“Appetite For Destruction” (Geffen Records, 1987), un éxito sin precedentes para una ópera prima (el disco debut más vendido hasta aquel entonces, con 30 millones despachados a nivel mundial), había catapultado a Guns N’ Roses al olimpo a finales de los ochenta. En apenas un par de años habían pasado de ser unos chavales anónimos de las calles de Los Ángeles a ser verdaderas estrellas de rock que campaban a sus anchas. Su agresiva y hedonista propuesta de hard rock con toques punk, metal y glam les había valido el apelativo de “la banda más peligrosa del planeta”, dispuesta a llevar hasta las últimas consecuencias su apetito de destrucción.
Geffen no dudó en reeditar al año siguiente su maqueta, “Live ?!*@ Like A Suicide” (cuatro canciones que, como reconocerían tiempo después, habían vendido como falso directo para camuflar la precariedad de su grabación), añadiendo cuatro temas acústicos y rebautizando el conjunto como “Lies” (Geffen Records, 1988), en clara alusión a las polémicas noticias que no paraban de protagonizar en la prensa.
En 1990 ya estaban sumidos en los problemas propios de cualquier grupo de veinteañeros que no sabe gestionar bien la fama: adicción al alcohol y las drogas, luchas de egos y desacuerdos en cuanto al sonido que debían adquirir sus nuevas composiciones. Pero necesitaban grabar material nuevo antes de que todo aquello se les terminase de ir de las manos (tal y como ocurriría pocos años después) si querían mantener viva la llama, así que lo primero que necesitaban solventar era la patente ineficacia de Steven Adler (batería), hundido de lleno en el infierno de la heroína. Su pésima actuación en el Far Aid de Indiana el 7 de abril de 1990 y su incapacidad para grabar como es debido sus partes de “Civil War” (el primer tema que registraron del nuevo disco, incluido en el álbum benéfico “Nobody’s Child”, y a la postre el último que registraría el quinteto original) fueron las gotas que colmaron el vaso.
Adler fue despedido por incumplimiento de contrato, aunque lograría ganar la demanda por dos millones de dólares que les interpuso, alegando entre otras cosas una pelea de espaguetis que había tenido con Axl Rose (y a la que el abogado se referiría como “the spaghetti incident”, brindándoles el título del disco de versiones que sacarían en 1993). Su puesto sería finalmente ocupado por Matt Sorum, hasta aquel entonces baterista de The Cult. Mientras se amoldaba de buen agrado a las continuas juergas de Duff y Slash, tuvo que aprenderse en tiempo récord los treinta y seis temas que la banda ya tenía preparados para grabar en estudio.
Aquella incontinencia a la hora de grabar se debía a varios motivos. Por un lado, tenían un buen puñado de temas que habían descartado del “Appetite”, como “November Rain” o “Don’t Cry”, que no habían metido al considerar que ya cumplían el cupo de baladas con “Sweet Child O’ Mine”. Otros temas como “You Could Be Mine”, “Back Off Bitch” o “The Garden” también correspondían a aquella época.
Por otro lado, a diferencia de otros grupos en los que solo escriben canciones una o dos personas, la formación original de Guns N’ Roses tenía hasta cuatro compositores en sus filas. El cantante Axl Rose andaba en la onda de hacer temas épicos de armonías complejas en la línea de Queen o Elton John, con “November Rain” y “Estranged” como máximos exponentes. Slash seguía en su línea guitarrera de riffs redondos: “Civil War”, “Coma”, “Locomotive”… Duff McKagan era siempre el que ponía el toque punk (“Get In The Ring”) y pop (“So Fine”). Por último, el genio en la sombra siempre fue Izzy Stradlin, autor de cortes como “Don’t Cry”, “Dust N’ Bones”, “You Ain’t The First” o “14 Years”.
Slash lo cuenta así en su biografía (coescrita junto a Anthony Bozza y publicada en 2007 por HarperCollins): “En breve nos dimos cuenta de que teníamos canciones de sobra para un álbum. En un par de sesiones, conseguimos agrupar todo el material de una manera rápida y relativamente indolora”.
Pero, por si no fueran temas suficientes, Axl se obsesionó con grabar una ingente cantidad de versiones, de las que solo acabarían dos en el nuevo trabajo (una por álbum): “Live And Let Die” de Paul McCartney, y “Knocking On Heaven’s Door” de Bob Dylan (el primer tema que grabaron con Matt Sorum, cuya primera versión se incluyó en la BSO de “Días de trueno”, el filme protagonizado por Tom Cruise y dirigido por Tonny Scott que se estrenó el 27 de junio de 1990 en cines estadounidenses). El resto de covers terminarían engrosando “The Spaghetti Incident?” en 1993, pero no adelantemos acontecimientos.
