Extrañas aventuras
No pueden imaginarse lo complicado que ha sido este año dar forma a una lista de diez cómics internacionales. Y no precisamente por falta de títulos interesantes, sino por todo lo contrario. Así que, al margen de que pedirles que presten atención a todos los presentes en nuestra lista, les vamos a recordar muchos otros cómics, novelas gráficas, tebeos o lo que sea, que nos han entusiasmado a lo largo de la temporada. Nos duele especialmente el caso de Tom King. ¿Por qué, se preguntarán? Bien, pues porque hemos decidido incluir solo un título suyo en nuestro top ten para dejar espacio a más autores, pero tenemos muy claro que “Strange Adventures” merecía tanto como “Rorschach” el estar en esta lista. Nuestras disculpas a un guionista que –aunque la idea haya perdido impacto de tanto usarse en ocasiones con cierta frivolidad– ha revolucionado el cómic. Podríamos continuar con un par de adaptaciones literarias que golpean en la mandíbula “Hambre” de Martin Ernstsen (adaptando la obra de Knut Hamsun) y “Un trabajo como cualquier otro” de Alex W. Inker (adaptando la novela de Virginia Reeves) o por la nueva obra autobiográfica de Alison Bechdel, “El secreto de la fuerza sobrehumana”, para continuar por títulos como “Semillas”, “Éramos el enemigo”, “Vision” o “Tales From The Crypt”, por dar algunos ejemplos más.
Y eso sin hablar del increíble año que nos ha dado el manga, un universo en si mismo. Nos hemos quedado con uno para la lista, pero podrían haber sido decenas. Desde títulos actuales como “My Broken Mariko”, “Tokyo Revengers”, ”Héroes” o “Rastros de sangre”, hasta añejos como “Polen dorado”, “Ambassador Magma”, “Kamen Raider”, “Yuko” o “Los locos del gekiga”. Un buen año, sin duda. Joan S. Luna
Liv Strömquist
(Reservoir Books)
“No siento nada” se erige como una radiografía de la inherencia del ser humano y su sentir, tan inexplicable a pesar del gran volumen de información que existe hoy en día. Sería, por así decirlo, la fuente de información a través de la cual damos sentido a la experiencia amorosa o desamorosa, más bien, para luego al final mandarlo todo a freír espárragos porque, ¿qué es eso en realidad? ¿Y cómo pueden unas teorías pretender comprender la magia de las emociones? Ese es el mensaje que Strömquist manda en su última obra; nos aboca a una serie de hipótesis formuladas por filósofos como Eva Illouz o Byung Chul-Han, a través de las cuales compone su cómic y promueve la reflexión, para luego dejar claro que nada es seguro ni empírico. Que las personas reaccionan y sienten diferente entre sí por algún motivo oculto, casi místico. La fórmula de la sueca es referenciar además la cultura popular, como los noviazgos exprés de Leonardo Di Caprio, y mezclarla con obras y mitos como el de Teseo y Ariadna. De ese modo Liv Strömquist construye la novela gráfica en torno a la pregunta de por qué los humanos somos incapaces de amar de forma duradera. El resultado es una lectura interesante e ilustrativa que te hace reflexionar sin parar. Pero, eso sí, no es ni ligera ni amena, ya que está llena de texto, en su mayoría filosófico. Judit Monferrer Barrionuevo
2.- Rorschach
Tom King, Jorge Fornés y Dave Stewart
(ECC)
Número tras número, King nos introduce en un laberinto de testimonios, hechos y pruebas contradictorias que, poco a poco, nos revelan un escenario de pesadilla plagado de hombres y mujeres rotos, aplastados por su mediocridad y el sinsentido de sus vidas, que se aferran a cualquier creencia, por disparatada que sea, si eso les otorga la ilusión de ser por vez primera los dueños de su destino. Esa es la idea que representa Rorschach. Jorge Martínez Ros
3.- Ethel y Ernest. Una historia verdadera
Raymond Briggs
(Blackie Books)
