Empezaste como autor trabajando en historias cortas y luego pasaste a historias más largas, pero nunca he tenido la impresión de que seas de esos artistas que estira mucho la historia como sí hacen muchos otros. ¿Tienes la historia completa en la cabeza cuando empiezas a dibujar un nuevo manga?
Cuando monto la historia, lo primero que decido es el concepto de la obra. Si pienso en lo que quiero explicar y cuál es su sentido, entonces puedo imaginar el final y la longitud de la obra. Por eso me hago una imagen completa de la obra desde el primer episodio por mucho que sea una serie a largo plazo.
Lo primero que leí tuyo fue “Subarashii Sekai (What A Wonderful World!)” en francés y me encantó. Me hizo pensar en una forma distinta de hacer manga muy actual sin que fuese el típico cómic de relaciones entre chicos y chicas jóvenes, sin ser shonen o shojo. ¿Cuál fue tu intención al empezar a crear manga?
Mi manga encaja dentro del género seinen en Japón, con un público objetivo que va de los adolescentes a los adultos. No trata sobre sueños e ideales como los shonen manga o los shojo manga. De hecho, en algunos casos, puede haber sentimientos desagradables o transmitir ansiedad al lector, pero tampoco es algo que haga con total intención. Para mí es una forma de expresión muy natural porque cuando era niño no era realmente fanático del manga.
Ahora mismo estoy leyendo el tomo número seis de “Buenas noches, Punpun” (Oyasumi Punpun). Me parece una obra muy divertida y profunda al mismo tiempo. Se escapa de los mangas corrientes en los que se tratan los problemas de la gente joven. ¿Qué parte de los personajes es autobiográfica o inspirada en amigos cercanos?
En “Buenas noches, Punpun” quería mostrar la parte inferior de la persona. Para darle forma a los personajes me he fijado mucho en mis conocidos y en mí mismo. El principio de la historia es algo cotidiano, pero conforme va desarrollándose no es tan cotidiano. La forma en la que evolucionan los personajes tiene que ver con mi imaginación o en parte con mis ideales, que pueden no ser tan corrientes.
OYASUMI PUNPUN © 2007 Inio ASANO/SHOGAKUKAN
Hace diez años que empezaste a tener éxito con “Solanin”, pero me gustaría saber de qué mangas te sientes más orgulloso y por qué motivos.
Siento un cariño especial por “Solanin” porque es mi manga más famoso y el que más ha vendido, pero debo decirte que me siento más orgulloso de “Buenas noches, Punpun”, porque creo que es una obra muy personal y que nadie puede copiar. Al hacer “Buenas noches, Punpun” después de algo como “Solanin”, he evolucionado y ha crecido la particularidad de mi estilo propio. Si hubiera continuado haciendo obras como “Solanin”, mi talento se hubiera agotado hace tiempo.
¿Por qué motivos crees que la gente conectó tan rápido con este título en particular? ¿Crees que eres realmente uno de los mangakas que mejor describe a su generación en Japón?
En la época en la que hice ese manga, yo tenía unos veintitantos años y los lectores pertenecían a mi misma generación. Seguramente la gente que lo leyó se sintió muy cerca de lo que contaba porque se trataba de una obra creada por un mangaka de su propia generación. Creo que reflejé la relación entre la sensibilidad y los problemas que tienes a esa edad. Era un momento en el que los aficionados pedían que los mangas reflejasen la realidad en la que vivían. Y yo siempre he intentado reflejar los valores de una generación o de una edad concretas. De todas formas, tampoco puedo decirte que la respuesta que te estoy dando sea la correcta.
Me encanta también “Dead Dead Demons Dededede Destruction”. Me parece tu mejor trabajo por lo que se refiere al dibujo. Me gustan las expresiones de los protagonistas, la forma en la que parecen moverse... ¿Qué importancia tiene para tí mejorar como dibujante y qué importancia mejorar como guionista?
Si quieres crecer como dibujante, no puedes estar nunca contento con tus dibujos. Hay algunos lectores a los que les gustaría que no cambiase mi estilo, pero la verdad es que tengo miedo de cansarme si hago siempre lo mismo. Por ello sé que un día voy a dibujar con el estilo en que lo hago en la actualidad. No puedo contarte demasiado como narrador, porque mi manera de contar historias es un poco extraña. Lo que sí sé es que busco algo que pueda ser interesante para mí y al mismo tiempo para la gente que lea mis mangas.
Publicaste tu primer manga a los veinte años de edad, pero me gustaría saber ¿en qué momento decidiste que serías mangaka?
Bueno, en realidad mi primer trabajo fue en una revista y tenía diecisiete años de edad. Publiqué mi propio manga cuando cumplí los veintidós, aunque en realidad ya decidí ser mangaka cuando publiqué en la revista. Hasta entonces quería ser ilustrador o diseñador. Alrededor de los veinte años estudié mucho sobre manga, porque cuando decidí ser mangaka me faltaban muchos conocimientos sobre ello.
Cuando he entrevistado a mangakas más mayores, siempre me han citado a clásicos como Tezuka Osamu o Ishinomori como influencias que les llevaron a hacer manga. ¿Qué artistas te marcaron cuando eras pequeño?
Es cierto que, cuando yo era pequeño, el manga era muy popular, pero a mí lo que me apasionaba realmente eran los videojuegos. Leía los mangas más conocidos, pero no recuerdo haber sido gran seguidor de ningún dibujante en especial. Me gustaba mucho el manga de humor, un género que nunca hago, y me gustaban las historias cortas. Sí, ahora recuerdo que me gustaba Sakura Tamakichi, que presentaba sus mangas en una revista de videojuegos que yo leía. La verdad es que es muy difícil ver la influencia de Sakura Tamakichi en mi trabajo, pero debo admitir que ha influido en mi carácter. Cuando me puse a estudiar alrededor del manga, siempre preferí centrarme en los mangakas que tenían su propio universo y su propio estilo.
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