Las diferentes sesiones de grabación se repartieron en diversos estudios de Los Ángeles entre 1990 y 1991. Las bases de las treinta y seis canciones se grabaron en los estudios A&M de Hollywood a razón de tema por día. “Yo quería escoger las doce mejores y pulirlas hasta que quedaran perfectas –recuerda Slash–, pero no insistí demasiado porque siempre y cuando siguiéramos avanzando ya bastaba para hacerme feliz. Axl quería grabar las treinta y seis y seguir la ruta del álbum doble. No quería seguir reservando ninguna”. A continuación se alquilaron los estudios The Record Plant de Los Ángeles para grabar guitarras y voces. “Reconozco que fue una extravagancia”, apunta Slash. “Mientras yo grababa las guitarras en un estudio, Axl más o menos convirtió el otro en un apartamento, porque decidió que avanzaría mucho más si vivía allí mismo”. El cantante se instaló junto a sus amigos, una cama, un saco de boxeo y un par de pinballs hasta que terminase de meter sus voces y sus sintetizadores, un derroche que no hizo demasiada gracia al resto de la banda: “Al final, Axl finalizó el trabajo, pero… joder, aquellos dos discos costaron una fortuna”, admite el guitarrista.
El nuevo trabajo iba adquiriendo muchas diferencias con respecto al “Appetite”. Principalmente por el nuevo rumbo que quería tomar Axl, que en su empeño por incluir teclas por doquier obligó al resto de la banda a admitir en sus filas a Dizzy Reed, teclista de Wild. “Dizzy era un tío majo, pero yo no veía ningún motivo por el que necesitáramos un teclista en Guns. Estaba rotundamente en contra y consideraba que diluía el sonido de lo que ya era una gran banda de rock and roll”, escribe Slash en el mencionado libro. El propio Axl metió también todo tipo de pianos (principalmente en “Estranged” y “November Rain”, temas de diez minutos que mimó especialmente) y sintetizadores (los instrumentos de cuerda y viento de “November Rain” y “Live And Let Die” los grabó él con estos aparatos, simulando una orquesta). Por primera vez otros miembros de la banda grababan la voz principal en sus temas, con Duff cantando “So Fine” e Izzy haciendo lo propio en “Dust N’ Bones”, “You Ain’t The First” y “Double Talkin’ Jive”. Aquella amalgama de arreglos e influencias dotó al nuevo material de una mayor variedad estilística, que perdía en velocidad y agresividad para ganar en epicidad y profundidad. También se traduciría en que las autorías y royalties dejarían de dividirse a partes iguales: a partir de ahora se especificaría quién había compuesto qué, cobrando su parte proporcional por ello (que Axl no incluyese a Slash como autor de “November Rain” y “Estranged” después de los solos que se había marcado es algo que todavía le escuece al guitarrista).
Axl intentó en una primera instancia publicar aquel mastodóntico trabajo como una caja cuádruple, algo que Geffen rechazó por pura extravagancia. También desechó la idea de dos discos dobles, con lo cual el A&R Tom Zutaut ofreció a GN’R sacar un disco doble y editar pasado un año un álbum normal (con opción a editar diferentes EPs de forma simultánea) con las versiones que se habían quedado en el tintero (y que terminarían integrando “The Spaguetti Incident?” en 1993, con Gilby Clarke regrabando las partes de guitarra de Izzy Stradlin). Finalmente eligieron publicar dos álbumes gemelos en lugar de uno doble, dando así la posibilidad de comprarlos por separado. El hecho de que, en mitad de aquella vorágine, despidiesen a su representante Alan Niven para sustituirlo por Doug Goldstein retrasó tres meses más la salida del nuevo material, puesto que tuvo que negociar un nuevo contrato con la discográfica. “Use Your Illusion I” y “Use Your Illusion II” terminaron lanzándose al mercado el 17 de septiembre de 1991. El título, extraído de la letra de “Locomotive” (“You can use your illusion, let it take you where it made”; “Puedes utilizar tus ilusiones, deja que te lleven donde sea”), vino acompañado de un diseño del artista Mark Kostabi inspirado en el fresco “La escuela de Atenas” de Rafael. Para el primer disco se pintó de amarillo y rojo, y para el segundo de azul y morado.
