La historia oral del grunge de Mark Yarm
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La historia oral del grunge de Mark Yarm

Luis Benavides — 28-01-2016
Fotografía — Matthew Salacuse

Han pasado ya 25 años desde de la publicación de “Nevermind”, el segundo disco de Nirvana, el álbum que colocó la ciudad de Seattle en el mapa musical y puso de moda el rock más mugriento, el grunge, hijo bastardo del punk rock y heavy. Un cuarto de siglo después de este fenómeno mundial con epicentro en el noroeste de los Estados Unidos, cuando parecía que ya lo habíamos escuchado y leído todo, llega a las librerías la traducción al castellano del interesantísimo “Todo el mundo adora nuestra ciudad. La historia oral del grunge” de la mano de la editorial Es Pop y escrito por el periodista Mark Yarm.

Publicado originalmente en el 2011, el libro reúne en más de 500 páginas a prácticamente todos los protagonistas de este fenómeno mundial con epicentro en el noroeste de los Estados Unidos. En total, unas 300 voces, entre músicos, diseñadores, fotógrafos y otros activistas musicales. El autor de este laborioso y encomiable trabajo, el crítico musical Mark Yarm, nos responde desde su casa, en Brooklyn.

Mark Yarm, nada que ver con Mark Arm de los seminales Mudhoney. Por favor, cuéntenos algo sobre su trabajo para evitar confusiones.
Sí, tengo que dejar claro siempre que no soy Mark Arm de Mudhoney. Es una confusión entendible. Ahora mismo soy un escritor freelance para algunas publicaciones como Wired, The New York Times y Rolling Stone. Además, antes era el editor de Blender, una revista ahora difunta.

¿Cuando empezó a trabajar en este libro? ¿Porqué se sumergió en los archivos grunge tantos años después?
El libro empezó como una especie de historia oral de Sub Pop -el sello que lanzó Nirvana, Soundgarden, Mudhoney y tantas otras bandas- para Blender en el 2008. El tipo que se convirtió en mi agente lo leyó y me sugirió hacer algo parecido pero del grunge en general.

¿Por qué optó por el formato oral? Personalmente me encanta porque el libro resulta una enorme conversación.
La obra maestra de la historia oral del punk rock “Please Kill Me” de Legs McNeil y Gillian McCain fue una gran inspiración para mí. Me gusta la idea de dejar a la gente que diga lo que quiera y limitar mi voz a la introducción.

¿Cuánto tiempo te llevó escribir esta Biblia del grunge?
Casi dos años y medio.

¿Era un grunge boy en los 90? ¿Qué recuerda de esa época?
No puedo decir que fuera un grunge boy, pero era muy fan de la música alternativa en general. Entonces estudiaba en una facultad a las afueras de Boston, y uno de mis principales arrepentimientos musicales es no ver a Nirvana en directo cuando tocaron en la ciudad la noche antes del lanzamiento del “Nevermind”. Estuve a punto de ir, pero un amigo falló y me quedé en casa. Nunca pude ver a Nirvana en directo…

Explicas en la introducción que mucha gente odia la palabra grunge. ¿Y usted? ¿Qué opinión le merece esta etiqueta?
No es algo que me moleste mucho, quizás porque no soy alguien que estuviera entonces metido en una banda encasillada con esa etiqueta. Es un término evocativo, y efectivo desde el punto de vista del marketing.

El grunge era más una escena que un sonido. ¿Está de acuerdo con la afirmación?
En general, sí. El grunge fue más una escena, y un fenómeno, que un sonido. En mi opinión, Pearl Jam suenan más como una banda de rock clásico que como una banda de punk rock, pero como salieron de Seattle en los 90s y vestían de cierta manera… pues les colgaron la etiqueta de grunges.

Hoy Seattle es la ciudad de Starbucks, Amazon, Microsoft… ¿Queda algo del grunge? Pearl Jam, Mudhoney, Melvins y Soundgarden siguen haciendo música…
Y no olvides a los Alice in Chains. Incluso Nirvana se juntaron, por decirlo de alguna manera, en el 2014 para un concierto en el Rock and Roll Hall of Fame. Aunque nada será igual que en los 90, que tres de las bandas del considerado Big Four grunge sigan grabando y girando me hace pensar que el grunge está muy vivo todavía.

