1-Hace algunos años, después de tocar en algún lugar del País Vasco, nos invitaron a tomar “la última” en un barco. El suelo de dicho barco estaba enmoquetado y empezamos a fumar en pipa. En un momento dado, después de una noche movidita, Egoitz, nuestro guitarrista “El mochilero de la vida”, fue a pasar al baño con la mala suerte de hacer caer la pipa. La moqueta empezó a arder. Sabemos que no fue a mucho más, pero en el momento tuvimos que salir corriendo.
2-En 2019, tocábamos en Pirineos Sur, un festival espectacular con un paisaje inmejorable. Al día siguiente viajábamos temprano a una ciudad de Tarragona para tocar de nuevo. El road manager tenía que descansar y nosotros estábamos con un claro subidón de adrenalina después del concierto, así que no tuvimos más remedio que quedarnos por la zona sin transporte y con la confianza de que algún alma caritativa nos acercara más tarde al hotel. Esa noche no hubo suerte y nos vimos cruzando a pie las montañas al amanecer con los pies empapados para poder llegar al hotel y descansar un par de horas. Fueron casi tres horas de travesía en unas condiciones no demasiado aptas.
3-Hace como trece años, volviendo a Barcelona al amanecer después de un concierto en un Finos Reggae, nos paró la policía en un control de drogas con tan mala suerte que en una de las mochilas había una bolsa con una gran cantidad de Marihuana, no sabemos porque siempre recibimos ese tipo de obsequios... Resulta que nos hicieron bajar de la furgoneta y entraron con un perro para registrarnos. Nuestra única esperanza era hablar telepáticamente con el perro y pedirle por favor que nos dejara marchar a casa sanos y salvos. El perro estuvo unos minutos revisando y al salir vino a olisquear y saludarme con un lametazo y nos dejaron marchar. Seguramente era un perro especializado en otras sustancias, pero en el momento, nos hicimos la película de que la telepatía había funcionado.
4-Hace también algunos años, en una Acampada Jove, vino una chica ofreciéndonos una especie de clase particular gratuita en la que me enseñaba a calentar la voz antes del concierto, hasta ahí todo bien, pero resulta que en veinte años de carrera muy pocas veces me he quedado afónico. Pues bien, uno fue en ese concierto. Después del concierto, a la chica le interesaba grabar una especie de mini entrevista explicando lo bien que nos había resultado esa clase gratuita. Accedimos a grabarla y la verdad es que no tiene desperdicio, invitando al público a contratar las clases de calentamiento habiéndome quedado afónico. Además, en la grabación del video se nota que eran las dos de la mañana y había alguno que salía bastante perjudicado.... todo un cuadro.
5-Hace ya muchos años, al poco de mudarnos a Barcelona, tocábamos en muchos lugares a cambio de un bocata y dormíamos donde nos hacían hueco. Una de esas noches dormimos en una especie de trastero del ayuntamiento, los colchones eran unas cajas de cartón, las mantas, unas cajas de cartón también, así que había que alargar la noche como fuera. Nos lo tomamos tan en serio que acabamos poniéndonos unos trajes de cabezudos que había ahí e incluso creo recordar que acabamos desayunando con los disfraces en el pueblo con las señoras en la cafetería del pueblo. Una bonita estampa.
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.