Desde 1997 / Blantyre, Glasgow (Escocia)
Paul Savage, batería y fundador de la banda de Glasgow The Delgados, comenzó a involucrarse en labores de producción a mediados de los 90, cuando puso en marcha, con el resto de su banda, el influyente sello Chemikal Underground
Paul Savage, batería y fundador de la banda de Glasgow The Delgados, comenzó a involucrarse en labores de producción a mediados de los 90, cuando puso en marcha, con el resto de su banda, el influyente sello Chemikal Underground.
En el 97, en pleno boom de la nueva ola escocesa en aquella década, Savage adquirió los estudios MCM, localizados en Hamilton (contextualicemos: la industria discográfica vivía los últimos coletazos de la edad de oro), y en 2005, con la disolución de The Delgados, se mudó a sus actuales instalaciones en Blantyre, en las afueras de Glasgow (cuna del explorador Livingstone, por cierto). Pese a que el panorama para el mundo de la música empezaba a ser poco halagüeño, Savage construyó desde cero su nuevo espacio para grabar. Su estudio se ha convertido en referencia ineludible de la escena escocesa. Es un ejemplo perfecto de cómo la industria de la grabación se ha descentralizado, atendiendo a escenas más alejadas de las grandes ciudades y focos tradicionales.
En estos 20 años, Chem 19 -bautizado así como tributo al legado de Factory, que numeraba sus proyectos remitiendo al legado industrial británico- se ha convertido en parte esencial de la vibrante escena escocesa. Por sus puertas ha desfilado el talento escocés más ilustre de las últimas dos décadas e incluso de más atrás: De Mogwai a Arab Strap, King Creosote, Emma Pollock, Deacon Blue, The Twilight Sad y Franz Ferdinand. Nombres todos que han trascendido la escena escocesa para llegar a todo el mundo.
Chem 19 cuenta con dos estudios, el mayor de ellos con una gran sala de cuarenta metros cuadrados, y tarifas muy ajustadas a partir de 200 libras más impuestos por día, incluyendo el trabajo del ingeniero. Savage ha adquirido recientemente una moderna mesa SSL 948, que integra la calidez del mundo analógico y las necesidades del entorno digital en que, lo queramos o no, nos movemos. Paradigma de cómo están haciendo las cosas muchos estudios que intentan conciliar ambos entornos.
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