Se extrajeron un total de ocho singles entre los dos Illusions. Tres de ellos integraron la “trilogía teatral”, compuesta por tres de los videoclips más caros de la historia, inspirados en el relato “Without you” del escritor Del James: “Don’t Cry”, con el famoso cartel de “Where is Izzy?” (el guitarrista ya había abandonado la banda) sujetado por Dizzy Reed en el minuto 1’13’’; “November Rain”, con la boda ficcionada entre Axl Rose y su novia de aquel entonces, Stephanie Seymour (se divorciarían a los pocos meses en la vida real), como tema principal; y “Estranged”, todo un exceso visual con escenas tan grandilocuentes como Slash emergiendo del fondo del mar para tocar su solo o Axl nadando junto a un delfín (definitivamente, se le estaba yendo de las manos).
El videoclip de “You Could Be Mine” tampoco tiene desperdicio ninguno. Cuenta la leyenda que Arnold Schwarzenegger se encaprichó con Guns N’ Roses para la BSO de “Terminator 2: El juicio final”. El grupo se negaría en un principio, pero el actor lograría convencerles tras tomar unas cervezas. Eso sí, Doug Goldstein consiguió meter el tema nuevo en lugar de “Welcome To The Jungle” (la que quería Arnold). Schwarzenegger aparecería ataviado como el exterminador en cuestión en el vídeo, buscando a la banda con su ojo biónico mientras actúan en el Ritz Club de New York. Asimismo les haría un guiño en la propia película, cuando su personaje saca una escopeta (gun) de una caja de rosas (roses) en una de las primeras escenas. La canción en cuestión se la pondría el propio John Connor (Edward Furlong) en su radiocasete, algo que volvería a ocurrir en la cuarta entrega de la franquicia (“Terminator Salvation”). Entremedias de estos videoclips tan sonados en su día aparecieron otros singles no menos potentes: “Live And Let Die”, “Knocking On Heaven’s Door”, “Yesterdays”, “Civil War”…
El “Use Your Illusion World Tour” fue igual de mastodóntico y problemático que todo lo demás. Arrancó el 24 de mayo de 1991, meses antes del lanzamiento del disco, debido a los continuos retrasos de su edición. Una de las giras más largas de la historia del rock, con un total de 192 conciertos en 27 países. Hubo todo tipo de retrasos y cancelaciones, traducidos a menudo en altercados por parte del público que acabaron con decenas de detenidos, numerosos daños materiales y, desgraciadamente, algunas muertes entre los asistentes. También por parte de Axl, que no dudaba en lanzarse desde el escenario para darse de hostias si algo no era de su agrado (ver a alguien echando fotos sin acreditación era motivo suficiente). Izzy Stradlin no pudo con todo aquello, y abandonó el grupo tras su actuación en el Wembley de Londres en agosto de 1991, siendo sustituido por Gilby Clarke (guitarrista de Kill For Thrills). Aquella formación actuó por última vez el 17 de julio de 1993 en Buenos Aires (Argentina). El resto de integrantes terminaría abandonando la banda en los años posteriores, dejando a Rose (que había conseguido registrar como suyo el nombre de la banda como condición para salir de gira) como único miembro original. Axl, Slash y Duff no volverían a actuar juntos hasta 23 años después, cuando arrancó la gira de reencuentro “Not in This Lifetime... Tour” en 2016.
“November Rain” es actualmente el videoclip de rock más visto de YouTube, seguido por “Smell Like Teen Spirit” (Nirvana), “Sweet Child O’ Mine”, “Bohemian Rhapsody” (Queen) y “Zombie” (The Cranberries). “Use Your Illusion I” y “Use Your Illusion II” subieron al número 2 y 1 del Billboard 200 respectivamente, consiguiendo mantenerse en el top 10 durante 308 semanas gracias a sus ocho singles. Entre ambos discos han vendido unas 25 millones de copias en EE.UU. y 55 millones a nivel mundial. “Use Your Illusion I”, considerado como el álbum más cañero de los dos (aunque Slash asegura que el reparto de canciones fue aleatorio), es el más vendido, superado eso sí por el “Appetite”. Todo un canto de cisne que supuso el principio del fin para la banda. A la espera de ver si finalmente lanzan el esperado nuevo álbum tras el regreso de Slash y Duff (de momento han lanzado los singles “Absurd” y "Hard Skool"), “Use Your Illusion” fue su último disco de estudio con material original.
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