. Los cortes encargados de abrir, ‘Clandestino’, ‘Desaparecido’ y ‘Bongo Bong’, corrieron como la pólvora por Europa y Latinoamérica y se convirtieron en verdaderos himnos.
Los cantaban hippies y roqueros, rastas y pijos, punkis y piesnegros. Se escuchaban en la tele, la radio, los bares, las discotecas, las okupas, las manifestaciones, las calles, los parques, los festivales… Los grupos afines no tardaron en aflorar: Amparanoia, Ojos de brujo, Macaco, Combo Linga, Sr. Antipirina, Canteca de Macao… La mecha del mestizaje estaba prendida.
Por su parte, Manu Chao apuntaló su carrera en solitario sin hacer ningún caso a los canales de promoción, consiguiendo crear una banda estable con la que grabaría su siguiente disco cuatro años después, ‘Próxima estación… Esperanza’, a la vez que dejaba pequeños recintos como el Central Park de Nueva York o la Plaza de Catalunya en Barcelona en sus multitudinarios conciertos. La nueva aventura de José Manuel Arturo Tomás Chao Ortega acababa de arrancar.
LOS MÚSICOS OPINAN
Hemos preguntado a algunos de los músicos que, de una u otra forma, han estado relacionados o influenciados por Manu Chao. Dos simples cuestiones: ¿Qué sentiste la primera vez que escuchaste ‘Clandestino’? y ¿Cómo influyó este disco en tu música? Éstas son sus respuestas:
Amparo Sánchez (Amparanoia)
Sentí mucha emoción, Manu vino desde París con una casete que me dio y me dijo: “Escúchalo y luego me cuentas que te ha parecido”. Conocía algunos de los temas en guitarra y voz y lo primero que me encanto fue la producción, el groove hipnótico de todo el álbum y escuchar mi voz de un mensaje de contestador que le envié mientras estaba haciéndolo, aislado del mundo en su estudio.
Este disco lo viví muy de cerca, el nacimiento y la salida a la venta, me acompañó por mis giras en Europa, se escuchaba en todos los lugares, me influyó en su mensaje contemporáneo, social y poético y en su estética reggae-loops y samplers.
Rubén (La Pegatina)
Yo todavía estaba descubriendo lo que había sido Mano Negra en ese tiempo, pero de repente viendo el programa musical ‘Sputnik’, salta la noticia, nuevo disco de Manu Chao después de acabarse Mano Negra. Me hago con el disco lo antes posible y al escucharlo me doy cuenta que era diferente a lo que había escuchado hasta ese momento. Muy acústico, loops, samplers. La sencillez hecha virtud. Durante una época fue mi disco en bucle durante muchos viajes.
Lo primero que influyó es que ‘Desaparecido’, una de las canciones del disco, fue la primera canción que aprendí con guitarra, ya te puedes imaginar la satisfacción personal de aprender tu primera canción. Pero profundizando un poco más creo que lo que hizo este disco en mí era sobre todo a atreverme a hacer canciones y a tener ganas de grabarlas. Los samplers fue una de las cosas que más me marcaron, nuestro primer disco ‘Al Carrer’ está lleno de frases grabadas con un minidisc por las calles de Barcelona y Montcada.
Edu Soldevila (La Raíz)
Escuché "Clandestino" por primera vez en el coche de mi hermano mayor. El conocía a Manu Chao de su época anterior con Mano Negra y hablaba de la energía que desprendía en directo. Cuando escuché el disco sentí que estaba descubriendo un estilo nuevo que me enganchó desde el principio... Las melodías se te quedaban en la cabeza en seguida, eran bases muy hipnóticas, tenían esos samples tan característicos con fragmentos de discursos míticos y por supuesto el mensaje, con mucha carga social, esperanzador... En seguida empezamos a sacar las canciones con la guitarra. Ese disco me transporta a una época muy alocada, a las primeras quedadas en los locales de ensayo, los comienzos de mi banda.
En La Raíz somos muchos componentes con gustos musicales muy variados, pero a mí personalmente "Clandestino" me marcó muchísimo, al igual que "Próxima estación Esperanza". Cuando escuché este disco estaba comenzando a tocar la guitarra, la mayoría de los temas son sencillos, algunos son 3 acordes y además en clave de reggae, lo cual para alguien que está empezando es fácil de asimilar y te deja bastante libertad a la hora de cantar. Así que allí estábamos, en el local tocando las canciones de Manu Chao,Hechos contra el decoro, Ojos de Brujo... y todo esto, por supuesto, a mí y a muchos de la banda nos ha influenciado directamente a la hora de componer las canciones. Le debemos mucha ilusión.
Joni (Kasba Music)
Pues la verdad es que, ahora, tantos años después, no recuerdo que es lo que sentí, aunque sí que creí entender que Manu necesitaba alejarse del frenesí de Mano Negra y romper con el personaje que se le había asignado. Me pareció un disco muy arriesgado, valiente y con unos temas inolvidables. Como un renacer muy afortunado, muy sabio. Tiene mucha magia ese disco, y recoge muchas vivencias de muchos años. Es como un compendio de varias vidas.
Por suerte para vuestros oídos yo había dejado la música un par de años antes, pero fue en este momento más o menos cuando Manu se instaló en Barcelona, y eso influyó y mucho, en el hecho de que al cabo de un par de años empezáramos a trabajar juntos. Puro existencialismo, vitalismo radical, la vida está para vivirla...