¿Qué reflexiones o comentarios le han sorprendido más? Algunos recuerdos rompen con ideas equivocadas, como cuando Crover y Buzz de los Melvins desmienten que Kurt Cobain durmiera en un porche, o cuando dicen que el líder de Nirvana era un tío alegre, siempre gastando bromas…
Sí, existe un mito alrededor de Cobain como artista serio, y espero que mi libro ayude a desacreditar esto. Tengo una gran historia del cofundador de Sub Pop, Bruce Pavitt, sobre la conversación que mantuvo con Kurt en el backstage del Saturday Night Live justo antes de que “Nevermind” alcanzara el número uno. Dijo que Kurt esa misma noche estaba pensando abrir una granja de animales para niños… ¿Te lo puedes creer?

Con más de 500 páginas y más de 300 músicos y activistas musicales entrevistados, ¿”Todo el mundo adora nuestra ciudad” es el libro definitivo del grunge?
No estoy muy cómodo con el adjetivo ‘definitivo’, pero sí siento que es el libro que necesitas leer si estás interesado en la era grunge.

¿Cómo contactaste con toda esta gente?
Localizar y perseguir a la gente para hablar con ellos fue probablemente la parte más difícil y frustrante del proyecto. Con los músicos en activo fue relativamente sencillo gracias a su gente de prensa. Afortunadamente, mucha gente está en Facebook y eso ayuda.

¿Echó de menos a alguien a la hora de escribir libro? ¿Alguno se negó a participar?

Los miembros de Pearl Jam no quisieron hablar porque justo en ese momento estaban preparando “Twenty” con Cameron Crowe y tuve que tirar de material de archivo. Sin embargo, pude hablar con los antiguos baterías de la formación, pues ninguno participaba en esa película. Y bueno, charlé con Matt Cameron, el batería actual, gracias al management de Soundgarden, su otra banda, que me conectaron con él.

¿Cuál era su banda favorita de los 90s?
En esa época escuchaba mucho rock alternativo. Nirvana, claro, pero también Pixies, Nine Inch Nails, My Bloody Valentine, Jane’s Addiction

¿Y ahora, después de escribir este libro? En mi caso, después de leerlo me entró curiosidad por escuchar Green River.
Pues en mi caso, creo que el disco que más he escuchado en los últimos años, después de escribir el libro, ha sido el “Superfuzz Bigmuff” de Mudhoney, en una edición con sus primeros singles. ¡Tremenda colección de canciones!


La mayoría de las entrevistas son nuevas, inéditas, pero también se basa en otros libros, documentales y podcasts… ¿Qué otro libro nos recomendaría para complementar “Todo el mundo adora nuestra ciudad”?

El “Come as you are” de Michael Azerrad y la biografía de Nirvana de Everett True son posiblemente los mejores libros sobre Nirvana, por ejemplo. Pero si buscas aprender algo más sobre las figuras ocultas del grunge te recomiendo dos documentales: “Tad: Busted circuits and ringing ears” y “Malfunkshun: The Andrew Wood Story”.

¿Fue el grunge la última revolución en la industria musical?

No cabe duda que la era grunge fue enorme e importante, y un periodo único. Pero no fue la última revolución en la industria musical. Basta con ver lo mucho que ha cambiado el sector con la tecnología streaming en unos pocos años.

Seguramente no volveremos a vivir un álbum tan trascendental como el “Nevermind”.

Ya, cuesta imaginar que un disco lanzado hoy pueda cambiar tan profundamente las cosas como lo hizo “Nevermind”.

“Todo el mundo adora nuestra ciudad” llegó a nuestro país en el 2015, pero lo escribiste hace ya cuatro años. ¿Qué tal la respuesta de la gente y de los medios?
Estoy recibiendo un feedback muy positivo, en España y fuera, porque el libro también ha sido publicado en el Reino Unido, Finlandia y China. Estoy particularmente contento con la versión en castellano, pues la gente llevaba tiempo preguntándome por esta traducción.

¿Algún nuevo libro a la vista?

No tengo planeado nada, en cuanto a libros, ahora mismo. El libro del grunge me quitó mucho tiempo, pero ya veremos.

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