“Esta labor de selección ha sido muy difícil, no solo porque ha habido y hay muchos discos y artistas en mi vida que se quedan fuera, sino porque me he dado cuenta de que no tengo una gran constancia musical: me gustan muchísimas cosas distintas y siempre estoy buscando descubrir algo nuevo. Además, no soy la misma persona que era hace 20 años ni me gustan las mismas cosas. Por eso, discos que han sido importantes en otros momentos de mi vida, ahora no me representan demasiado, pero seleccionar solo lo que escucho ahora no sería justo tampoco. Así que he abierto el baúl de los recuerdos y aquí os dejo, en orden cronológico de llegada a mi vida, este extraño popurrí de influencias musicales”.
1. Various – Spice Girls Present... The Best Girl Power Album...Ever! (1997)
En plena fiebre de las Spice Girls, la cual me inundó como a todas las niñas de mi época, mis padres me trajeron de viaje este doble disco en formato casete. Qué decepción me llevé al descubrir que solo había dos canciones de mis amadas Spice en él y, sin embargo, qué gran descubrimiento: En esas dos casetes descubrí grandísimas artistas e influencias, desde las más clásicas (Aretha Franklin, Martha Reeves & The Vandellas) a otras más "modernas" (entonces, se entiende), como Cyndi Lauper, Salt 'n Pepa, Diana King, Chaka Khan, TLC,... fueron mis compañeras inseparables durante horas y horas de patinaje en mi adolescencia.
2. La Oreja de Van Gogh - Dile Al Sol (1998)
Este disco estuvo muy presente en mi pubertad, y de hecho fue mi ancla musical con mi tierra cuando me fui a vivir un año a Canadá (en 1999-2000) con 12 años. Volver a escucharlo ahora, 20 años después, ha sido como reencontrarme con una amiga del cole a la que no había vuelto a ver: hay canciones que siguen emocionándome, mientras que otras las escucho desde un lugar más maduro y quizá más crítico. Pero no puedo evitar sentir admiración al pensar que este disco lo hicieron unos chavales de Donosti de 20 años. Las letras son bastante maduras (me ha sorprendido descubrir que La Carta es sobre José Antonio Ortega Lara) y me gusta la variedad en la temática y lo narrativas que son, frente a los clichés simplones de temática romántica que suelen caracterizar la música pop de gente tan joven. Yo es que a esa edad estaba aprendiendo a agarrar el micro todavía.
3. Destiny's Child - The Writing's On The Wall (1999)
En mi estancia en Canadá descubrí mucha música nueva, pero destaco este disco por varios motivos: primero, que con él descubrí en profundidad las armonías vocales en el R&B y, no menos importante, a Beyoncé. Lo que hace esa chica a nivel vocal es de otro planeta, y en general todas las voces de las componentes de la banda tenían texturas muy personales que a la vez combinaban fenomenal. Las canciones me siguen gustando muchísimo, bastante más que las que ha lanzado Beyoncé en su carrera en solitario. Además, este disco tiene una característica curiosa y es que tiene una línea argumental: en la Intro, Destiny's Child se reúnen cual akelarre de brujas para definir los mandamientos de las relaciones, y cada canción es un mandamiento. Este tipo de planteamiento (o uno similar) lo encontré después en El Mal Querer de Rosalía, que también me encanta.
4. Iron Maiden - The Number Of The Beast (1982)
A los 14 años, un compi de clase me prestó este disco y otro de Cradle Of Filth. Esta fue mi iniciación en el mundo del hard rock y el metal, que fueron los géneros que escuché casi exclusivamente durante mi adolescencia. Iron Maiden era mi banda favorita y, a día de hoy, aunque los escucho menos, me sigue gustando mucho. Fue todo un descubrimiento: la voz de Bruce Dickinson, las guitarras, la fuerza de las canciones... también tienen letras muy interesantes y trabajadas, de temática muy diversa. Son como una mezcla entre una clase de historia y un espíritu de rebeldía que inevitablemente resultó atractivo a la adolescente inquieta que yo era.
5. Whitesnake - 1987 (1987)
En mi época "jevi", a veces iba a la tienda de discos y me compraba alguno al azar. Este y el Youthanasia de Megadeth fueron de los mayores aciertos. Este lo compré porque se titulaba como mi año de nacimiento, y me encantó de principio a fin. Tenía sonidos muy potentes, la voz de David Coverdale en pleno apogeo, y un carácter rockero pero con mucha temática romanticona que, de nuevo, eran una mezcla muy atractiva para mí en aquel entonces.
