El hip hop y el punk nacieron con un año de diferencia, en la misma ciudad, Nueva York, a solo 25 minutos en coche, uno del otro, el primero lo hizo el 11 de agosto de 1973 en la famosa fiesta de cumpleaños de la hermana de Kool Herc, en el n.º 1520 de la avenida Sedgwick en Bronx Oeste, en la que el DJ instaló sus dos platos y empezó a pinchar el mismo break de una canción de James Brown una y otra vez llevando a los bailarines al paroxismo, mientras su amigo Coke La Rock agarraba el micro y se convertía en el primer Maestro de Ceremonias (o MC) de la historia inventando saludos para todos sus amigos y él mismo ("There’s not a man who can’t be thrown, a horse that can’t be rode, a bull that can’t be stopped, there’s no disco that I Coke La Rock can’t rock").
Casi justo un año después, el 16 de agosto de 1974, cuatro desarrapados con chaquetas de cuero y una música que cortaba como la motosierra de Leatherface en "La matanza de Texas" se subían por primera vez al escenario de un antro llamado CBGB, situado en el 315 de Bowery, entre la 1.ª y 2.ª Calle, en el Lower East Side de Manhattan. Eran los Ramones y las malas calles de Nueva York iban a ver desarrollarse a la vez a los dos géneros que iban a definir el malestar social y la insatisfacción con la sociedad, la música comercial y los Gobiernos en las siguientes décadas.
Ambos estilos tenían muchas cosas en común, se rebelaban contra la corriente principal, la deriva comercial de la música Disco los primeros y el anquilosamiento del rock los segundos, y atraían a una juventud callejera que no veía mucho más futuro que agarrar una guitarra o un micro y soltar toda su rabia contra un mundo que no contaba con ellos. Era normal que entre estos dos estilos se atrajeran, pero las fronteras raciales se acabarían imponiendo. Y es que, a pesar de todo el Movimiento de Derechos Civiles y los ideales de los 60, el racismo y la segregación no se habían superado en los 70 y los 80, a pesar de que las fiestas punks solían contar con Afrika Baambataa o Grandmaster Flash como DJs invitados y Debbie Harry, los Clash o Johnny Rotten se metieron en el género (hey, hasta Dee Dee Ramone sacó un disco con canciones rap en 1989), el punk era de blancos y el rap era de negros. Una de las razones, los barrios negros donde surgió el rap eran guetos llenos de violencia y criminalidad en los que era difícil que se metiera un blanco de clase media, algo que se endureció en los tiempos de Reagan y su segregada "guerra contra la droga".
Las líneas cruzadas entre el hardcore y el hip hop
Aun así hubo bandas que traspasaron los colores raciales, así los Bad Brains, negros, se convirtieron en una de las bandas fundamentales de la escena hardcore desde Washington DC y los Beastie Boys, blancos y grandes seguidores de ellos, terminarían entregando el primer disco de rap que subió al número 1 y, mucho más importante que eso (en el fondo aquello fue otro signo del racismo implícito de la sociedad estadounidense), que consiguieron el respeto de los grandes artistas del género que los vieron como uno de ellos.
El caso es que los Beastie Boys habían comenzado como una banda de hardcore punk, teloneando a los propios Bad Brains o actuando en el CBGB a comienzos de los 80, su primer coqueteo con el rap, "Cookie Puss", fue una medio broma que terminó sonando en varios clubs de Nueva York. Al final comenzaron a decantarse por ese sonido rap y decidieron expulsar del grupo a su batería, Kate Schellenbach, y contratar un DJ. Este fue un hecho fundamental en su historia, porque el DJ que contrataron fue otro tipo blanco de clase media como ellos que venía de la escena punk hardcore (también había tocado en el CBGB) y se llamaba Rick Rubin. Al año de aceptar el puesto, Rubin fundaría, junto a Russell Simmons, Def Jam, uno de los sellos más importantes de la historia del hip hop, y el trío formado por Adam 'Ad-Rock' Horovitz, Adam 'MCA' Yauch y Michael 'Mike D' Diamond, se encontraría en el sitio perfecto en el momento perfecto.
A pesar de vivir en la misma ciudad, no hubiera sido fácil para tres chicos judíos de familias bien meterse en el epicentro del hip hop en plena época dorada, cuando iba a salir de las calles y empezar a convertirse en una música de éxito. Rubin comenzó a meter 'beats' de 'hard rock' en sus producciones para las primeras estrellas del género, como LL Cool J y, especialmente, Run DMC. Pero también para los Beastie Boys, al final, como en los inicios del rock & roll, fue un artista blanco el que dio al género el primer disco que subió al número 1, fue con "Licensed To Ill", publicado en 1986 y con dos éxitos tan grandes como "(You Gotta) Fight for Your Right (To Party!)" y "No Sleep till Brooklyn" (un guiño a Motörhead), en esta última hacía su aparición Kerry King de Slayer, aprovechando que Rubin estaba produciendo "Licensed To Ill" y "Reign In Blood" a la vez.
El rock y el hip hop parecían ir bien juntos, algo que llegaría a su paroxismo cuando Rubin convenciera a Run DMC de hacer una versión del "Walk This Way" de Aerosmith, con colaboración de los de Steven Tyler incluida. Pero los Beasties no estaban del todo contentos, se les veía como a unos universitarios medio bobos a los que no tomar mucho en serio. Pero ellos en realidad se lo tomaban todo muy en serio y querían ser reconocidos como parte de la comunidad hip hop, no solo como los Pat Boone del momento.
