Cuando la última obra del grupo francés salió al mercado un 6 de mayo de 1994, Mano Negra ya había dejado de existir como tal pero su huella en los países iberoamericanos iba a sentirse como un terremoto. Ese mismo año, los Fabulosos Cadillacs, la otra gran banda del movimiento alterlatino, triunfaba en la MTV con "Matador", e iban aparecer discos fundamentales como el "Re" de Café Tacvuba o el "Dale aborigen" de Todos Tus Muertos, todos ellos muy influidos por una banda francesa, liderada por el hijo de unos emigrantes españoles, que se iba a convertir en el faro del renacimiento del rock latinoamericano en los 90, gracias a la aventura que llevó a la grabación de su mítico último disco. Esta es su historia.
Mano Negra había surgido en 1987 como un proyecto paralelo de Manu Chao, miembro de Les Casse Pieds o Los Carayos, para sacar varias canciones suyas que no entraban en aquellos grupos. Chao monta el grupo junto a su hermano Antoine, trompetista, y a su primo Sani Casariego, batería, todos hijos de emigrantes españoles, y para redondear la formación se unen con los músicos del grupo Dirty District y sacan el EP "Takin`It Up". Un año después llega el fundamental disco de debut "Patchanka", en el que ya participan varios de los músicos que formarán parte de Mano Negra, al trío fundador se unen Philippe "Garbancito" Teboul a la percusión, Daniel Jamet a la guitarra, Olivier Dahan, al bajo, Thomas Darnal, a los teclados, y Pierre Gauthé, al trombón, este último formará una salvaje sección de vientos con la trompeta de Antoine Chao. En ese disco ya se ve que Mano Negra es una batidora de estilos donde los mismo cabe el punk, el flamenco, el reggae o la rumba.
Para su siguiente disco, el también fundamental “Puta’s fever”, meten más elementos, salsa, hip hop y música árabe, la olla musical de la Mano sigue metiendo nuevos ingredientes y la banda se consolida con unos directos míticos en los que su multicultural estilo musical, cantado en francés, español, inglés o árabe, recibe el colorido nombre de Patchanka, la banda se consolida como el grupo alternativo más importante de Francia (a pesar de que "Puta's Fever" está grabado con una multinacional, lo que les llevó a ironizar con el título) y se están convirtiendo en un fenómeno en otros países europeos como España o Alemania, además de Japón.
Pesadilla en la Tierra Prometida
Todo el mundo veía el enorme potencial de la banda, incluida su compañía, Virgin, que los quería lanzar por todo lo alto por EEUU. El tercer disco de la banda fue "King Of Bongo”, el más rock y el que tenía más canciones en inglés, parece que Manu y la propia banda estaban convencidos de que podían ser los nuevos Clash y convertirse en algo grande en el país del que venían muchas de sus influencias. Todo se torció, en cambio, cuando les surgió la oportunidad de ser teloneros de una de ellas, el mismísimo Iggy Pop, y viajar a la Tierra Prometida del rock & roll, EEUU. Esa gira les enseñaría el lado menos amable del negocio. Y es que Mano Negra era una banda de música pero también tenían unos principios y unos ideales, y no pensaban venderlos.
El caso es que a Iggy Pop no llegaron ni a saludarlo, llegaba dos minutos antes de cada actuación y se iba dos minutos después de terminarla, con el que tenían que lidiar era con su mánager que era el que les ponía prohibiciones, no podéis tocar más de 30 minutos, no podéis lanzaros del escenario... Manu Chao no se lo podía creer, siendo un adolescente se había aprendido el "Fun House" de los Stooges de cabo a rabo, ¿dónde coño estaba aquella rebeldía? ¿Era el rock & roll solo un trabajo y nada más? EEUU había sido una decepción absoluta pero América era mucho más que sus Estados Unidos del Norte y Mano Negra tenía la intención de adentrarse en ella.
Igual que EEUU era solo una parte y no toda América, el rock & roll y los estilos anglófilos solo eran una parte del cóctel musical de Mano Negra, una banda que siempre había sido abrirse a todas las músicas posibles, Manu Chao lo explicaba así: "la diversidad que hay en nuestra música viene de que escuchamos muchas músicas diferentes, consideramos que no hay un estilo musical en el mundo que sea mejor que otro, yo nunca podría decir que me gusta más la salsa que el reggae o que me gusta más el hardcore que el flamenco, en cada estilo hay genios, hay gente que me conmueve y gente que no entiendo".
Realismo mágico
En ese momento fundamental, con la popularidad del grupo en aumento y la posibilidad de convertirse en estrellas en el primer mundo, la banda decidió embarcarse en dos de las giras más sorprendentes de la historia del rock, una especie de realismo mágico hecho realidad, en la que unos tipos que eran estrellas del rock en Europa se metieron en un carguero mercante que haría paradas en varios puertos del continente americano y una segunda en la que atravesarían la selva amazónica en un tren con un dragón de seis metros y hielo, como si fueran los descendientes de Aureliano Buendía.
