Al día siguiente salimos por la mañana para ver el "otro" japón, el de los neones y los pasos de cebra abarrotados y el sinfín de escaparates, restaurantes y tiendas, perfectamente representado en el barrio de Shinjuku. Ya la propia estación de metro es prácticamente una ciudad en sí misma. La zona de Kabukicho es como un hormiguero de personas y tiendas, donde, entre otros cientos, se encuentra la famosa galería comercial de Kinokuniya.
De repente, en medio de ese frenesí, nos encontramos con el santuario Hanazono Jinha, un apacible rincón al que acuden los tokiotas para tener un minuto de sosiego entre tanto bullicio. Al lado del santuario está también el Golden Gai, un llamativo rincón de casas bajas con más de 300 locales en apenas 7 calles de unos 50 metros de largo cada una. Los bares, apiñados, sólo tienen una barra y -literalmente- cuatro taburetes frente a ella. Es una zona que surgió en la caótica época después de la II Guerra Mundial, y es conocida por ser lugar de reunión de artistas, cineastas, músicos, y por su ambiente moralmente mucho más "liberal" que lo que dicta el rígido canon social nipón.
Puerta de entrada al santuario de Hanazonojinha
Ventana de uno de los bares del Golden Gai
Un hombre elegante llamando a la puerta de uno de los locales del Golden Gai
Llega la hora de la prueba de sonido en el Bar Rosso (el promotor del concierto, un batería italiano llamado Mattia, tiene la ocurrencia de llamar al evento "Rojo in Rosso" [sic]). El lugar es un sótano (o nivel B1 como lo llaman en Japón) en la zona este de Shinjuku, algo más tranquila que los alrededores de la estación.
Luminoso con el lema del Bar Rosso
Mattia se ha sacado de la manga una especie de mini-festival para esa noche en el que actuamos 6 artistas. Aunque suene un poco feo, me perdí los cuatros primeros conciertos por incidencias turísticas. Sí que llegué a la actuación de Samm Bennett, un músico de Alabama que, armado tan solo de un Diddley bow (una especie de cigar box guitar de una sola cuerda), un stompbox y unos cascabeles atados al zapato, se marca un concierto bluesero lleno de rock del pantano y bastante canallesca que fue muy aplaudido por el público. Una anécdota curiosa de su concierto es que uno de sus temas se titulase "Halfway to Mobile" (el primer single de "You Got To Walk That Lonesome Valley" se llama "Halfway to Pomona").
Samm Bennett en el pantano
Durante mi concierto
Finalmente, fui el encargado de cerrar la velada musical con un concierto en el que descubrí que el público japonés puede ser algo frío en cuanto a reacciones, a pesar de que luego, más en privado, muestren mucho entusiasmo y agradecimiento por tocar mi música para ellos. Después del concierto, cerramos la noche con unas rondas de cervezas junto a Samm, Mattia, un director de cine local llamado Honda y el dueño del Rosso con sus recomendaciones sobre dónde comprar ropa de segunda mano en Tokio. Otra gran noche.
De viaje asiático con Xisco Rojo (Día 1)
De viaje asiático con Xisco Rojo (Día 2)
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