Poca música he escuchado estas vacaciones. Me llevé el iPod conmigo y no encontré el momento de colocarme los cascos, sentí más curiosidad por escuchar los sonidos del área rural, del caos playero o, cuando se pudo, del silencio. La única excepción la hice con Fovea Hex, lo que encaja perfectamente al menos en dos de los escenarios que acabo de plantear.
Los descubrí ojeando el número pasado del Go Mag, donde se destacaba su único disco hasta la fecha -“Here Is Were We Used To Sing”-, poniéndome también en la pista de los tres Eps previos y sacando a colación por diferentes motivos una serie de nombres de esos a los que no suelo resistirme: William Basinski, Current 93, Julee Cruise, Brian Eno,… De hecho Brian Eno se ha declarado encendidísimo fan de Fovea Hex, aunque también es verdad que decir eso en 2011 es motivo para echarse a temblar, y si no entiendes a qué me refiero sólo tienes que echarle una escucha a los lanzamientos de su discográfica All Saints.
Lo cierto, y lo digo para evitar posibles reclamaciones, es que el grupo, vehículo de la cantante irlandesa Clodagh Simonds, no es que cuente con un perfil muy MondoSonoro que digamos. Una señora de 58 años que cuya hoja de servicios figuran colaboraciones en los 70 con Thin Lizzy o Mike Olfield, y que súbitamente monta una banda y hasta un sello -Janet Records- para dar salida a una serie de canciones candenciosas y atmosféricas, desprovistas de percusión alguna y en las que los arreglos de cuerda, piano y demás instrumentos clásicos arropan una voz prístina. A mí me despierta sensaciones similares a los discos en solitario de Nico, y no se me ocurre un piropo mejor para el primer disco de una señora que (cada vez que miro su foto lo pienso) podría ser mi madre…
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