Con denominación de origen
Calificados en su momento como el resultado de escuchar un encuentro imposible entre The Prodigy y Motorhead, el debut en LP de The Chemical Brothers suena igual de fresco que, en su fecha de publicación. “Exit Planet Dust” fue la culminación de la ortodoxia rave ‘n’ roll comenzada con la fiebre house en Mánchester durante los años ochenta, en el crossover más icónico que nos proporcionó la idea de interpretar la música electrónica como el nuevo rock.
Big beat
Provenientes de los subsuelos de la cultura DJ, enfatizada por Johnny Jay, que estaba inyectando de hip-hop la red de clubes de la ciudad, Tom Rowland y Ed Simons se fueron curtiendo desde la mitad de los años ochenta en adelante en los clubes de la ciudad. El breakdance era el baile que delineaba los beats. Las pandillas breakdance como Broken Glass y Street Machine estaban de moda. Incluso un tal Liam Gallagher estuvo seducido durante un tiempo por la cultura hip-hop que circulaba entre los barrios suburbiales de la ciudad. Años más tarde, The Chemical Brothers integraban su red de bajos bombásticos entre sintes que sonaban como mega riffs onomatopéyicos. Pero, a diferencia, de Autechre, los Chemical Brothers habían sido abducidos por las sonoridades de gota fría que encharcaban The Haçienda. Ya a mitad de los 90 modelaron el big beat, una eyaculación de bajos 4×4 que destripaba la psicodelia rave de Madchester hasta una brutalización del estado previamente anterior a Madchester. Tal como llegó a describir Simon Reynolds en su libro "Energy Flash" sobre el Big beat: “era temerario como el rock and roll pero con el uso de efectos de tecnología. Además, generaba excitación e intensidad”.
Brothers Gonna Work It Out
El resultado de esta reformulación de los códigos rítmicos para la pista de baile fue la semilla que derivó en el primer LP de “The Chemical Brothers”. Los anteriormente conocidos como The Dust Brothers fueron la piedra filosofal de una actitud encapsulada en “Leave Home”, primer peldaño de “Exit Planet Duts”; sin duda alguna el punto de partida ideal para una trayectoria que nunca volvió a superar cotas tan altas de sublimación groove, pero que, en su defensa, sería como pedirle a New Order que superaran lo ya conseguido con “Blue Monday” en su momento.
Sirva este ejemplo como paralelismo de lo que supuso el hit de los de Bernard Sumner con la relevancia de introducir las matemáticas hip-hop en terreno tecno de los Chemical Brothers una década más tarde.
Psicodelia 2.0
“Leave Home” fue también la consumación de otro sueño húmedo: la de una nueva psicodelia. En este sentido, “Playground For A Wedgeless Firm” nos retrotrae a lo que podría haber hecho 13th Floor Elevators de haber tenido acceso a las drogas prediseñadas de los noventa y también a su tecnología.
Todo en “Exit Planet Dust” suena a celebración. El objetivo central: darle nueva vida al rock psicodélico a través de estructuras rítmicas inspiradas por Public Enemy, con texturas que remiten a la sensibilidad orgásmica impuesta por My Bloody Valentine con “Loveless” (1991).
Seguramente, no haya ejemplo más evidente de esto que “One Too Many Mornings”, donde se dan estas claves estructurales rítmicas y eléctricas, en un claro anticipo de lo que vendría poco después por medio del ensoñador debut de otra pareja de ilustres alquimistas del surrealismo hip-hop como Boards Of Canada.
El nuevo rock
Más allá de su indudable perfil psicodélico, “Exit Planet Dust” preconizó el posterior éxito de formaciones como The Prodigy, Underworld y Daft Punk. Tanto estas propuestas como Fatboy Slim dieron pleno significado al término rave ‘n’ roll. Y “Exit Planet Dust” fue la clave que abrió la senda hacia la comunión indie electrónica, aunque en esta ocasión desde el extremo de la electrónica, no desde el extremo rock, tal como hicieron en su momento los Primal Scream de “Screamadelica” (1991).
Aunque seguramente la clave de todo provenía de lo que Simons llegó a comentar al respect de “Exit Planet Dust” para The Guardian: “I think the album suggests two people with a lot of energy about them, a lot of vitality. It’s a very youthful record. If I was 16 and I went out and bought it, I’d be chuffed to bits.” (Creo que el álbum evoca a dos personas con mucha energía, mucha vitalidad. Es un disco muy juvenil. Si tuviera 16 años y lo comprara, estaría encantado).
ATEMPORAL
Pero ¿por qué, treinta años después, “Exit Planet Dust” ha pasado de ser un reflejo de su época a una viga maestra atemporal de la gran catedral de la cultura rave ‘n’ roll? En este sentido, estamos hablando de uno de esos discos que se cuentan con los dedos de una mano a la hora de poder denominarlos como catalizadores universales de su momento. En este sentido, no es difícil atestiguar vías tan diversas en sus tejidos rítmicos como el northern soul, tan de Mánchester, el dance-rock, el house, neo-disco, balearic beat, jazz o psicodelia sesentera, todo perfectamente simbolizado en un encadenado fabulosamente cromático de samplers que van del “Ohm Sweet Ohm” de Kraftwerk a Dead Can Dance, pasando por Pucho & His Latin Soul Brothers, Beastie Boys o los siempre infravaloradora Meat Beat Manifesto, que con su concepción industrial del hip-hop fueron casi precursores de lo que materializaron después Rowlands y Ed Simons.
EN DEFINITIVA
No es ninguna casualidad que, a día de hoy, “Exit Planet Dust” sea considerado como historia viva de la fusión dance-rock. Tampoco lo es que, tras casi una década previa de entrenamiento, antes de la publicación de su primer álbum, su siguiente LP, "Dig Your Own Hole", fuera la continuación soñada, ni que, en sus también meritorios álbumes posteriores, cada vez entraran en la ecuación más solistas para sus creaciones, con voces como las de Tim Burguess, Beth Gibbons o Noel Gallaguer, este último voz en "Setting Sun", prima lejana del “Tomorrow Never Knows” de los Beatles, símbolo inequívoco de la evolución propagada a lo largo de las décadas de una liturgia tan metamórfica como la psicodelia, a la que los Fab Four ya pusieran rodamientos rítmicos inusuales en su época y que los Chemical Brothers trasladaron mejor que nadie a la pista de baile mediante un hito como lo seguirá siendo de aquí a otros treinta años “Exit Planet Dust”.
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