Adiós a Def Jam
Después de unas disputas por regalías dejaron Dej Jam y sacaron "Paul's Boutique" en Capitol Records en 1989. Es su gran obra maestra, con una excelsa producción de los Dust Brothers con cientos de 'samples' y un trabajo mucho más arriesgado y enfocado al hip hop. Fue visto en su momento como un fracaso, aunque ahora es ampliamente considerado el cénit de su carrera. El caso es que el hip hop se había convertido en la voz de la América negra, por un lado teníamos a los que lo consideraban como la CNN de la gente negra, encabezados por Public Enemy, y por otro, en la Costa Oeste, había hecho su aparición el 'Gangsta Rap' centrado en las pandillas y los crímenes, no parecía haber mucho espacio para ellos.
Pero, a comienzos de los 90, mientras el hip hop seguía aumentando su popularidad se produjo un hecho extraordinario, el punk tuvo su momento de eclosión comercial gracias a la irrupción de Nirvana y todo el movimiento alternativo. De repente los Beastie Boys estaban en medio de las dos corrientes principales del underground que estaban tomando por sorpresa el 'mainstream'. El trío decidió grabar su siguiente disco volviendo a grabar sus propios instrumentos, Horovitz, a la guitarra, Yauch, al bajo, y Diamond, a la batería, incluso en la foto de la portada de aquel disco, "Check Your Head", se les puede ver con las fundas de sus instrumentos. Era la primera vez que volvían a tocar desde sus primeros EPs, y el cambio les sentó bien, seguían siendo una banda de hip hop, pero ahora tenían un sonido más orgánico y propio, con un as en la manga, las teclas de Money Mark.
Para presentarlo se fueron de gira con la Henry Rollins Band, un grupo de hardcore, y Cypress Hill, una banda de hip hop alternativo, los Beastie Boys estaban tendiendo puentes entre las dos comunidades y eso llegaría a su paroxismo en su siguiente disco, nuestro protagonista, "Ill Communication", gracias a la canción en la que mejor supieron combinar su amor por los dos géneros, "Sabotage".
El sabotaje de los Beastie Boys
Todo comenzó en el estudio mientras estaban tocando, MCA comenzó con ese riff de bajo distorsionado y Ad Rock y Mike D no tardaron en dejar lo que estaban haciendo y coger sus instrumentos para lanzarse a degüello con la que es la canción definitiva de la banda y una de las más significativas de los 90, el momento en el que la Nación Alternativa de Perry Farrell y el hip hop de la vieja escuela se juntaban a la perfección en una canción con potencial para atraer a los chavales que habían caído rendidos por el grunge y a los que lo habían hecho con Public Enemy (con un poco de ayuda también del mítico vídeo de Spike Jonze).
Pero reducir “Ill Communication” a su canción más conocida es hacerle un flaco favor, aquí aparecen momentos tan alucinantes como el 'sample' de flauta con el que se abre la adictiva 'Sure Shot', sus tres estilos de 'flow' fundiéndose a la perfección ("'Cause you can't, you won't, and you don't stop"), y, ya que estaban, pues te hacían otro temazo centrado en otro 'sample' de flauta que se llamaba simplemente así, 'Flute Sample'.
Pero aquí también está la constatación de que los grandes del hip hop les aceptan plenamente como uno de los suyos, como se puede ver en la colaboración con el imprescindible Q-Tip de A Tribe Called Quest en “Get It Together”, o una nueva colaboración con otro rapero con el que compartían el sentido del humor, Biz Markie, en la vacilona “Do It”.
La concienciación de los Beasties
Los temazos no se acababan ahí, aquí aparecía la increíblemente funky “Root Down”, el coqueteo con el jazz (el Miles Davis de los 70 fue una gran influencia en este disco), los cantos tibetanos de “Shambala”, o el hardcore punk de “Tough Guy” y “Heart Attack Man”.
Pero a sus méritos artísticos hay que sumarle que este es el disco que ve a los Beasties madurar definitivamente en sus letras, enseñando a un grupo más concienciado, amable y espiritual que en el pasado, de hecho, con esto también se unían a grupos como Nirvana con una mentalidad muy de los 90, donde los derechos de las mujeres y la causa de la libertad tibetana se dan la mano. Los mismos tipos que hablaban de luchar por el derecho a la fiesta pasaban a decir cosas como "la falta de respeto a las mujeres tiene que terminar" en "Sure Shot".
El caso es que el disco fue un enorme éxito devolviéndoles al número 1 de las listas de álbumes, ahora con un público más alternativo para el que fueron la puerta de entrada al hip hop, algo que puede comprobarse con su gira de ese mismo año en Lollapalooza, siendo los cabezas de cartel junto a Smashing Pumpkins, con una alineación en la que también cabían, George Clinton & the P-Funk All Stars y las Breeders, o A Tribe Called Quest y Green Day.
En definitiva, puede que "Ill Communication" no sea el mejor disco de la banda, puesto que tendría que ir para "Paul's Boutique”, tampoco el que mayor impacto tuvo, premio para "License To Ill", pero sí que es el que mejor captó el sentir de su tiempo y logró volver a unir los caminos entre hip hop y punk, o rock & roll en general, siendo el escaparate para millones de chavales en todo el mundo, derribando finalmente las barreras para que los chicos blancos pudieran conectar con el hip hop, y lo hizo en la época en que ambos mundos, el alternativo y el del hip hop estaban a punto de darse el testigo como música más popular, con el rock independiente apagándose tras la muerte de Kurt Cobain y el hip hop comenzando su escalada como música más popular de su tiempo con la aparición de discos y figuras míticas como Nas, Wu Tang Clan, 2Pac o Notorious BIG, mucho de su público llegaría a ellos a través de los Beastie Boys.
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