A ser una de las protagonistas de “Veneno”, el biopic dirigido por Los Javis (“La llamada”, "Paquita Salas"), sobre La Veneno, se suma también que suya es la voz del tema principal de la serie (una revisión del mítico “Veneno pa tu piel”). Jedet es también la más conocida de las tres actrices. Pero, precisamente por casos como el de La Veneno, sabemos que el gran público puede "conocer" a una persona, y a la vez no tener ni puta idea de ella. Al contrario, puede que la imagen que se tiene no se corresponda con quién es, con lo que siente, con cómo lo siente, con lo que le gusta, etcétera. A punto de cumplirse dos semanas de cuarentena, hablamos con Jedet de cosas tan negativas como esta, pero también de cosas tan bonitas como la propia vulnerabilidad, la música (su música), Andalucía... y, por supuesto, el legado de La Veneno.
Lo primero, ¿cómo te encuentras? ¿Qué tal estás llevando estos días?
Depende, la verdad. Hay ratos que estoy muy bien y otros me quiero pegar un cabezazo... ¿Tú qué tal?
Pues un poco igual, para qué te voy a mentir. ¿Te ha pillado todo esto en Madrid?
Sí, sí. Alejada de mi familia y eso, que es lo que peor llevo... Mi madre está ahora en Cataluña. Es que mi familia suele estar entre Cataluña y Andalucía, pero mi madre tiene una tiendecilla de comida en Cataluña, entonces ella está de Semana Santa hasta octubre allí, y luego se baja al pueblo, a Polícar.
Justo vi un post muy bonito en tu Instagram hablando de tus raíces andaluzas. Comentabas ahí también que antiguos compañeros de clase se reían de ti por ser andaluza y por tu acento cuando llegaste, y ahora los ves queriendo ir ellos de andaluces...
(Risas) Sí... Te cuento. Yo me mudé muy muy pequeña de Cataluña a Polícar; aprendí a andar allí, vaya. Las cosas más importantes las he vivido en Polícar. Estuve allí en mi infancia, y luego a finales de primaria me tuve que ir a Cataluña porque mis padres eran muy dados a mudarse. Yo no sabía hablar catalán, lo había hablado en la guardería, pero se me olvidó, ¿sabes?, y con eso me hacían mucho bullying. Al que no le insultaban por gordo o por maricón le insultaban por andaluz. A mí me pilló todo (risas). Pero ahora me hace gracia eso, ¿no? Que a la gente se le olvida todo y te vienen de súper guay. Y además cogen cosas de nuestra cultura.
Con el lache que nos da cuando alguien intenta eso como para hacer la gracia, que además suelen hacer una mezcla rara, rollo “olé pisha miarma”...
Uggggh (ríe). Me da muchísimo lache, sí. Además con el tema del andaluz me han dado mucho. Recuerdo cuando me mudé a Madrid y empecé a estudiar Arte Dramático, que me decían que no se me entendía, que en los castings no me iban a entender, etcétera. Tuve que neutralizar mi acento... y es verdad que hay stories que tengo que parezco madrileña. Me da hasta lache de mí misma el haberme dejado perder mi acento. Pero me he ido liberando en ese sentido. Aunque ahora me pasa que, como me he ido liberando en mostrar mi verdadero acento en redes, mucha gente me empieza a decir “uy, ¿y este acento? ¿Te ha poseído La Veneno?”. Maricón, el acento de La Veneno es de Adra, el mío es de Graná.
Precisamente de este tema hablé en su día con Lola Índigo, ¡y el caso es que me enteré de que fuisteis compañeras de clase en el instituto!
¡Sí! Es que a Mimi hace como once años que la conozco. Íbamos juntas al Severo Ochoa de Granada y, aunque luego nos perdiésemos la pista, siempre cuando nos volvíamos a encontrar esa conexión seguía estando. Ella siempre me ha dado mucha fuerza, y yo no entendía qué veía en mí o por qué creía en mí... Yo ni siquiera me estaba desarrollando como artista. Y me apoyaba. Y te juro que a día de hoy sigo pensando “¿por qué?”. Es muy buena amiga, la quiero mucho.
¿Habéis pensado en sacar algún tema juntas?
