Mirar atrás para reinventarse
Lejos de apagarse, la llama de Deafheaven sigue brillando y ganando altura: su tercer largo, “New Bermuda”, supera la prueba tras el boom de su anterior “Sunbather” y se atreve a tensar la cuerda que une sus extremos black metal y shoegaze, incrementando crudeza, paleta cromática y emotividad. El sorprendente debut de los neoyorquinos Myrkur constituye otra buena ración de black metal de última generación cargado de mala uva y elementos folklóricos nórdicos con la voz cristalina de su gélida cantante como contrapunto. Tribulation también se consolidan con su majestuosa mezcla de death y black progresivo, mientras que la vertiente más experimental y vanguardista de sendos subgéneros lleva por nombre Dodheimsgard.
Destacan, asimismo, el funeral doom de Bell Witch, la nueva apisonadora sludge de los habituales High On Fire, el heavy-thrash-punk de Tau Cross y el retorno de los clásicos Iron Maiden, que se ganan la plaza en nuestro top ten por delante del también excelente nuevo disco de Slayer. Aunque este ha sido, sin duda, el año del regreso de Paradise Lost a su death/doom gótico primigenio con el poderoso “The Plague Within”, que toma el relevo de sus primeros y mejores noventa; así como el del disco más completo de los suecos Ghost, un “Meliora” más guitarrero, retro y adictivo que les reafirma como una de las propuestas metálicas actuales con un mayor potencial comercial. Quedan fuera por cuestiones de espacio nombres como los de Avatarium, Uncle Acid, Shape Of Despair, Witchsorrow, With The Dead, Tsjuder, Noisem, Napalm Death, Torche, Ufomammut, Enslaved, Amorphis, Enforcer, Night Demon, Killing Joke, Baroness, Valkyrie o Lucifer. David Sabaté y Eduard Tuset
Mirar atrás para reinventarse
Lejos de apagarse, la llama de Deafheaven sigue brillando y ganando altura: su tercer largo, “New Bermuda”, supera la prueba tras el boom de su anterior “Sunbather” y se atreve a tensar la cuerda que une sus extremos black metal y shoegaze, incrementando crudeza, paleta cromática y emotividad. El sorprendente debut de los neoyorquinos Myrkur constituye otra buena ración de black metal de última generación cargado de mala uva y elementos folklóricos nórdicos con la voz cristalina de su gélida cantante como contrapunto. Tribulation también se consolidan con su majestuosa mezcla de death y black progresivo, mientras que la vertiente más experimental y vanguardista de sendos subgéneros lleva por nombre Dodheimsgard.
Destacan, asimismo, el funeral doom de Bell Witch, la nueva apisonadora sludge de los habituales High On Fire, el heavy-thrash-punk de Tau Cross y el retorno de los clásicos Iron Maiden, que se ganan la plaza en nuestro top ten por delante del también excelente nuevo disco de Slayer. Aunque este ha sido, sin duda, el año del regreso de Paradise Lost a su death/doom gótico primigenio con el poderoso “The Plague Within”, que toma el relevo de sus primeros y mejores noventa; así como el del disco más completo de los suecos Ghost, un “Meliora” más guitarrero, retro y adictivo que les reafirma como una de las propuestas metálicas actuales con un mayor potencial comercial. Quedan fuera por cuestiones de espacio nombres como los de Avatarium, Uncle Acid, Shape Of Despair, Witchsorrow, With The Dead, Tsjuder, Noisem, Napalm Death, Torche, Ufomammut, Enslaved, Amorphis, Enforcer, Night Demon, Killing Joke, Baroness, Valkyrie o Lucifer. David Sabaté y Eduard Tuset
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