¿Película río, diario filmado, documental de viajes o melodrama? Siminiani pertenece a esa tradición de los Herzog, Godard y compañía que solo concibe el cine como parte misma de la vida, en alegre confusión de sangre y celuloide. Una película que en su confusión genérica es definitoria de un tiempo, de un cine, de una generación y de su música (Matthew Sweet, Gigolo Aunts, Nada Surf…). Poesía pura. Rubén Romero
2) "La herida" de Fernando Franco
Tras convertirse en el montador más en forma de España y curtirse en cortos experimentales, Franco debuta en la dirección del largo convencional con este retrato claustrofóbico de una enferma (insuperable Marian Álvarez) con trastorno límite. Gran triunfadora del Festival de Cine de San Sebastián, “La herida” plasma la gangrena de la incomunicación que todos compartimos. I just wanna be loved, que dirían Black Box Recorder… Rubén Romero
3) "Grand Piano" de Eugenio Mira
Para demostrar que los recitales de piano no son tan coñazo como parece, Eugenio Mira se marca un desconcertante homenaje a Hitchcock, De Palma, Polanski y, por qué no, también a su colega Rodrigo Cortés. Un músico (Elijah Wood) pegado a su instrumento y una amenaza mortal rodada con el pulso de un tipo que ha mamado el mejor cine de suspense de todos los tiempos. Tras la decepcionante “Agnosia”, hemos recuperado a una de los nombres de futuro del cine español. Maxi Gracia
4) "Stockholm" de Rodrigo Sorogoyen
En los márgenes de la industria, tirando de crowdfunding y convirtiendo su propio piso en localización principal, Rodrigo Sorogoyen hizo eso que los yanquis hacen todo el rato y a nosotros parece costarnos tanto: una película independiente que hace de la necesidad virtud. Una grandiosa Aura Garrido consiguió que nos replanteásemos la conveniencia de ligar por la noche con desconocidas. Manu Piñón
5) "A puerta fría" de Xavi Puebla
Con un año de retraso se estrenó esta cinta en la que Xavi Puebla regresaba a una temática que ya le había dado buenos resultados en “Bienvenido a Farewell-Guttmann”. Una película empresarial pesimista y asfixiante que se sumerge en el abismo íntimo de sus protagonistas. A destacar el trabajo de un excelente Antonio Dechent. Jordi Picatoste
6) "La jaula de oro" de Diego Quemada-Díez
Debut audaz de un director que se ha escapado del radar del cine español para integrarse en el estimulante panorama mexicano, “La jaula de oro” tiene más mitades –documental, aventura, historia de iniciación, película social…– de las que integran la unidad. Y todas buenas. Denuncia de una situación injusta que abona otras tantas, es la denuncia más veraz (y entretenida) que se ha rodado sobre el drama de la inmigración ilegal. Manu Piñón
7) "Retornados" de Manuel Carballo
Partiendo de un argumento similar al de la francesa “Les revenants” (2004) de Robin Campillo, esta película de zombies hispanocanadiense contiene más emoción que muchos dramas sociales. El tercer largometraje de Manuel Carballo está sustentado en un guión de espléndidos recovecos. Jordi Picatoste
8) "La plaga" de Neus Ballús
El réquiem definitivo del mito de Barcelona 92, que todavía pervive en menús degustaciones y noches de verano varias, es este western vallesano con ribetes de documental. Luchadores rumanos, ancianas asmáticas y demás catalanes de bien que nunca aparecerán en los programas de Bibiana Ballbé o los suplementos de moda, a ritmo de Balago. Rubén Romero
9) "Somos gente honrada" de Alejandro Marzoa
Debut en el largo de dos Manos de Topo, con una historia de cuarentones en paro. El punto de partida y la trama bien podría haberlos firmado el Cormac McCarthy de “No es país para viejos”, título que encajaría con el tono del filme, solo que aquí Miguel de Lira y Paco Tous no tienen ni para pelucas a lo Bardem: lo bordan como desencantados perdedores agarrados al clavo ardiendo de una última oportunidad. Rubén Romero
10) "La gran familia española" de Daniel Sánchez Arévalo
A pesar de su tendencia a la ñoñería y la exaltación del ‘generacionalismo’, Sánchez Arévalo le tiene muy pillado el puntito a la comedia de sentimientos. Premio a la integración de evento deportivo y medalla para el reparto mejor ensamblado del año, el mayor mérito de “La gran familia española” es que es emoción en estado bruto –sonrisas, lágrimas y gritos de victoria–, sin ironías ni coartadas intelectuales. Manu Piñón
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