El Toubab
Sentí que estaba escuchando algo nuevo, diferente. Era un disco que ponías a modo loop y no podías dejar de escuchar. Era hipnótico. Con los años se ha convertido en un disco de cabecera, imprescindible. Es un viaje musical que sorprende, porque las canciones van unidas entre ellas de tal manera que parece que el álbum sea una única canción. Manu con ‘Clandestino’ nos enseñó otra manera de grabar. Podría definirse como un plato de comida cocinada a fuego lento con ingredientes de diferentes países que no sabes muy bien cómo definirlo pero que sabe exquisito.
Aprendí que no debía ser esclavo de ningún estilo musical. Quizá Bob Dylan y Manu Chao sean los que más me han influenciado en no tener ningún tipo de prejuicio a la hora de componer. Haz lo que te salga de tu corazón, siempre. Que las canciones sean canciones abiertas y que las puedas interpretar en directo según tu estado de ánimo y según los músicos que te acompañen en cada momento.
Javi Chispes (Maniática, Banda Jachís)
Sentí que a Manu le quedaba cuerda para rato. Una bonita sorpresa sentir que mantenía gran parte del espíritu de Mano Negra, a pesar de ser más tranquilo.
Supongo que algo de poso me dejaría, en especial para mi faceta más acústica, pero yo entonces estaba en una onda más cañera.
Maruja Limón (grupo al completo)
Para nosotras era una nueva sonoridad. El uso de samplers y loops usado como un mantra detrás de sus letras hacía que te engancharas al auricular. Sus letras, aunque, duras y a veces tristes, despertaban una realidad que en aquel momento se estaba viviendo, como el tema de la inmigración y las drogas. Además tenía esta ambivalencia de ser una música alegre que te daban muy buen rollo.
Pensamos que el mestizaje que propuso Manu Chao ayudó a conectar muchos géneros de música como el reagge con la cumbia, el ska con la rumba, el son con el rock, etc. abriendo así un espacio de investigación nuevo para los músicos. De esta forma a nosotras nos influyó para no poner etiquetas en los géneros musicales y poder jugar con todo tipo de sonoridades.
Álvaro del Norte (Piñata Protest)
‘Clandestino’ es una de las canciones que me gustaría haber escrito. Algunas canciones se quedan en tu cabeza después de escucharlas. Otras como ‘Clandestino’ quedan atrapadas en tu alma.
Ese disco, al igual que muchas de las canciones de Manu Chao, abrió un mundo de sonidos y las posibilidades de cómo se pueden mezclar los géneros.
Xavi Ciurans (Gertrudis)
¿Aún no has escuchado ‘Clandestino’? ¡Siempre había alguien más rápido que yo! Las novedades de todo lo que tenía que ver con la nueva fuerza de liberación que significaba Dusminguet y Mano Negra, como capos de la farándula, era un bien muy preciado en nuestro pueblo, La Garriga. ‘Clandestino’ seguía la estela de Mano Negra pero con una lección sobre cómo hacer canciones del rollo sin meter un bombo a negras o una distorsión. ‘Clandestino’ podía escucharse desde el sofá con los colegas sin necesidad de levantarte a saltar unos contra otros, eso, para mí, era algo parecido a la madurez. Esa lentitud, que debo reconocer que al principio frustró mis expectativas, es una lección por su sosegada, pero a la vez combativa forma de rebelión. Se empezó a comercializar de forma masiva música que nunca pensábamos que gustaría a tantos públicos, hasta los pijos del insti movían su cabeza y sacaban humo por la boca mientras escuchaban ‘Je ne t’aime plus’.
Más allá de su aspecto comercial, debo rendirme a su inteligencia por saber llegar con un discurso combativo a gente que no se hubiese levantado nunca del sofá. ‘Clandestino’ también es sencillez, un camino hacia el dejar de hacer, menos instrumentos y más melodías bonitas repetidas hasta la saciedad. Es también un ejercicio de atrevimiento y por tanto de singularidad. Esos samplers son tan suyos que ya no los podemos usar, ¿cómo pudo atreverse a poner esos ruiditos de la maquinita esa de los noventa que te vendían en la costa? Una idea cósmica que nos encantaba y nos encanta, de hecho, la seguimos usando para nuestros discos y directos. ‘Clandestino’ sigue marcando un modelo canción que se forjó en este disco y no se le puede negar un antes y un después que nos da las herramientas, aun hoy, de cómo trabajar las canciones para ir a buscar el gusto más primario de una gran mayoría de mortales.
Alberto (Itaca Band)
Bien bien no recuerdo la primera vez que escuché ‘Clandestino’ de Manu Chao, pero lo cierto es que se trata de una banda sonora que me acompaña desde hace mucho tiempo. Un disco que me abrió las puertas de un mundo increíble, junto con otros grandes artistas de la escena mestiza del momento. Aún a día de hoy recuerdo esas canciones que nos transportaban a lo más hondo de nuestro ser y nos recordaban que nosotros también podíamos. Ya sea per su sencillez o por su complejidad sus canciones no nos dejaban indiferentes. Por 20 años más de ‘Clandestino’ al lado del maestro que tanto nos ha enseñado. Gracias Manu.
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