DIARIO DE GRABACIÓN PRIMERA PARTE
(Texto Riky Lavado / Fotos: Carlos Barros)
El pasado martes un equipo de MondoSonoro se acercaba hasta los estudios de grabación de La Casa Murada de Tarragona, para registrar un tema y una entrevista que muy pronto podréis ver en nuestro canal de youtube. Pero antes podéis disfrutar desde ya del diario de grabación que nos ha preparado Ricky Lavado (percusionista), explicando los pormenores de lo que será el nuevo álbum de la banda catalana liderada por Ricky Falkner (voz y bajo) y Ferran Pontón (composición y guitarra).
Lunes.
J.M. Caballero Bonald, David Foster Wallace, David Sedaris, Ezra Pound, Jonathan Franzen, Daniel Kehlmann, Kim Gordon, Peter Heller, Walt Whitman, James Salter y Andrés Calamaro comparten mesa en el comedor enorme y acogedor de una masía catalana del siglo XI rodeada de campos y sol. Podría ser el arranque de un buen chiste, pero no: es el arranque de grabación del nuevo disco de Egon Soda. Llegamos al estudio de madrugada, acompañados por Gonçal "Capitán" Planas y bajo una luna enorme en cuarto menguante (por algún motivo esa luna la interpreto como símbolo de buen agüero), y al despertar nos encontramos con una camada de gatitos salvajes jugando en el jardín. Parecen muñecos de peluche, pero los trozos de conejos muertos desparramados por ahí y el pelo erizado de Mamá Gata nos recuerdan que están más cerca de ser tigres que mascotas (como a todos nos gustaría ser). El primer día se nos va entre pruebas de sonido y Dry Martinis mientras inauguramos la sesión de Protools con una canción que habla sobre estuarios y palacios en Eritrea. Al acostarnos, de madrugada otra vez, los Allman Brothers nos dan las buenas noches. Un buen día, si señor.
Martes.
Calor sofocante en los campos de Tarragona. Todo el mundo se despierta de buen humor y, después de preparar unos Manhattans, empezamos a tocar y ya no paramos en todo el día. Nos colocamos en círculo dentro de la enorme sala de La Casa Murada y yo estoy flanqueado por Charlie Bautista y Ricky Falkner. No está mal. Suena música durante todo el día. Suenan pianos y guitarras. Suenan baterías enormes y bajos gruesos. Suenan congas y panderetas. Suenan cubitos de hielo y canciones que hablan del signo de Ariel y el corazón de Calibán. Damos mil vueltas a cada tema y los disfrazamos de mil formas diferentes, nos divertimos jugando con ellos. A la hora de retirarnos estamos cansados y satisfechos y nos vamos a dormir entre carcajadas. Hoy las buenas noches nos las da Van Occupanther.
Miércoles.
Audiciones tardosetenteras lideradas por Cheap Trick a media mañana con Bloody Marys cargados de tabasco y caras de resaca feliz. Suerte que La noia del pastís está por aquí cuidando de nosotros para que nos alimentemos decentemente e incluyamos un poco de agua en nuestra dieta. Discutimos sobre sonidos de caja mientras decidimos qué tema se graba primero y después de una breve charla sobre Fleetwood Mac arrancan las grabaciones del día. Aires africanos por un lado; por el otro, rock de verdad (con amistad, que diría el poeta). Mole graba baterías a una velocidad pasmosa, y yo no puedo evitar sonreír al darme cuenta que, después de tantos años, sigo maravillándome y sorprendiéndome por igual cada vez que le veo tocar, especialmente en una grabación como esta, para la que no ha habido ni un solo ensayo previo. El día pasa volando entre canciones y brindis varios, y cuando caigo rendido a las mil y media de la mañana en mi cara hay una sonrisa gigante.
Jueves.
Me despierto oyendo una melodia preciosa y unos acordes de guitarra acústica llenos de luz sobre una letra que habla de diluvios universales. Ferran se ha despertado inspirado y se ha sacado un tema nuevo de la manga mientras desayunaba nicotina. En dos horas queda el tema construido y sus baterías grabadas. Si todo funcionara igual de bien que esta banda, el mundo sería un sitio bastante mejor de lo que es ahora. Después de un taboulé sencillamente perfecto, cortesía de Olga, y una siesta con My Morning Jacket de fondo, preparamos una ronda de gintonics y yo aprovecho para humillar a Pablo al billar. Se reanuda el trabajo, siempre con Jordi Mora sentado a los controles, y Falkner pasa la tarde grabando bajos. Sigue siendo un misterio por qué ese bajo suena tan bien si lo toca con una copa en una mano y varios cigarros en la otra. Parece brujería o algo así.
Viernes y sábado.
Por el estudio ronda una guitarra que perteneció a Julián Infante. De alguna forma extraña interpreto esto como otro símbolo de buen agüero. Viernes y sábado son los días para grabar guitarras: Pablo y Ferran mandan. Hay riffs de rock que suenan como bisontes en llamas corriendo, hay country y también hay soul. Hay arpegios acústicos y bendings eléctricos. Hay elegancia y suciedad. Cabe de todo en este disco. Falkner se anima a grabar guitarras también, y durante dos días un huracán de talento y creatividad pasa por el peculiar filtro de amplificadores de Egon soda. Terminada la primera semana de grabación toca ceder el estudio a nuestros hermanos cósmicos y problemáticos de Mucho para que graben su tercer disco. Dentro de siete días retomamos lo nuestro.
DIARIO DE GRABACIÓN SEGUNDA PARTE (Texto Riky Lavado / Fotos: John Coogan)
Lunes.
