Woodstock: retrato de una generación
EspecialesMICHAEL LANG & BARON WOLMAN

Woodstock: retrato de una generación

Tomás Crespo — 28-07-2016
Fotografía — Baron Wolman

 

Precisamente Hendrix es uno de los músicos a los que más retrató Baron…
B.W.: ¡Sí! Es cierto, le hice miles de fotografías. Y qué fotos… Era imposible hacerle una mala foto a Jimi. Primero por su look. Un afroamericano vestido con esos trajes tan coloridos. Qué estilo. Pero no sólo era por eso. Su mera presencia era imponente, tenía mucho carisma, una fuerte personalidad. Y además es que sabia perfectamente como comportarse, como posar… Era muy fácil retratarle porque la cámara le adoraba. Pero no era el único. He fotografiado a muchos músicos importantes: Jim Morrison, Janis Joplin, Tina Turner, Mick Jagger, Keith Richards

¿Hay alguien con quién te hayas quedado con ganas de fotografiar?
B.W.: Claro. The Beatles. De los cuatro sólo pude llegar a fotografiar a uno, George Harrison. Y obviamente me hubiera gustado fotografiarlos a todos. ¡Preferiblemente cuando estaban juntos! Y bueno, a Bob Dylan también le fotografié, pero muy tarde, ya en los 70. Y a Led Zeppelin sólo les fotografíe una vez...

De todas tus fotografías ¿hay alguna de la que te sientas particularmente orgulloso o que tenga un significado especial para ti?
B.W.: Sí, además con mucha diferencia. Hay unas fotografías de Janis Joplin que tuve el placer de hacer y que nunca se me olvidarán. Las han utilizado muchas veces, en recopilatorios y demás. Son unas fotos en color de Janis con una camisa azul y un sombrero. La compañía discográfica quería unas fotos promocionales y pensaron en mi. ¡Aunque yo nunca había hecho fotos en color! Tampoco tenía un estudio, así que me la llevé a mi propia casa y las hicimos allí. A ella no le gustaba nada posar. Tampoco le gustaba llevar maquillaje, ni siquiera pintalabios. Prefería que le tomasen fotos más naturales, cuando estaba actuando. Así que cuando estábamos preparando la sesión me preguntó si me importaba que se pusiese a cantar. Por supuesto le dije que no me importaba, así que comenzó a cantar. Comenzó suavemente, pero poco a poco fue subiendo de registro ¡Y acabó dándome un recital a capella para mi solo! Fue una experiencia increíble. No lo olvidaré en mi vida. De hecho, lo recuerdo como si fuese ayer. Qué fuerza, que impresionante. Además tuvimos un problema muy gracioso. A mitad de la sesión hubo un apagón y nos quedamos a oscuras. Yo le dije que podía parar mientras volvía la luz, pero no lo hizo. Siguió cantando como si hubiera cientos de personas delante.

Su actuación en Woodstock es sin duda otra de las más celebradas ¿Cómo recuerdas tú el festival?
B.W.: Increíble. Y eso que fui casi por casualidad. No iba a cubrirlo para la revista ni era el fotógrafo del festival, aunque ahora lo parezca (risas). Jim Marshall, otro fotógrafo muy conocido, y yo estábamos preparando un viaje por todo el país capturando imágenes de todos los conciertos y festivales que se estaban haciendo aquel año (1969), así que fuimos también a Woodstock. Pero no conocíamos a nadie de la organización… de hecho... (dirigiéndose a Michael) yo te fotografié pero entonces no sabia quien eras.
M.L.: ¡Yo sí sabía quien eras tú! (risas).

"Yo no sabía que aquello iba a ser histórico, pero si que tenía la sensación de que estaba pasando algo único".


¿Te pareció muy diferente del resto de festivales?
B.W.: Sin duda. Cuando llegamos nos encontramos con una explosión de libertad que no esperábamos… todos aquellos jóvenes tumbados, disfrutando de la música en armonía. Parecía como si la gente hubiera estado esperado toda su vida para aquel momento. Obviamente yo no sabía que aquello iba a ser histórico, pero si que tenía la sensación de que estaba pasando algo único. Eso es lo que traté de capturar con mis fotografías. Ese ambiente que se respiraba. No tanto los conciertos, sino a la gente que se había reunido en torno a la música. Al fin y al cabo, a los músicos podía retratarlos en otros momentos, pero aquello… aquello fue irrepetible.

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Viendo las imágenes más que más que a otras de tus fotos de conciertos, me recuerdan más a tu serie de retratos de groupies de la época
B.W.: Supongo que en cierto modo sí. Me encantan esas fotografías. No sólo porque sean bellas mujeres, sino porque creo que definen muy bien muchos de los aspectos más interesantes de aquella época. Trate de retratarlas de la forma más respetuosa posible. Aquellas mujeres, las groupies, no eran solo mujeres que se acostaran con los músicos. Llegados a cierto punto, eso era lo menos importante. Eran mucho más que eso. En ocasiones organizaban todo lo que pasaba en el backstage y en las giras de los grupos. A su manera también formaban parte del espectáculo. Cada día invertían una enorme cantidad de energía en arreglarse y en ponerlo todo a punto. Era mucho mejor cuando las bandas estaban custodiadas por ellas que cuando empezaron a hacerlo los empresarios (risas).

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