Antes de la primera aventura, Mano Negra visitó México en 1992 y dieron un concierto que se sigue recordando a día de hoy, en mayo, en el que contaban con Café Tacvuba, Maldita Vecindad y La Lupita como teloneros. Fue el momento en el que sintieron su conexión con el continente pero fue el aperitivo de la verdadera locura que fue la gira Cargo 92, en el verano de 1992, como parte de los festejos del quinto centenario del descubrimiento de América, Mano Negra se vio envuelta en un viaje en un carguero en el que se recreaba una calle de París y en un espectáculo callejero en el que se unía teatro, circo y música, con el apoyo económico del gobierno francés dieron vida a la Cargo Tour, en el que visitaron 8 ciudades en seis países distintos, Venezuela, Colombia, República Dominicana, Brasil, Uruguay y Argentina.
Los miembros de la banda se encargaban de descargar los contenedores los meses que duró el viaje, luego se juntaban con Royale de Luxe, compañía de teatro con la que tenían muchas cosas afín, y participaban como actores en representar "La verdadera historia de Francia", y al finalizar daban conciertos gratuitos para un público que no había visto nunca antes nada igual, pero que se encontraba a una banda europea de éxito que no solo no renegaba de las influencias latinas, sino que las ponía en primer plano, y es que Manu Chao y la banda aprovechaban las paradas para meterse en la música popular y callejera de cada país, cumbia, reggae, merengue, viendo que ese era el verdadero sonido de la calle.
También ataban lazos con las bandas locales, como ya habían hecho en México, en Argentina se hicieron amigos de Todos Tus Muertos y su cantante, Fidel Nadal, se terminaría convirtiendo en un elemento fundamental para "Casa Babylon", allí también conocieron a Fabulosos Cadillacs, un grupo que estaba haciendo cosas similares a ellos musicalmente pero a los que, aun así, influyeron, quizás también por ese compromiso político que llevaban en sus letras, y su falta de complejos a la hora de reivindicar lo popular y lo folklórico del continente. Como diría otra figura fundamental del movimiento, el productor mexicano Gustavo Santaolalla: "Esa influencia se dio en lo musical y en lo conceptual, con toda esa mezcla de estilos y ese espíritu festivo pero con contenido en las letras. Sin duda, fueron únicos".
Un tren de hielo y fuego
Eso sí, la experiencia no pudo ser más rica en lo musical, pero fue muy dura a nivel personal, muchos de los miembros de la banda estaban destrozados físicamente por la travesía y, además, no habían visto mucho dinero, no era lo mismo lo que se ganaba girando por Europa o Japón, que actuar gratis en las favelas brasileñas o los guetos de Cali. Pero para el líder de la banda, Manu Chao, aquella había sido una aventura inolvidable, habiendo recibido elogios del mismísimo Gabriel García Márquez. Chao era un fanático del "Cien Años de Soledad" del Nobel colombiano así, que decidió programar una segunda gira por Latinoamérica pero todavía más loca que la primera. En esta ocasión iban a utilizar las vías del ferrocarril que ya no se utilizaban por la selva colombiana, montarse en el Expreso del Hielo y transfigurarse un poco en el regreso de Melquiades y sus gitanos a Macondo, como en la novela de García Márquez.
Pero antes de comenzar el viaje se produjo la primera escisión, Antoine, que conocía las ideas quijotescas de su hermano Manu, decidió no apuntarse, antes de que acabara el viaje otros cuatro miembros de Mano Negra abandonarían el barco, bueno más preciso, el tren en marcha. Mano Negra se iba a descomponer pero iba a dejar en el camino el que posiblemente sea su mejor disco, "Casa Babylon". Aunque los más puristas consideran que este álbum ya debe considerarse un disco más de Manu Chao en solitario con muchas colaboraciones que un disco de Mano Negra en sí. Yo creo que, si vemos la posterior carrera de Manu en solitario, "Casa Babylon" sigue siendo un disco de Mano Negra, aunque solo sea en espíritu.
Los nuevos fichajes de Mano Negra
Y es que en estos momentos, la idea de Mano Negra de Manu había cambiado totalmente, ahora era para él un colectivo de músicos, una familia que iba creciendo, así Fidel Nadal pasó a formar parte fundamental de la banda, como se vería en la deriva más hacia el reggae, el dancehall y el dub del disco, además en el Expreso del Hielo, además de miembros de Mano Negra también iban gente del grupo French Lovers, como su bajista Gambeat, que se convertiría en uno de los más fieles acompañantes de Manu Chao. El caso es que durante el viaje la banda fue grabando y creando partes de "Casa Babylon", como la canción que se convertiría en su referencia, "Señor Matanza".