Pensado, muchísimo. Lo hemos hablado mucho, pero es como que... Nunca se ha dado porque cuando quedamos, quedamos para ser amigas, ¿sabes? Quizás porque como nos tenemos ahí y lo damos por hecho, lo dejamos en un “ya lo haremos”. No se ha hecho por vagas (risas).
Ahora vuelvo a tu faceta musical, pero primero quería preguntarte por “Veneno”, que se estrena este domingo. ¿Cómo te llega lo de interpretar a La Veneno?, ¿cómo lo recibes...?
Venga, te pongo el automático (risas). Estaba en el estreno de “Quién te cantará”, y Javi Calvo me dijo que me quería contar algo que me iba a hacer muy feliz, pero que no podía decir nada. “Vamos a hacer una serie sobre La Veneno, y queremos que tú seas ella”. Yo me quedé en shock, y él: “¿pero no te hace ilusión?”. Yo justo iba a comenzar mi proceso de transición, entonces lo vi como una señal. Yo qué sé, soy muy espiritual. Nos fuimos reuniendo e hice más pruebas, porque ellos estaban convencidos, pero tenían que convencer al resto del equipo. En un principio yo iba a hacerlo todo. Me dijeron que iba a tener que engordar cuarenta kilos para cuando fuese a salir de la cárcel... Luego vino la idea de las tres actrices... ¡Gracias al Señor! Porque si no yo estaría ahora mismo muerta.
¿Qué tal con Daniela Santiago e Isabel Torres? ¿Os habéis hecho amigas aunque –por motivos obvios– no hayáis coincidido mucho en el set?
Sí, sí. Mira, nos conocimos cuando nos pusieron al coach del acento de Adra, y me coincidió con mi transición, además yo soy la más pequeña... Entonces me veía con esas dos pedazo de mujeres y me veía súper insegura, que no me iban a ver como una chica, etcétera. Pero me han acogido genial. Me han hecho sentir guapísima y me han apoyado y protegido mucho.
Con Cristina La Veneno creo que hay una mezcla en lo que despierta. Por supuesto está la gente que la desprecia, pero incluso dentro de la gente que no lo hace, está como esa gracia, los memes, etcétera, por el arte que tenía... pero no sé si esa gente es también tan consciente de todo el activismo que, sin ella saberlo, estaba haciendo, solamente por existir y por ser visible.
Cristina dio una visibilidad enorme en los noventa. Podría ser ella más correcta o menos, porque su discurso es verdad que, a veces, era pa darle una hostia a la pobre, pero, ¿y? No tenía estudios, era de otra época... ¡Se crió en la calle! Ella era como era, y punto. Y ya solo por ser como era, por tener el coño que tenía, no esconderse y mostrarse ante toda España así, subiendo la audiencia como la subía, ya estaba haciendo activismo. Aunque no fuese el más correcto. Es que parece que si eres trans tienes que ser correcta, perfecta, súper femenina, recatada y señorita. Pues no. Eso lo tenemos en común: a mí mucha gente me dice que soy una vergüenza para el colectivo, y especialmente para las mujeres trans. Y yo me lo paso por el coño. Parece que tenemos que ir pidiéndole a la gente que nos perdone la vida. Y yo no pienso pedirle a nadie que me perdone la vida. Y ella tenía mucho de eso.
De hecho, aunque muchas cosas de su discurso nos chirríen vistas ahora, hay muchas otras que es flipante escucharlas en la tele de los noventa. Hace unas semanas, a raíz de todo el revuelo con las TERF pre-8M, vi por Twitter varios vídeos de ella que no había visto antes. Y es que ese discurso que también tenía parece que no ha perdurado tanto como la frase graciosa o el meme de turno.
Es que ella era feminista aunque no lo supiera. Ella luchaba por los derechos trans aunque no lo supiera y tuviera actitudes tránsfobas, igual que hay mujeres con micromachismos. No nacemos aprendidas, y más teniendo en cuenta el contexto. Pero su discurso era revolucionario. Mira, cuando empezamos a grabar la serie, mucha gente nos preguntaba si iba a salir tal frase de “¿Dónde estás corazón?”, tal pelea de “Sálvame”... pero es que la serie no es como cree la gente. La serie habla de su vida, y su vida no fueron tres frases graciosas ni tres memes. Su vida fue muy dura.
