En junio de 2002 Gallardón subió de 16 a 18 años el acceso a “bares especiales, salas de fiestas, de baile, discotecas y establecimientos similares donde se venda alcohol” en la Comunidad de Madrid. Desde entonces ha habido un par de intentos más o menos organizados de tumbar semejante absurdo (el primero, un anónimo que creó una web al que se adhirió bastante gente, y el segundo, una acción de La Noche en Vivo), pero no ha sido hasta ahora, a finales de 2015, cuando el asunto empieza a pintar mejor gracias a la lucha iniciada por la plataforma #queremosentrar, integrada por jóvenes, juristas, periodistas, educadores y músicos que creen que es el momento perfecto para ir a por todas con ello y acabar con trece años de exclusión cultural injustificada e injustificable.
La iniciativa nació en el festival Festeen (que permite la entrada menores) en Matadero Madrid, en el que se habló del problema en un debate en el que eran palpables “la indignación y la impotencia”, describe Álex Tena, uno de los chicos que ha puesto todo esto en marcha. “Había gente que decía: 'Joder, es que tengo quince años, y la cantidad de conciertos que me voy a perder hasta dentro de tres es enorme, no entiendo por qué no puedo pasar a ver a mis grupos favoritos, me da mucha rabia'. Entendimos que la música es algo que te engancha en a los quince, los catorce, trece… a esas edades, y que esto tenía que parar. Estuvimos todos de acuerdo en que era una injusticia flagrante, y que había que hacer algo, así que dijimos: 'Simplemente, hagámoslo'”.
Pero no lo hicieron a lo loco, montando una manifestación o un fiestorro de apoyo ni nada por el estilo. Se pusieron a redactar una alternativa legal jurídicamente viable, contactaron con profesionales de todos los ámbitos implicados, e incluso analizaron la coyuntura política. “Al ver que teníamos un nuevo Parlamento Autonómico, nos dimos cuenta de que era el momento”, explica Álex. “Sí, era el momento y se va a conseguir”, señala Ángel Carmona de Radio3. “Esto ha sido una eterna y recurrente conversación de bar, que por fin se ha visto articulada de una forma clara y seria. La clave ha sido contar con legisladores, pero sobre todo el increíble trabajo de los adolescentes que integran la plataforma, yendo a reuniones, redactando propuestas, poniendo en comunicación a todos los implicados… Ha sido impresionante”. En ese sentido, Carmona dice tener la sensación “de que hasta ahora los unos no se habían sentado a hablar con los otros”, y de que ha sido mucho más acertado “que se presentaran cuatro chavales ante los políticos, en lugar de una tropa de representantes de salas, managers, asociaciones… La receta empleada ha sido la mejor posible, la más inteligente”. Además, la entrada de nuevos actores políticos (no sólo partidos, sino también determinadas personas dentro de los partidos “viejos”, ahora más obligados a negociar) ha debido tener su peso.
Organizando la lucha
El primer paso fue, obviamente, crear una página web que diese visibilidad a la plataforma. Estuvo lista “al día siguiente del debate en Matadero”, cuenta Álex, y el siguiente movimiento fue empezar a presionar para “colar el asunto en la agenda política”. En ese sentido, “los apoyos iniciales de Ángel Carmona y de varios músicos fue esencial para empezar a hacer ruido mediático y en las redes sociales, y mantenerlo todo el tiempo que sea necesario hasta que podamos cambiar las cosas”.
Entonces llegó el momento de reunirse con las fuerzas políticas de la Asamblea de Madrid y, ¡sorpresa!: “Pensábamos que iba a haber más divergencias entre unos y otros, pero todos parecen estar de acuerdo en este cambio legal. Hoy (por el pasado viernes 6 de noviembre) nos hemos reunido con ellos y hay voluntad por parte de todos. De hecho, creo que la propuesta será conjunta, sin ningún partido político en particular liderándola… Tiene buena pinta, sí”, suspira Álex, a quien desde ya deberíamos felicitar (y a todos sus compañeros) por el trabajo realizado, ya que ayer mismo Cristina Cifuentes anunció que incluirá una modificación en la Ley de Espectáculos Públicos y Actividades Recreativas, que será estudiada y convertida en proyecto de Ley en un Consejo extraordinario previsto para hoy jueves.
En concreto, el objetivo es “modificar el artículo 25 de dicha ley”, explica Patricia Gabeiras, promotora de Mat Mad, doctora en Derecho de la Cultura y por tanto referente jurídico de #queremosentrar. “Yo he ayudado a explicarles cómo se hace la tramitación parlamentaria, cómo se presenta una modificación legislativa, cómo la tienes que motivar… Nosotros la estamos motivando desde el derecho fundamental de los menores al acceso a la cultura y la educación, por mandato constitucional y sin discriminación. Asistir a un concierto es un paso necesario en la formación musical, y esa ruptura no tenía razón de ser”, asegura.
Algunos de los músicos que integran la plataforma han vivido una situación de injusticia por partida doble, como consumidores y como creadores. “Carlos y yo teníamos un grupo (Stereosaurio) y una vez, al terminar de tocar, tuvimos que abandonar la sala porque éramos menores de edad”, recuerda Álex. Célebre es ya el caso de Grushenka en la sala Siroco, y muchos más han debido ocurrir sin que el gran público lo supiera. La peor consecuencia: las trabas a la formación de grupos jóvenes. “El otro día en mi programa hablamos con una artista que había empezado a subirse a los escenarios a los 14 años, ¿y si no hubiese podido hacerlo? En ese sentido, me remito a las palabras de una experta, Diana Cortecero de La Fonoteca, que asegura haber notado cierta sequía de bandas adolescentes en la última década. Y en eso, países de nuestro entorno que cuidan más estas cosas, como por ejemplo Inglaterra, nos arrasan”, dice Carmona.
Está claro que fuera de nuestras fronteras la cosa cambia, pero ¿qué hay de otras Comunidades Autónomas? Asturias es la rara avis en este sentido, ya que permite la entrada a los menores con total normalidad. En Canarias, Cataluña, La Rioja y Baleares pueden entrar los mayores de 16 solos, y los menores acompañados. En Andalucía, Navarra, Valencia, Cantabria, Galicia, Murcia y Euskadi sólo los mayores de 16. Aragón y Castilla la Mancha tienen una situación similar a la de Madrid. “Cuando esto se logre en Madrid, iremos a por el resto del país, porque las diferencias de regulación entre Comunidades Autónomas no responde a ningún criterio lógico”, señala Gabeiras. “También queremos incidir en los festivales, ya que las puertas se les suelen cerrar a las bandas de menores de edad”, asegura Álex. Pero en resumen, como dice Carmona, “lo más importante es que el cambio ya no se puede parar, todo el país va a tener que ponerse las pilas con este tema”.
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