La gira volvía a unir música, teatro y pasacalles, incluido un dragón tragafuego de seis metros de largo. Pero si Cargo 92 fue una locura, la gira del Tren de Hielo y Fuego ya parecía una pesadilla, hasta tipos que habían vivido de okupas en París, se quejaban de unas condiciones de higiene pésimas que llevaron a enfermedades y deserciones, por no hablar de la realidad social de un país, Colombia, en plena lucha contra el narco, que vivía los violentos últimos momentos de la caza a Pablo Escobar, y que hizo que algunos temieran por su vida y su salud, por no hablar que, nuevamente, las condiciones económicas eran ruinosas para casi todos, Manu Chao al ser el compositor principal, ganaba más dinero que el resto por los derechos de autor y, en eso, estaba cubierto.
También dejó huella en los miembros originales que la banda se fuera ampliando a antojo de Chao, con un día siendo 10 sobre el escenario, otro 15 en el estudio de grabación y en otro sólo Manu y un par de tipos dando palmas. Cuando aquella surrealista aventura tocó a su fin, Mano Negra, como la banda de músicos que había grabado "Patchanka" y "Puta's Fever", había pasado a mejor vida, pero Manu Chao, algún superviviente de la primera formación, como ‘Garbancito’, y sus nuevos colaboradores tenían entre manos un disco que era una bomba.
Se fueron a terminar de grabarlo y mezclarlo a Nápoles y en sus bares siempre se encontraban un cuadro de la Virgen y una foto de Maradona al lado. Para unos futboleros como ellos, un tipo tan de barrio y peculiar, para lo bueno y para lo malo, como Maradona era toda una referencia, así que decidieron hacerle la canción definitiva, que terminaba de cerrar el proyecto. Un trallazo rock que te elevaba y daba ganas de gritar "¡Diego, Diego, Diego!". Además, en un disco centrado en Latinoamérica no podía faltar un gran himno futbolero.
El disco, canción a canción
El caso es que "Casa Babylon" era el mejor disco de Mano Negra, un disco que sonaba, como no podía ser de otra manera, a viaje, pero que estaba unido por diversos 'samples' de discursos y programas de radio, referencias a otras canciones y un espíritu festivo pero, a la vez, reivindicativo, comenzando con ese "el pueblo unido jamás será vencido" de Quilipayún que meten en "Viva Zapata", logrando una amalgama de sonidos que sería de vital importancia en el movimiento 'alterlatino'. "Casa Babylon", la canción, comenzaba a toda velocidad sobre unas brutales percusiones, Manu cantaba, Fidel rapeaba con 'flow' jamaicano, había solos de trompeta y todo en apenas dos minutos, casi sin respiro, comenzaba uno de los temas que más se podía ver como una continuación de "Puta's Fever", ya que "The Monkey" era una especie de continuación de "King Kong Five", rapeada y con grandes guitarras crujientes, normal que hasta Rage Against The Machine les nombraran como influencia.
"Señor Matanza" era el gran 'hit' del disco, una base bailable con toques reggae y una letra que reflejaba la pura realidad de unos países en los que el caciquismo era el pan nuestro de cada día, el estribillo explotaba con ritmo latino y toques de cumbia y salsa, le seguía la comentada "Santa Maradona" y luego "Super Changó", nuevamente con percusiones omnipresentes y unos toques de guitarra como de Spaghetti Western, la canción se funde sin pausa en la frenética "Bala Perdida", una especie de 'hardcore dancehall' que deja otro de los lemas del disco, "el que a hierro mata, a hierro termina", la canción termina con una especie de pachanka festiva y con vientos que nos lleva hasta "Machine Gun", un reggae hipnótico con mensaje alertando contra las guerras y el cambio climático, “si la tierra tiembla, nadie se va a salvar”.
"El Alakran" era pura explosión de música popular latinoamericana en la que incluso se meten referencias a "La bamba", "yo no soy marinero, yo soy el alacrán", o a José Martí y su "yo soy un hombre sincero...". "Mamá perfecta" es otra canción construida sobre percusiones, con toque brasileño, poco más que las percusiones y la voz de Manu doblada. "Love And Hate" daba paso a una de las mejores partes del disco, era otra canción con un enorme gancho, cantada en inglés, francés y español, en la que Manu Chao volvía a utilizar eso de meter parte de la canción de otro en una suya, en este caso un trozo del "Gitana" de Manzanita que le va como anillo al dedo y da para un solo flamenco, tocado con eléctrica.
