Los locos 20 años de Ebrovisión
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Los locos 20 años de Ebrovisión

Juan Antonio Álvarez — 11-07-2022
Fotografía — Music Snapper / David Mars

Siempre que sale el tema Ebrovisión cuento lo mismo: podría decir el nombre y apellidos de todos los mirandeses que estábamos en la primera edición (y en la segunda, y tercera…).

Ahora, después de 19 ediciones, eso sería imposible, afortunadamente, y es uno de los tantos a favor que se tiene que apuntar la Asociación Amigos de Rafael Izquierdo, organizadora del festival y de otros muchos eventos que se celebran en nuestra ciudad a lo largo del año.

Los Piratas, Art School, Sidonie, La Habitación Roja y La Vacazul. Hoy sería un “cartelazo” para cualquier festival, pero fue la programación del primer Ebrovisión, el 14 de julio de 2001. Que semejantes bandas vinieran a casa en un solo día, en una ciudad donde la música alternativa en directo aún estaba bastante limitada, era un verdadero lujo. Y reconozcámoslo, si los asistentes locales estábamos entre ilusionados y a la vez dudosos de la viabilidad de la propuesta, es fácil imaginar como se sentían los organizadores. ¡Quien nos iba a decir que los primeros recintos (polideportivo, la mítica Fábrica de Tornillos, sala Maquiavel, entre otros) se iban a quedar pequeños para acoger a tantos ebrovisivos!

Desde la óptica del público, que es el caso de este escrito, y con la referencia de otros festivales, podemos decir sin pasión de paisanaje que quizá el mayor acierto del festival es, aparte de los carteles que siempre se han caracterizado por la variedad, buen gusto y no estar atados a las modas del momento, con alguna comprensible excepción, es, decía, el trato con los asistentes y la integración en la ciudad. Conciertos gratuitos por toda Miranda, música en las calles, comodidad y todo enfocado para que el público se sienta como en su propia casa.

Gracias a esas particularidades, que otros festivales han incluido en su oferta, Ebrovisión está considerado como uno de los mejores del país, y no solo por estos detalles, sino por su ecléctica oferta musical. Sin perder de vista su gusto por el pop más exquisito, la diversidad de estilos y el compromiso con los grupos emergentes permiten año tras año que se descubran verdaderas joyas que con el paso del tiempo vuelven a ser incluidos en los carteles como protagonistas absolutos. Otro festival organizado por la Asociación, que se celebra en otoño e invierno conocido como “El Chantre”, ha servido como “lanzadera” de bandas del prestigio y nivel de, por ejemplo, Vetusta Morla.

Por que esa es otra, la cantidad de bandas que cada vez que suenan en distintos medios se asocian inmediatamente al festival: las ya mencionadas Sidonie y LHR, otras como Niños Mutantes, Deluxe, Atom Rhumba, El Columpio Asesino, Triangulo de Amor Bizarro, Lori Meyers… y quizás una de las más esperadas y queridas por todos (¡todavía tenemos esperanzas!): We Are Standard, o Standard, o WAS. ¡Cómo se recuerda su primera actuación aquí, con sus familiares presentes, su doble batería y las tetas de plástico que lucía Deu! Y a nivel internacional bandas que ni en nuestros mejores y más húmedos sueños hubiésemos imaginado que tocaran al lado de nuestra casa: The New Pornographers, The Raveonettes, Rinocerose, Diamond Dogs, !!!, Micah P. Hinson, The Charlatans, Teenage Fan Club

Muestra gastronómica donde se lucen los maestros culinarios que tiene Miranda, Ebropeque para ir creando cantera, zona de acampada con todo lujo de detalles y transporte gratuito entre las zonas de conciertos son algunos de los detalles que NUESTRO festival ha ido incluyendo con el paso del tiempo. Todas estas mejoras, y las que estén por venir, nos sacan una sonrisa a los más veteranos, que recordamos cada año vivido contando nuestras “batallitas” a los recién llegados.

Con todo este bagaje pocos festivales, en realidad ninguno, pueden atreverse a programar una edición como la de este 2022, la del 20 aniversario que se tenía que haber celebrado en 2020 y por culpa de la maldita pandemia se ha retrasado hasta ahora: no se ha anunciado ningún grupo y solo se conocerán en el momento de la actuación. El mantenimiento de los abonos desde hace dos años y la venta de los pocos que quedaban demuestran el éxito del modelo Ebrovisión, ese que hace que el público sea el centro de todo.
¡Por otras 20 ediciones (y más). Larga vida a Ebrovisión!

(P.D.: ¡Rami, trae a Miles Kane de una vez!)

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