La gira ha coincidido con la salida definitiva del “internamiento” y de ese cuadrado digital en el estábamos metidos. Ese era también tu objetivo con este disco. ¿Misión cumplida?
La verdad es que escribí este disco con la intención de tocarlo en directo a un milímetro de la cara del que tuviera el valor de ponerse en primera fila. Se ha hecho eterno, pero sí, misión cumpliéndose!
Llama la atención esa disposición en el escenario de toda la banda al frente. El outfit tricolor. Algo, imagino que con una intención.
Poner a toda la banda al frente, en fila, tiene que ver con querer estar casi encima del público, que la banda sea una especie de pelotón de fusilamiento. Por otro lado buscaba que desapareciera la jerarquía del cantante solista que está siempre en el centro, llamando especialmente la atención, a favor de una experiencia colectiva, de hermandad. Por eso nos intercambiamos los instrumentos todo el rato, cambiamos de posición, todos cantamos…
La escenografía es una colaboración con Gema Polanco- queríamos algo pintado, no impreso, humano, imperfecto, enérgico, fuerte y vitalista.
Supongo que esa cohesión escénica también se ha dado en el día a día en gira.
Por suerte las giras son un “work in progress”: nunca se acaba de cerrar nada al cien por cien, todo sigue creciendo, cambiando, seguimos probando, y eso es lo que lo mantiene vivo y excitante, y lo que hace que sonemos mejor sin cargarnos la emoción.
Y respecto a ti. ¿Eres de tocar para viajar, o de viajar para tocar?
Soy de tocar, y soy de viajar, pero cada una por su lado, a su tiempo. Viajar para tocar es apenas viajar y por tanto tocar para viajar sería un poco triste, además de que me sentiría como una gran impostora. No, no, si vienes a verme tocar, ten por seguro que he ido a tocar para ti, no a probar la gastronomía local!
¿Qué ha cambiado en estos años en tu día a día en la carretera?
Intento economizar mis energías mucho más que antes durante el viaje. Poder llegar al concierto con nervio y con brío, dispuesta a atacar el capote y cargarme al torero si hace falta.
¿Qué ha sonado en la furgoneta para quemar kilómetros?
¡Dios ¿Qué no ha sonado?!
Y antes de subir al escenario. Algún ritual, protocolo o simplemente alguna manía.
Lo último que nos decimos antes de salir al escenario es “¡concentración y músculo!”
¿Qué tema no se ha podido caer del repertorio en este tiempo?
Oh, hay varios. I live in a Boat sería impensable no hacerla. Love you til I die, Purpose, Places where we used to sit… Este último disco nos está dando muchas alegrías. Pero también un tema más antiguo, When The Dust Clears, que utilizamos como desengrasante y que podrías pensar que en un festival a lo grande no podría tocarse porque es más pausada y sutil, pero no. No la quitamos nunca, y la experiencia nos ha dado la razón.
Alguna anécdota que poder contar de esta gira.
Con 19 años hice un concierto horrible abriendo para Howe Gelb. Fue tan mal que cuando acabó me metí en el backstage y solo estaba él, así que de puro terror le dije si me podía dar un abrazo, que me dio a pesar de la cara de extrañado que puso. Grabando este disco en Tucson, 17 años después, un día se abrió la puerta y apareció Howe. Había venido a curiosear, no se acordaba de mi, pero yo sí, claro, y le di un abrazo con el que se cerró un círculo, además de ganar un amigo.
El día en que salió el disco, tocamos, y esa noche reconecté con Ovidi, que un poco más tarde ha resultado ser la persona con la que quiero pasar el resto de mi vida. ¡Que me digan luego que la música es baladí!
Y después del 27 de diciembre ¿qué?
Pues ¿somos músicos o no somos músicos? A grabar ¡por supuesto!
02.12. Teatro CajaGranada. Granada
03.12. 16 Toneladas. Valencia
10.12. Café Antzokia. Bilbao
16.12. Es Gremi. Palma
27.12. Razzmatazz. Barcelona
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