"Drives Me Crazy" era otro reggae absolutamente memorable, demostrando el enorme amor de Manu Chao por Bob Marley, con nuevamente Fidel Nadal poniendo el sonido 'dancehall', luego llegaba la irresistible "Hamburger Fields", una de las canciones más directas del disco, una de esas canciones celebratorias y festivas de la banda que es una pena que nunca pudieran tocar en directo, y luego seguía otro de los 'jitazos' del disco, "La Vida", con Manu poniendo nuevamente el foco en Nadal, en otra de esas canciones que encajaban perfectamente en el concepto de 'Patchanka'.
Pero, en vez de terminar en todo lo alto, "Casa Babylon" giraba hacia la tormenta con "Sueño de Solentiname", un giro hacia un cierre más oscuro con esta hipnótica canción y ese vals con collage de voces finales de "This is my World", los Mano Negra te invitaban al baile y al desparrame pero tenían claro que el mundo no estaba bien, guerras, hambre, drogas... Ese es el final del viaje, "este es nuestro mundo", los Mano Negra estaban de acuerdo con George Clinton, "libera tu mente... y tu culo la seguirá". Su 'patchanka' venía con mensaje.
El final de Mano Negra
Al final el disco se publicó el 6 de mayo de 1994, aunque no en todo el mundo, por primera vez no se editó (en una clara declaración de intenciones) ni en Estados Unidos ni en Inglaterra, y se convirtió en un enorme éxito donde lo hizo, tanto de crítica como de ventas, pero ya no había banda para promocionarlo. Mientras el vídeo de “Señor Matanza” explotaba en la MTV el grupo se separaba.
Nunca habían sido más influyentes o populares, de repente la semilla plantada durante el Cargo Tour comenzó a germinar y el mundo se llenó de bandas que mezclaban rock, reggae, salsa o cualquier cosa con sabor latino, la ola llegó hasta EEUU donde grupos como King Changó, venezolanos del Spanish Harlem de Nueva York, sonaban como ellos. Todo el mundo de la música latina se vio afectado por esta ola, dando paso a grupos como los colombianos Aterciopelados, cuyo guitarrista, Héctor Buitrago, deja clara la enorme huella de la banda: "Mano Negra ha tenido que ver de dos maneras distintas. En Colombia, las cosas eran muy raras porque los que trataban de mezclar rock con algo más folklórico no eran muy bien recibidos. Se tenía más aprecio a la música que venía de afuera. Pero cuando llegaron ellos y tocaron esa misma fusión de géneros, la gente lo aceptó. Por otro lado, Mano Negra ha influenciado en muchos grupos, consciente o inconscientemente, toda esta nueva ola de bandas. No es que el rock latino está gracias a ellos, pero sí tuvieron mucho que ver en esta historia".
Pero la estancia de Chao en nuestro país, y el éxito de “Casa Babylon”, primero en Madrid y luego en Barcelona, darían también a una explosión de grupos de este tipo en nuestro país, Manu, junto a los restos del naufragio del Mano Negra se asentó primero en Malasaña y dio varios conciertos míticos en la capital, ya como Radio Bemba, porque fue en ese 1995 cuando se puso el fin definitivo a la banda. En palabras de Manu Chao, fue de la siguiente forma: “La situación se calentó porque no nos poníamos de acuerdo sobre cómo disolver el grupo. Unos pensaban que si faltaba uno sólo del bloque que aparecía en la foto de “Puta’s Fever”, Mano Negra ya no podía existir. Otros entendían que Mano Negra nos pertenecía a todos y que cualquiera podía dale continuidad. Por mí, cualquiera puede utilizar el nombre si se siente orgulloso de lo que la banda significó. Yo lo hubiese hecho y no hubiese tenido ningún problema si Toño, Santi o los demás hubiesen seguido por su cuenta como Mano Negra. Pero se decidió lo contrario en votación democrática y hay que respetarlo”.
En Madrid, eso sí, le dio tiempo a apadrinar a Amparanoia, pero sería en Barcelona donde más huella dejó, cuando se trasladó a la ciudad condal surgieron varios proyectos herederos de Mano Negra como Ojos de Brujo, Dusminguet, Color Humano, y ya posteriormente La Kinky Beat, 08001 o La Pegatina, todos ellos herederos en cierta medida de "Casa Babylon".
Fue “una separación agria, como la de una pareja que lleva muchos años unida. El amor se transforma en odio, sin matices. Pero es que una buena banda, desde los Beatles hasta los Clash, es un milagro de alquimia que no puede durar”. Eso sí, Mano Negra podría estar muerto como proyecto pero, como en la canción de Peret, era un muerto muy vivo, y aunque estaban muertos seguían de parranda, aunque lo más adecuado sería decir que estaban de Patchanka… El rock latino siempre estará en deuda con ellos.
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