20.- Holly Herndon
"Platform"
(4AD / Rvng Intl. / Popstock!)
(ELECTRÓNICA) Para Holly Herndon las canciones son un vehículo de transmisión de ideas, un diagnóstico o mecanismos para transformar el mundo antes que meros contenedores emocionales, y en ese sentido su música se “explica” y “experimenta” antes que disfrutarse. El ejemplo más evidente de ello es “Lonely At The Top”, que podría pasar como una simple majarada pero conceptualmente cobra sentido al descubrir su vínculo con la RSMA (Respuesta Sensorial Meridiana Autónoma) y la fiebre online por este tipo de terapias sensitivas. Luis J. Menéndez
19.- U.S. Girls
"Half Free"
(4AD / Popstock!)
(POST-POP) Tal vez hayas escuchado alguno de los muchos discos que Megan Remy viene publicando bajo el nombre de U.S. Girls desde 2007. Olvídalos. “Half Free” es un nuevo comienzo para esta norteamericana instalada en Toronto que juega a imaginar otro futuro para el pop facturado por mujeres. Finiquitados sus experimentos con una banda detrás y apartando a un lado su faceta más experimental, Remy fía su suerte a unas fantasmagóricas bases de latido dub para, a partir de ahí, construir una serie de composiciones de pop siniestro y acabado hipnagógico, en algún lugar intermedio entre el rap, la arty-ficialidad de Laurie Anderson y los Cocteau Twins de “Head Over Heels”. Luis J. Menéndez
18.- Kanaku Y El Tigre
"Quema, quema, quema"
(Strut / Popstock!)
(PSICO-FOLK) La psicodelia con regusto a folclor parece una vía inagotable de creatividad en estos momentos en América del Sur. Más que anécdota exportable, el volumen de propuestas empieza a ser fenómeno. De entre la marabunta, asoma una muestra de candidez con sello peruano: Kanaku Y El Tigre traspasan el hype del sencillo “Quema, quema, quema” o el electro de “Si te mueres mañana” para sumergirse en el resto del disco en un folk reposado, con la canción por bandera y con los mejores tributos a las voces y los matices de percusión (¡incluso con botellas y mesas!). Yeray S Iborra
17.- Titus Andronicus
"The Most Lamentable Tragedy"
(Merge / Popstock!)
(ROCK) Patrick Stickles podría ser el prototipo de hipster festivalero. Barba de la longitud de un conejo, camisetas de grupos molones o camisa de franela de colores apagados y leído, muy leído (nombre birlado a Shakespeare, canciones inspiradas en escritores legendarios…). Pero esa es solamente su cara más obvia. A Stickles le pone también dejarse la garganta chillando como una piara en celo, soltar guitarrazos junto a sus compañeros (ahora Titus Andronicus son sexteto, y súmenle a Owen Pallett en estudio) y meterse en camisas de once varas. Ahora bien, lo que para otros sería meterse en terrenos pantanosos, para Titus Andronicus parece ser un juego. Y aquí estamos, varios discos después de que les escuchásemos por primera vez, frente a la primera opera rock de la banda. Sí, opera rock, han leído bien. “The Most Lamentable Tragedy” es un doble álbum que se extiende hasta los cien minutos y las veintinueve piezas. “The Most Lamentable Tragedy” es una puta ópera rock sobre un tipo con problemas. Una puta ópera rock en tiempos de Internet y de los discos en los que en teoría solamente interesa el single. Hace poco fueron Fucked Up y ahora son Titus Andronicus. Joan S. Luna
16.- Leon Bridges
"Coming Home"
(Sony)
(SOUL) No hace falta ser un experto para darse cuenta del asombroso parecido que tiene el timbre vocal de este texano de 25 años de edad llamado Leon Bridges con el del eterno Sam Cooke. Una voz negra que, de forma portentosa, combina suavidad con cierta rugosidad nacida para cantar tiernas baladas soul y hacer que el oyente se deshaga de gusto. Pero una voz no lo es todo y el álbum de este portento sabe moverse muy bien por las diferentes texturas del género, rindiendo tributo y respeto al clasicismo de las formas, aunque aportando un toque de inapreciable modernidad que parece no existir y lo hace (algo habrá tenido que ver la labor en la producción de Austin Jenkins y Joshua Block del grupo White Denim). De esa manera “Coming Home” fluye como el Mississippi, lento pero con firmeza recorriendo como una arteria principal, de norte a sur, los diferentes recovecos de la música negra. De la balada pastoral (“Shine”) a la biográfica (“Lisa Sawyer”). Del gospel más arrebatador (“River”) al rhythm and blues (“Twistin’ & Groovin”) más conmovedor. Don Disturbios
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