"Mira, la gente me suele decir muchas veces: “pensaba que eras borde y en verdad eres una perrilla que busca cariño”. ¡Y es verdad! Yo, por mi vida, he tenido que ponerme una imagen de dura, de 'no te me acerques que te meto un puño'”.
No sé si te han preguntado, porque es otra pregunta típica, si has intentado “darle dignidad” a Cristina con tu interpretación. La cosa es que ella ya tenía dignidad, otra cosa es la de veces que se la intentasen quitar, ¿no? No sé cómo lo ves.
Exacto. Yo no he pretendido “darle dignidad” en ningún momento, para mí tiene tanta... siempre ha sido para mí un icono, y Valeria (ndr: Vegas, autora del libro en el que se basa la serie) me decía que al ser fan iba a interpretarla desde un lugar muy bonito. He querido hacerle un homenaje del que ella pudiese sentirse orgullosa, ¿entiendes? A mí me gusta pensar que ella me mira desde el cielo, y quiero darle lo que se merece. No lo he hecho pa la gente, lo he hecho pa ella.
Antes de “Veneno”, te vimos en “Loser” de Esty Quesada, y en la tercera de “Paquita”, también de Los Javis. Pero te quería preguntar si habías hecho más cosas, porque me contabas antes que habías estudiado Arte Dramático...
Sí, sí. Estudié un año en una escuela que no me gustó, y luego estuve tres años en Corazza. En esos años hice cortos, obras, incluso dirigí una obra de micro-teatro, y también dirigí un corto. Me gustaba mucho la dirección. El cuarto no lo hice porque no me sentía bien actuando, no me dejaban hacer papeles de chica, etcétera, pero al final la vida me ha traído otra vez la actuación. Fíjate, yo que no quería actuar, porque lo pasaba fatal actuando.
¿Lo sigues pasando fatal actuando?
Yo creo que lo pasaba mal actuando por lo que lo pasaba mal actuando: porque tenía que hacer siempre papeles muy viriles. Me he reconciliado con la actuación con “Veneno”. Porque a ver, en “Loser” y “Paquita Salas” fue guay, pero “Loser” yo no me lo tomaba como actuar sino como quedar con las amigas, hacía un poco de mí misma, aunque estuviese tan exagerado todo... y en “Paquita Salas” es que no tenía frases. Los Javis me dijeron que improvisara y al final metieron mis frases. Pero ha sido “Veneno” lo definitivo. Aunque también ha sido duro por otro motivo: soy muy insegura, muy vulnerable, todo el rato pienso que me van a echar porque lo hago mal, etcétera. Y soy muy tímida. Pero soy tímida con cosas que no... Mira, he hecho escenas de sexo desnuda y me ha dado igual, pero luego me ha costado la vida darme un beso con alguien. O que me vean llorando.
Eso puede costar mucho más que desnudarse físicamente.
Es que yo con mi cuerpo no soy tímida, lo soy con mis sentimientos... Y una actriz trabaja con sus sentimientos. Mira, la gente me suele decir: “pensaba que eras borde y en verdad eres una perrilla que busca cariño”. ¡Y es verdad! Yo por mi vida he tenido que ponerme una imagen de dura, de “no te me acerques que te meto un puño”. Entonces quitar todo esa imagen de dura y que me vean llorar... No puedo. Bueno, puedo, pero me cuesta mucho. Tengo que decirme “Es el personaje, Jedet. No eres tú quién está llorando”. Y también ha sido muy duro verme de Joselito, con esa ropa y esa barba... Pero me hice amiga de Joselito al final.
Me has dicho que te gustaba dirigir. ¿Te verías al frente de una serie o de una película?
Siempre lo he tenido en mente, siempre he escrito, y pensaba que iba a acabar dirigiendo. Pero ahora que estoy metida en este barro y veo todo lo que requiere... Amiga, quizás cuando cumpla cincuenta.
¿Cómo fue la creación de esa cover de “Veneno pa tu piel”?