Historia de amor contada para transmitir más amor, “Ethel y Ernest” evoluciona con el tono gentil propio de su autor, usando un ritmo cadencioso y unas ilustraciones a color directo de gran calidez para esconder un relato de profundísimos sentimientos personales. Una carta a corazón abierto a los padres, a la Inglaterra del siglo XX y a la nobleza llana y real de las clases bajas y medias, a las que se adscriben los protagonistas. Octavio Beares
4.- Little Bird
Darcy Van Poelgeest, Ian Bertram y Matt Hollingsworth
(Nuevo Nueve)
“Little Bird” es uno de esos cómics en los que la parte artística consigue crear un universo tan particular que lo que nos cuenta bien podría quedar en un segundo plano, aunque eso al final no ocurra. Este tomo integral nos permite leer la historia sin interrupciones, sumergiéndonos en un universo distópico crudo, violento y en el que canadienses y estadounidenses representan opuestos, en el que religión significa dictadura y cuya única salida es volver a la casilla de salida. Joan S. Luna
5.- Monstruos
Barry Windsor-Smith
(Dolmen)
Dejando a un lado la complicada gestación de “Monstruos”, no cabe ninguna duda de que es una de esas obras que impacta primero en lo visual (con un aterrador blanco y negro, crudo y directo) y luego en lo que nos cuenta. Es lo que pretendía Windsor-Smith y lo que consigue, aunque no cuando mira en plano general a Bobby Bayley, el protagonista, sino cuando se mete dentro de sus traumas familiares. Martí Viladot
6.- Snapdragon
Kat Leyh
(Astronave)
“Snapdragon” es un cómic precioso, sincero y lleno de amor, protagonizado por personajes entrañables y capaz de transmitir una tolerancia debería extenderse por todo el globo terráqueo. El mal también hace acto de presencia, claro está, pero Kat Leyh, una de las responsables de la no menos recomendable “Leñadoras”, logra aplastarlo en una historia más compleja de lo que parece y en la que la magia y el suspense –en pequeñas y justas dosis– se combinan en un alud de momentos emotivos entre sonrisas y lágrimas. Joan S. Luna
7.- Superman contra el Klan
Gene Luen Yang/Gurihiru
(Hidra)
Que nadie se lleve a engaño. “Superman contra el Klan” podría parecer a primera vista un simple cómic de aventuras juveniles, pero sin dejar de serlo es una obra que muestra una madurez sorprendente a la hora de enfrentarse a un tema como el racismo. Si a eso le sumamos lo bien que encaja el dibujo de las Gurihiru no podemos dejar de recomendar el que es, sin dudarlo, uno de los cómics para todas las edades de la temporada. Martí Viladot
8.- Queen Emeraldas
Leiji Matsumoto
(Satori)
“Queen Emeraldas” es un título indispensable para cualquier aficionado al cómic. Emeraldas es uno de los personaje clásicos de Matsumoto y lo es porque el creador del Capitán Harlock, y de todo un universo de space opera en realidad, fue capaz de darle una personalidad sólida, enigmática y magnética al mismo tiempo, apostando además por una protagonista femenina en unos tiempos en los que el viento no soplaba a favor. Joan S. Luna
9.- Tonta
Jaime Hernández
(La Cúpula)
Tonta –en realidad se llama Anoush– es tan inocente y divertida como lo era Margarita Chascarrilo en los ochenta. A estas alturas de la historia artística de Jaime Hernández su estilo de narrar no nos resultará sorprendente, pero sigue maravillándome la ilusión que me produce tener un cómic suyo entre las manos e ir descubriendo la historia poco a poco, a través de unos personajes que se hacen querer y otros que están pidiendo un spin-off a gritos. Manu González
10.- Oleg
Frederik Peeters
(Astiberri)
Frederik Peeters alcanzó hace tiempo otro nivel. Sus obras son profundas y al mismo tiempo divertidas, tanto da que se mueva en la ciencia ficción o en lo autobiográfico. En estas casi doscientas páginas el suizo vuelve al cómic autobiográfico –aunque lo haga camuflado como Oleg – y vuelve a salir victorioso. Una vez más. “Oleg” no es una obra que se contente con contarnos el día a día de Peeters, sino que son muchos los temas que van y vienen a lo largo de sus páginas. Joan S. Luna
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