"Love & Poison. A Live Film", el histórico VHS de los británicos Suede
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"Love & Poison. A Live Film", el histórico VHS de los británicos Suede

Redacción — 14-09-2020
Fotografía — Archivo

Hace casi treinta años no existía Internet y los reproductores de vídeo echaban humo con ese material que los grupos de los noventa lanzaban en VHS. En Reino Unido, bandas como The Stone Roses, Blur o Oasis tuvieron su referencia mítica en vídeo. La de Suede fue “Love & Poison. A Live Film” (Sony, 93), que ahora el grupo regala convenientemente remasterizada.

El pasado viernes día 4 de septiembre a las 20.00 h. (hora peninsular) se estrenaba, en streaming y a través del canal de YouTube de Suede, la versión convenientemente remasterizada de “Love & Poison. A Live Film” (Sony, 93). La referencia presenta una filmación registrada en directo el 16 de mayo de 1993 en el London Brixton Academy, y fue editada exclusivamente en VHS hasta que apareció en DVD en la reedición deluxe de “Suede” (Edsel, 11). Una cinta que, en su momento y dado lo preciado de este tipo de material en la era pre-Internet, terminó destrozada en multitud de reproductores debido a su visualización compulsiva. Un documento poco menos que histórico para los fanáticos de Suede, que ahora puede verse convenientemente mejorado tanto en imagen como en sonido gracias al trabajo de James Wong.

Se trata de una actuación gloriosa, que cuenta con el atractivo adicional de mostrar sin tapujos el aspecto más crudo, casi primigenio, de Brett Anderson y compañía sobre el escenario, ya que la actuación tuvo lugar apenas dos meses después que el disco saliese al mercado, aunque con Suede ya proclamados como “La mejor nueva banda de Gran Bretaña” desde la portada del semanario Melody Maker. Ante un aforo literalmente a rebosar –sin duda eran otros tiempos–, el grupo luce con una fuerza, carisma y realismo descomunales, conquistando a su público con el virtuosismo magnético y espectacularmente descriptivo de Bernard Butler a la guitarra, además de la sólida base rítmica formada por Mat Osman al bajo y Simon Gilbert a la batería. Aunque, por supuesto, el foco principal tiende a recaer sobre un descontroladísimo Brett Anderson, enfundado a conciencia en esa piel que reencarna en la misma figura a Morrissey, David Bowie y Marc Bolan. Los amaneradísimos y violentos contoneos del vocalista desprenden pura sexualidad, mientras disfruta de la adoración y la tan ansiada fama y se exhibe con una emotiva y descomunal capacidad vocal. No en vano, en aquella época Anderson fue acusado por el colectivo gay de potenciar una imagen irreal y jugar con una ambigüedad sexual que en realidad no le pertenecía, a lo que respondió con una declaración largamente recordada: “Soy un bisexual que nunca ha tenido una experiencia homosexual”.

A lo largo de trece temas, el cuarteto despliega todo el poder de su irresistible mezcla de elegancia, contundencia, sensibilidad y glamour de mercadillo. Si “The Next Life” servía como sincero cierre de “Suede” (Nude, 93), aquí fue la encargada de abrir el espectáculo con Butler al piano y Anderson tras el micrófono en una interpretación conjunta sobrecogedora. Es la faceta más emocionante e introspectiva de los británicos, que a lo largo del concierto también quedaría certificada en “Sleeping Pills”, “Pantomime Horse” y “She's Not Dead”. Las pulsaciones subirían con la aceleradísima “Moving”, el himno “Animal Nitrate” soltado a las primeras de cambio, u otros singles como “The Drowners”, “Metal Mickey” o la final “So Young”.

En el repertorio también aparecen algunas de las cotizadas caras B del grupo, caso de “He’s Dead”, la espléndida “My Insatiable One”, “To The Birds” y “Painted People”. El vídeo sirve a su vez para probar que, estrictamente y en ese momento, Suede se situaban bastante lejos de ese Britpop cuya llama ayudaron a prender y del que más tarde fueron erguidos como uno de sus principales representes, sobre todo gracias a la verticalidad de un disco mucho más luminoso como fue “Coming Up” (Nude, 96). Todo el original dramatismo urbano de Suede tiene cabida en estos sesenta minutos de intensidad inmutable, que vienen salteados con otras imágenes ajenas al concierto seleccionadas por su director Wiz. Volver a ver esta grabación nos traslada casi tres décadas atrás, y aquél aspecto vanguardista y arriesgado del montaje final de 1993 ahora parece vintage y encantadoramente desactualizado, en un ejercicio de nostalgia tan evidente como placenteras son sus consecuencias.

Por otro lado, Suede también informaban hace unas semanas acerca del lanzamiento de un nuevo y jugoso recopilatorio que, a principios de octubre y bajo el titulo de “Beautiful Ones: The Best Of Suede 1992-2018” (Demon, 20), aunará en diferentes formatos algunas de las mejores y más conocidas canciones del grupo londinense. Como novedad con respecto a anteriores retrospectivas, el producto incluye temas extraídos de los tres últimos álbumes del grupo –“Bloodsports” (Warner, 13), “Night Thoughts” (Warner, 16) y “The Blue Hour” (Warner, 18)–, publicados tras su gloriosa resurrección definitiva. Además, el grupo acometerá en abril una gira europea en la que interpretará al completo “Coming Up” (Nude, 97), tras verse pospuesta en su momento a consecuencia de la pandemia mundial, y que desgraciadamente no cuenta con fechas en nuestro país, aunque a cambio están confirmados para la próxima edición del Tomavistas madrileño. Una generosa actividad que sugiere también que el quinteto podría estar inmerso en la grabación del que sería ya su noveno disco de estudio, en la esperada continuación del arriesgado y brillante “The Blue Hour” (Warner, 18).

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