Ahora todo se ha parado, pero hablamos de hacer un videoclip muy chulo, con las tres actrices... Lo que sí es seguro es que haremos una versión más larga. El productor del tema es Mygal X, que es como mi novio a nivel musical, nos entendemos súper bien. Los Javis tenían claro que querían algo cinematográfico y oscuro, Mygal hizo la producción, y yo llevaba sin ir al estudio desde junio, imagínate el mono. Los Javis querían que en el subidón fuese solo instrumental, que no se cantase ese “Veneno pa tu pieeeeel”. Pero cuando fui al estudio con mi mamá, le dije a Mygal: “Hazme caso a mí, déjame probar”... y es como que cayó a la primera. Y fue tan buena que no pudieron decir que no. Yo soy muy crítica con mi música, pero es que creo que en esa canción no estoy cantando, sino interpretando. Igual suena a loca, pero cuando estaba en el estudio, ahí no estaba cantando Jedet, sino Cristina. Me salió su dolor, no el mío. Me salió su fuerza, no la mía.
Hay opiniones diversas, pero para mí sí que funciona ese tono épico y a la vez vulnerable, que creo que nadie se imaginaba –yo al menos– cuando escuchaba la canción estos años.
Es que la primera sorprendida fui yo, nunca pensé que “Veneno pa tu piel” se pudiese interpretar así, ¿eh? Pero después de estar en su piel y sentir su dolor, vi la letra de otra forma. Está hablando de que ella no se esconde y él vive reprimido. “Mírame, mira mi cara, mira todo mi cuerpo”. Soy lo que soy...
También mostraste una faceta más melódica al versionar “Por qué te vas” de Jeanette. ¿Cómo surgió eso?
Mira, Jeanette es una de mis artistas favoritas, de siempre la he escuchado con mi madre. Y coincidió que estaba pensando mucho en Jeanette para inspirarme. Pensé en versionar “Soy rebelde”... y Cecilio G entró en la cárcel. Yo estaba enamoradísima de Cecilio en esa época, y “Por qué te vas” me recordaba mucho a él. Luego, estando en el estudio con Mygal para grabar “En Miami”, se me vino mucho a la cabeza Jeanette, se me vino Ceci, que quería hablar con él... y le sugerí a Mygal que probase unos acordes con la guitarra para versionarla. Nos miramos, dijimos “esto suena muy bien” y lo grabamos en la pecera, pero por tenerlo simplemente. Pero más adelante hablando con Ceci le dije que le había hecho una canción, que me daba vergüenza enseñársela. Me dijo que se la pasara, y al rato me llamó: “Jedet, me encanta. No sabía cómo cerrar mi disco, pero ahora sé cómo”. Le dije que se la regalaba, porque era para él. Y de repente, locura... Todo el mundo la escuchó, casi tres millones en Spotify, y yo nunca lo esperé. ¡Si no está ni ecualizada!
Me has mencionado mucho a tu madre. Entiendo que es un gran apoyo para ti, aunque ahora estéis alejadas.
Tremendo, sí. Antes del coronavirus, estuvo tres semanas en mi casa. Yo tenía el rodaje, eran jornadas muy duras y le dije: “ven, por favor, porque no soy capaz ni de comer”. Tenemos una unión muy, muy fuerte. De hecho, las fechas de mis cirugías de la transición las elijo teniendo en cuenta que a ella le sea posible venir, porque ella quiere cuidarme y estar conmigo.
“La Leona” es de 2018, pero el año pasado sacaste un par de temas sueltos, “En Miami” y “Amor Criminal”. ¿Hay plan de sacar un EP con esas dos canciones y alguna más este año?
Mira, te voy a ser sincera: “La Leona” lo saqué por la necesidad de comer. A mí la música me encanta, y es algo que voy a hacer toda mi vida, pero quizás no habría hecho un álbum, sino singles, e ir probando. Pero no tenía dinero ni trabajo, y un álbum creía que me iba a facilitar hacer bolos y ganar dinero, así que invertí el poco dinero que tenía para hacerlo. Quizás fue prematuro, porque aunque mi esencia está en las letras, no es ese mi sonido. Pero oye, aprendí que tenía que hacer la música que a mí me gustase. “En Miami” la hice por mí, Jeanette ya te he contado, y en “Amor Criminal” quería probar algo con guitarras, más rollo Miley o Lana, más lo que yo escuchaba realmente. Entonces, ¿voy a sacar música nueva? Sí. ¿Cuándo? No lo sé. Pero seguro que sí.
