Aprovechando la circunstancia, nos citamos con el guitarrista y ocasional cantante Christian Bland justo antes de la prueba de sonido, para que nos hable de los álbumes que le han marcado.
The Beatles - Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band (1967)
Fue mi puerta de entrada a todo lo demás. Lo descubrí en la colección de mi padre cuando tenía nueve o diez años. Mis padres solían escuchar oldies como Buddy Holly y esas cosas, pero siempre me gustaron The Beatles. Ponía ese disco, subía el volumen y me quedaba mirando la portada. Eso me permitió descubrir más cosas, como Bob Dylan. Musicalmente es una montaña rusa. Viaja a través de tantísimos géneros… Empieza con el rock and roll de la intro, y más tarde pasa a “When I’m Sixty Four”, que es como de musical. Mi favorita es “Lovely Rita”, que curiosamente creo que es de McCartney, cuando siempre fui más de John Lennon.
Pink Floyd - The Piper At The Gates Of Dawn (1967)
Creciendo en Houston (Texas) mis colegas solían oír a Pink Floyd, pero la única canción con la que estaba familiarizado era “Money”. Y me gustaba. La solían poner en una radio de rock clásico, pero no era lo mío. Incluso el nombre “Pink Floyd”, no sé… hasta que descubrí que al principio eran muy diferentes. Syd Barrett se convirtió desde entonces en uno de mis héroes. Descubrí que este disco se grabó justo después de “Sargent Pepper’s” en Abbey Road, así que me sonaba como la segunda parte. En aquella época yo me había mudado a una universidad de Florida y mis padres a Atlanta, Georgia, para estar más cerca. No tenía amigos, y en Georgia había una biblioteca en la que lo tenían. Fue mi disco de aquel verano y con el que empecé a tocar la guitarra, aprendiéndome los acordes. Molaba mucho porque pasa de la ciencia ficción a ser una especie de cuento de hadas a lo “Alicia en el País de las Maravillas”. Es otra montaña rusa. Y un disco muy importante.
The Doors - The Doors (1967)
Otro descubrimiento de la época del instituto. Mi padre es predicador y yo no podía ver películas en casa. Así que fui a una filmoteca y vi “Apocalypse Now”. Flipé con el inicio del napalm y “The End” [risas]… Qué peliculón. Aquella fue mi introducción a The Doors cuando tenía trece años, y me enamoré de ellos. Eran como el lado oscuro de los sesenta. Si no hubiera sido por ellos, no habría llegado a The Velvet Underground.
The Velvet Underground - The Velvet Underground & Nico (1967)
Sacamos nuestro nombre de “The Black Angel’s Death Song”. Empecé a tocar la guitarra bastante tarde, a los veinte años, cuando descubrí “The Piper…” y también empecé a sacar los acordes de las canciones de este disco. Me encantan las estructuras de acordes. Y me enseñó el poder de la sencillez. Su minimalismo suena, no sé, grandioso. Me encanta. Me aprendí las guitarras y fue para mí un álbum esencial. Alex [Maas] y yo crecimos juntos en Houston, después nos separamos y en 2002 volvimos a coincidir en Austin. En aquel verano nos dedicamos a pintar casas, y solíamos escuchar este disco juntos.
Black Rebel Motorcycle Club - “B.R.M.C” (2001)
Estaba oyendo mucho a Oasis a finales de los noventa y primeros dos mil y leí un artículo en el que Noel decía que era su grupo favorito. Ahí es cuando dije que tenía que investigarlo. El primer disco de Black Rebel fue esencial para la historia temprana de The Black Angels. Me encantaban las guitarras y el feeling siniestro y duro.
The Warlocks - Phoenix (2002)
Alex y yo fuimos a un concierto de Black Rebel en Austin en 2003, cuando sacaron el segundo disco. Y en el escenario estaban los teloneros: un grupo de nueve personas que llevaban como cuatro guitarras. Ese bolo también fue fundamental, porque esa noche nos dijimos que teníamos que montar un grupo para hacer lo mismo. “Phoenix” es el disco que descubrí en ese momento y me inspiró muchísimo.
Clinic - Walking With Thee (2002)
Siempre supe que los órganos de los sesenta formarían parte del sonido de The Black Angels, por The Doors. Y Clinic los usan mucho también. Son un poco electrónicos. Los ritmos se pueden bailar. Nosotros queríamos utilizar esos órganos de un modo actualizado. Alex vino en coche un día pronto en 2002 y me dijo que tenía que oír una cosa. Me puso este disco y lo primero que pensé era que cantaba él, porque la voz me recordaba mucho a la suya. Le pregunté: “¿Eres tú cantando?”. Y me contestó: “¡No, son Clinic!”. Es otra influencia muy importante. Creo que este es su segundo disco.
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