Los discos de mi vida por Joan Dausà

Joan Dausà ha vuelto a la actividad musical con “Ho tenim tot” (Promo Arts, 21), un disco en el que vuelve a mostrar su cara más vulnerable y sensible. Aprovechando la ocasión le hemos preguntado por los discos que han marcado su vida, y este es el resultado.

Dausà sigue la gira de presentación de su disco en Manresa (17 diciembre, Kursaal), La Pobla de Mafumet (29 enero de 2022, sala por confirmar), Sant Cugat (12 febrero, Auditori), Granollers (18 febrero, Auditori) y Vic (5 marzo, L’Atlántida).

Me he propuesto volver a un momento de mi vida. Debía tener unos ocho o diez años. Intentando terminar un puzzle imposible de un barrio de San Francisco, ayudando a barrer la casa, parando la mesa... Seis discos que son un retrato de mis padres y, por lo tanto, de mí. Alguno de ellos no cambiará la historia de la música. Algun otro quizás sí. Solo recordarlos, y escucharlos ahora de nuevo me ha regalado un viaje impagable.

Serrat - “Mediterráneo” (1971)

Serrat era el número uno. Poesia que invadía toda la casa. Una voz familiar que reconfortaba. Y cualquier momento era mejor si sonaban de fondo canciones como "Aquellas pequeñas cosas" o "Qué va a ser de tí"

Simon & Garfunkel - “Bridge Over Troubled Water” (1970)

El inglés era un idioma desconocido. Y una paradoja... Las canciones estaban por encima de la letra, justamente, canciones que basan gran parte de su éxito en la letra. Supongo que la calidez de esas voces provocaba algo parecido a encender una vela en el comedor. “The Boxer” me ha acompañado ya para siempre.

The Beach Boys - “Pet Sounds” (1966)

Cómo se puede superar un inicio de disco como "Wouldn't It Be Nice"? brutal. ¡Qué viajes con The Beach Boys! Los grabé tantas veces en mis cassettes-pupurrí... Escuchar "Sloop John B" me provoca, directamente, una sonrisa de felicidad.

Cat Stevens - “Teaser And The Firecat” (1971)

Ese arpegio de "The Wind" me agarra por el cuello y me lleva a ese niño que fuí. Aun conservo el vinilo. Todo el disco era una perla. Y una canción del disco anterior, “Tea For The Tillerman”, me persigue ahora que tengo dos hijas: "Father And Son”. Preciosa.

Lluís Llach - “I si canto trist” (1974)

Llach sonaba mucho en casa. Conectaba tanto con las canciones de luchas compartidas... Ojalá ahora tuviéramos tan claro como en aquel entonces contra qué causa hay que juntarse. Quizás lo más triste es que hay tantas, hoy en día, que terminas por rendirte.

Y me tomo la licencia de añadir el que sería quizás uno de los vinilos de mi vida, ahora, casi cuarenta años después...

Ólafur Arnalds - “Living Room Songs” (2011)

No hace falta decir nada sobre él. Si lo escucháis me entenderéis. Y siempre me quedará la suerte de haber podido verlo en el Royal Albert Hall de Londres. Larga vida a Ólafur Arnalds y a los discos de mi vida.