“Amor Criminal” es para mí tu mejor canción, y...
Pues esa también era para Cecilio. No puede ser. ¡Tengo que parar! (risas). En fin, dime, dime.
Nada, te iba a preguntar algo pero creo que me lo has confirmado. “Amor Criminal” es muy distinta a “Reinas”, aunque siga siendo tu canción más escuchada, y a los temas de “La Leona”. Y luego tenemos Jeanette, la versión de “Veneno pa tu piel”... entiendo que estás queriendo enfocarte en temas que, aunque siguen siendo pasionales, tienen una carga mucho más melódica.
Exacto. Es que si te fijas, después de “Reinas” saqué “Mentiras” que ya era un desamor del que me iba a morir, pero yo me he criado en lo underground, no he estado en una discográfica ni he tenido las cosas fáciles. Entonces, más que productores, tenía beatmakers, y así era más difícil hacer lo que yo quería hacer. Pero mira, “En Miami” es melódica y tiene también ese homenaje a mis raíces urbanas, que siempre van a estar, porque es donde me he criado.
"Sigo pensando que no soy cantante, soy intérprete. Me expreso con la actuación, me expreso con la música, pero no estoy pensando en la afinación como una de 'OT'"
En una entrevista con Neo2 dijiste: “No soy una artista vocal, yo no sé cantar, yo entono... El resto lo hace la tecnología”. ¿Sigues pensando eso?
Sigo pensando que no soy cantante, soy intérprete. Me expreso con la actuación, me expreso con la música, pero no estoy pensando en la afinación como una de “OT”. Yo estoy conectando con mis entrañas expresando algo, aunque no esté en tono. Por eso no considero que sea cantante sino intérprete. Pero, de todas formas, esa frase... Creo que la dije más por miedo, por “antes de que me critiquéis, ya me lo digo yo”.
Una curiosidad para terminar: antes me mencionaste “Quién te cantará”. Es una película que a quienes nos gusta, nos encanta, pero en general pasó bastante desapercibida.
Me parece sublime. La habré visto como cinco veces. Y está muy poco valorada. ¿Es que sabes qué pasa? Para empezar, con el cine español hay mucho prejuicio. Y para seguir, la gente no tiene hoy día la capacidad de sentarse en una butaca, no estar con el móvil y estar calmada viendo una película que tiene un desarrollo lento, que no te lo da mascadito. Quieren estímulos todo el rato, bombardeos con gags. ¿Por qué “Ocho apellidos vascos” es la más taquillera? La gente de nuestra edad está perdiendo las ganas de ver cine de autor. Y a mí son las que más me gustan... Me fliparía hacer cine independiente.
Bueno, antes decías que igual cuando tuvieses cincuenta años...
Pero no sé, ¿eh? Ya me he entrometido mucho en demasiadas profesiones. Yo creo que ya si dirijo, me echan de España (risas). Dirán “esta persona ya no sabe qué inventarse para ser relevante”. Y la verdad es que no, todo lo he hecho ha sido porque me ha nacido. La única excepción es la que te he comentado antes, y campañas y cosas de esas de influencer tampoco he hecho muchas, si te fijas.
Sacas también libro en junio, ¿no? ¿Qué nos puedes contar de él?
Sí, mi nuevo libro, “Efecto mariposa”. Es como si tú me robases el móvil y tuvieses acceso a mi bloc de notas, a algunas conversaciones de Whatsapp, de Instagram, a letras de canciones que he escrito y no han salido, a pensamientos... a cosas muy íntimas y muy heavies. Pero el libro empieza diciendo que si lees el libro aceptas que no tienes derecho a preguntarme nada de lo que hay dentro. Te doy esto para sacar mis demonios, por si quieres leerlos, pero como ya no forma parte de mi vida y no quiero hablar del tema, no me lo menciones. Esa es la condición.
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