6. Amy Winehouse - Back To Black (2006)
Aún recuerdo el lugar en el que escuché a Amy por primera vez. Fue un flechazo instantáneo. Me cuesta mucho elegir entre este disco y el Frank porque ambos son maravillosos, pero reconozco que este es más mi rollo, más soul; con los Dap Kings de banda y Mark Ronson de productor, nada puede fallar. Me apasiona todo de Amy: su timbre, la emoción que transmite siempre, su capacidad para improvisar cada vez que canta una canción (aunque esto, claro, no se percibe en el disco... tendréis que ver sus directos),... y sus letras. Sus letras son maravillosas: inteligentes, divertidas, ácidas, desgarradoras y sinceras. Lo mismo le canta a su compañera de piso que le diga a su novio que se compre su propia hierba y no se fume la de ella ("Addicted"), que hace una canción sobre la incapacidad de ella y el chico con el que mantiene una relación adúltera de ser solo amigos ("Just Friends"), por mencionar un par. Amy always and forever.
8. Bill Withers - Just As I Am (1971)
Bill para mí lo tiene todo: Una voz con una textura y un rango de tesitura increíbles, unos grooves que atrapan y unas letras maravillosas sobre las cosas más mundanas, es la poesía de lo cotidiano. Este disco por ejemplo tiene canciones sobre su barrio ("Harlem"), sobre las manos de su abuela ("Grandma's Hands", ¡qué preciosidad!), sobre la hija a la que no podía ver ("I'm Her Daddy"),... hay mucho mea culpa y nostalgia sobre su relación fracasada ("Hope She'll Be Happier" o "Better Off Dead"). Me parece un compositor increíble y escucharlo es un regalo.
7. Carole King - Tapestry (1971)
Cuando era más joven, Carole King no me habría impresionado demasiado. Me gustaba la música más cañera, las voces más potentes y prodigiosas. Pero me hago mayor. Hace unos cuantos años descubrí que era autora de algunas canciones que yo conocía por otras artistas, como "Natural Woman" o "Will You Love Me Tomorrow". Entonces empecé a escucharla y me enamoré profundamente de ella y de este disco. Lo que le falta del prodigio vocal de Aretha, lo compensa con su naturalidad, su verdad, la maravilla de sus composiciones, es que no necesitan más. Me transmite muchísimo. Este disco es, como su título indica, un tapiz precioso compuesto de 12 verdaderas joyas.
9. Lukas Nelson and Promise Of The Real - Lukas Nelson & Promise Of The Real (2017)
Los últimos años me ha dado bastante por el country, que es un género que antes me parecía que tenía poca chicha pero, una vez más, me hago mayor. Lukas Nelson no es el mejor (Chris Stapleton, por ejemplo, objetivamente le da vueltas), pero me enamoré de su voz a primera escucha y este disco lo he escuchado muchísimo. No es country al uso, tiene canciones muy variopintas y bastantes sonidos modernos. De nuevo sobre las letras (que para mí son una parte muy importante), me gustan mucho. Hay letras muy bonitas ("Just Outside of Austin", en la que mezcla una letra romántica con estar colocado de maría, o "Forget About Georgia") y algunas bastante cómicas ("Four Letter Word"). Mención especial para los pedazo de coros que hay a lo largo del disco.
10. Mississippi Queen & The Wet Dogs - Try Me (2019)
En un primer momento ni se me ocurrió meter este disco en la lista, pero pensando en "los discos de mi vida", de repente me vino a la cabeza y, no sé, ¿puede haber algún disco más especial y personal para alguien que el que ha compuesto una misma? Por suerte de momento solo tengo uno y no hay problemas de favoritismos. Durante muchos años me consideré cantante de música ajena, no me veía capaz de componer, y el proceso de creación de este disco mano a mano con mi compañero El Malamute me cambió la vida y me abrió las puertas a un proceso creativo nuevo para mí. No quiero decir mucho sobre él porque obviamente no soy objetiva, pero poder plasmar cachitos de mi alma en música y letras y compartirlos con el mundo es una experiencia incomparable.
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