Nos despertamos con resaca electoral y ganas de trabajar. Hoy es uno de esos días en los que te sientes afortunado por dedicarte a lo que te dedicas y por poder vivir esos raros momentos de magia que se producen en un estudio de grabación cuando los astros se alinean. Gorka Benítez nos ha brindado una clase magistral de talento salvaje grabando saxos y flautas en un par de temas. Podría quedarme a vivir dentro de esas flautas. En otro de esos momentos mágicos que la música nos regala de vez en cuando Martí Perarnau se ha dejado las cuerdas vocales y el alma en otro tema. Ha sido simplemente brillante. Ya de noche, ronda de Gimlets mediante, hemos podido disfrutar de una sesión de clase y calidad con Charlie Bautista sentado al piano y al rhodes. Es un verdadero lujo y un auténtico tesoro poder vivir días así.
Martes.
El día arranca con un calor sofocante y un sol abrasador, y preparamos café recordando a The Band y murmurando When I get off this mountain, you know where I want to go? Straight down the Mississippi river to the Gulf of Mexico. Hoy Levon Helm habría cumplido 75 años, y decidimos celebrarlo grabando música que nos haga sentir orgullosos (en nuestra cabeza Levon estaría orgulloso de muchas de las cosas que se están grabando aquí estos días). Día de visitas en el estudio, de apariciones inesperadas de madrugada, de abrazos y camaradería. Día de amistad, de rock y de emoción, de humo y copas brindando. Y de fondo, Charlie Bautista grabando pianos. Y de fondo, Ricky Falkner cantando y poniéndonos la piel de gallina a todos. Y en el fondo, de eso es de lo que se trata, de eso va todo. La alegría de compartir el buen malvivir.
Miércoles.
Resulta que han descubierto una nueva galaxia cerca de la Vía Láctea. Aquí al lado, a 17 millones de años luz. Resulta que es una galaxia oscura, 10000 veces menos brillante que la nuestra, y la han llamado NGC6503-d1. Según un científico que al parecer es una eminencia en el tema, podríamos tenerla sobre la Vía Láctea y no la veríamos a simple vista. Es una noticia inquietante así de buena mañana y me turba bastante, así que decido tirarme a la piscina y flotar en el agua congelada mientras oigo de lejos como se graban teclados y pianos y guitarras acústicas. El día va avanzando y las visitas van apareciendo poco a poco. Tener a un Saldarriaga cerca siempre es garantía de que todo va a estar bien, y si tienes a los dos hermanos juntos bailando con Gonçal "Capitán" Planas mientras les regalas una audición provisional del disco, sabes que algo grande va a ocurrir en cualquier momento. Los coros multitudinarios y etílicos que grabamos de madrugada así lo certifican. Esos coros, que hablan sobre ovejas muertas, nos van a hacer muy felices a todos cuando la gira de este disco arranque. En algún momento de la juerga amanece por ahí fuera, en un mundo que ahora mismo no es tan ajeno como una galaxia oscura flotando a 17 millones de años luz de aquí.
Jueves.
Enric Montefusco nos visita y canta un tema precioso a dos voces con Falkner. Dos de mis hermanos cantando juntos, una vez más. Pasan los años y hay cosas que ni cambian ni quiero que cambien. La mezcla de emoción y orgullo me provoca un nudo en la garganta, y después de eso ponerme a grabar percusiones me resulta banal. Carlos Saldarriaga ronda por aquí cargado de pinceles, lápices y talento, haciendo retratos preciosos que son fotogramas de lo que está ocurriendo en esta masía convertida en estudio convertido en búnker. Me duelen las manos cuando terminamos de grabar, y por una noche decidimos retirarnos a una hora prudencial y regalarle a nuestros cuerpos un poco del descanso que tan agónicamente nos suplican. Se ven las estrellas desde mi rincón de dormir, y mientras mis ojos se van cerrando oigo de fondo a alguien cantando She's a goddess on a highway, a goddess in a car, a goddess going faster than she's ever gone before...
Viernes.
Cualquier cosa que ocurra hoy se va a ver empequeñecida y eclipsada por un hecho absolutamente trascendental en torno al cual gira el mundo entero: Olga decide preparar su famoso tiramisú. Qué menos que preparar una barbacoa digna de una bacanal romana en el jardín para acompañar ese tiramisú. La única manera posible de vencer al sopor de la sobremesa y conseguir activarnos para seguir trabajando es añadir un poco más de mezcal de lo habitual a la ronda de Bloody Oaxacas. Grabamos voces y coros durante el resto del día. Día plácido, grabaciones tranquilas y risas a lo largo de la tarde. Discutimos sobre Annunakis y vimanas alienígenas en la cena, y como no nos ponemos de acuerdo sobre el tema decidimos seguir grabando y exprimir un poco más a Jordi Mora hasta que caemos rendidos unas cuantas horas después. Cielo despejado y luna en cuarto creciente aumentando su tamaño y luminosidad de forma constante como si fuera a estallar, anticipando de alguna manera el fin de la grabación.
Sábado.
Caras de cansancio y sonrisas de satisfacción en nuestro último día aquí. Es extraño llegar al final de una grabación con todo el trabajo hecho, sin prisas de última hora y sin dejar nada en el tintero. Que Egon Soda entre en un estudio para grabar disco nuevo siempre supone un nivel de expectativas muy alto, expectativas respecto a la experiencia de vivir ese privilegio por parte de todas las personas involucradas y expectativas respecto al nivel y a la calidad artística del resultado. Una vez más, siento que salimos del estudio con todas las expectativas superadas. A partir de aquí, todo lo que tenga que venir será circunstancial. Lo bailado ya no nos lo podrá quitar nadie nunca.
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