Las cifras cantan, el vinilo está en auge y estas cinco reediciones del Boss –pertenecientes al período en el que reinaba el CD y el glamour de los viejos elepés parecía condenado al olvido– no pueden ser más que bienvenidas. Porque aportan el valor añadido de la presentación en formato vinilo, sin duda, pero también porque nos permiten reevaluar al alza, desde la perspectiva que da el paso del tiempo, lo que significó y significa esta etapa algo volátil en la trayectoria del de New Jersey.
Al acercarse el cambio de siglo, Bruce ya no iba tan sobrado de inspiración como cuando publicó, en un lapso de tiempo inferior a diez años, nada menos que “Born To Run”, “Darkness On The Edge Of Town”, “The River”, “Nebraska” y “Born In The USA”, dejando además un montón de pequeñas joyas guardadas en el cajón de los descartes. De ahí que, en 1999, al reunir a la E Street Band tras una década de distanciamiento, muchos percibiéramos una huida hacia adelante con la vista fijada en el retrovisor. Y así fue, por el rescate de composiciones antiguas y, sobre todo, por una inolvidable gira que ponía en valor el indestructible activo que seguían siendo sus conciertos.
Después, ya con las pilas cargadas tras la gira y antes de la aventura folk de las Seeger Sessions, tocó volver a componer y afrontar retos más exigentes. La inevitable comparación con su propio legado debía pesar como una losa, si bien los resultados, revisitados ahora y contextualizados en una carrera de ya casi cincuenta años, se revelan más que reivindicables y dignos de atención. Así pues, y aunque la sombra de su década más prolífica sigue siendo alargada, estas reediciones consiguen brillar con luz propia. Veamos el porqué:
18 Tracks (1999)
Este recopilatorio es, de hecho, una versión reducida de lo ofrecido meses antes en el cofre “Tracks” (cuatro compactos), añadiendo tres cortes inéditos para captar la atención de completistas. Se trata de una colección que, tirando del lujoso cajón de descartes citado anteriormente, muestra una vez más la profundidad del fondo de catálogo de Springsteen. Desde primitivas versiones de “Growin’ Up” o “Born In The USA”, a la solidez de una versión de “The Promise” estrenada para la ocasión, o de una muy sentida de “The Fever”, el tema cedido en su día al amigo Southside Johnny. Pasen y vean… y no se arrepentirán.
Live In New York City (2001)
Puede que a nivel creativo existieran dudas, pero en vivo Bruce y su banda de la calle E seguían siendo las mismas bestias escénicas de siempre. Editado también en DVD, este triple vinilo inmortaliza extractos de dos apasionadas actuaciones en el Madison Square Garden neoyorquino. El repertorio, como cabría esperar, es una sucesión de clásicos incontestables, a los que se suman las entonces novedosas “Land Of Hope And Dreams” y “American Skin (41 Shots)”. Perfecto instrumento para rememorar una gira histórica.
The Rising (2002)
El fin a siete años en el dique seco (dieciocho para la E Street Band), con una colección de temas inspirados o motivados por los atentados del 11-S. Algunos apreciamos entonces un muy buen álbum, aunque uno o dos escalones por debajo de sus mejores trabajos. El paso del tiempo, sin embargo, ha reafirmado a piezas como “Lonesome Day” o “The Rising” en indiscutibles momentos de clímax durante las maratonianas actuaciones de Springsteen, un hito que habla por sí mismo. Así que, más allá de favoritismos personales, reconozcamos y disfrutemos una vez más la vigencia y solidez de esta obra.
Devils & Dust (2005)
Después de la tempestad viene la calma y, así como la resaca de “The River” tuvo su “Nebraska”, “The Rising” desaceleró vía “Devils & Dust”. Quizá con menor dramatismo y aristas menos afiladas, pero con el mismo tono reflexivo y la misma vocación catártica. Este es otro disco al que cumplir años ha sentado bien. Recuperen “Reno”, “Long Time Comin’” o la propia “Devils & Dust” y verán cómo coinciden con nuestro veredicto. Y recuerden, de paso, que no sólo para correr nació el Boss.
Live In Dublin With The Sessions Band (2007)
La época en que Springsteen se reconvirtió en un cantante de folk con raíces irlandesas, secundado por una big band de jazz estilo New Orleans, será siempre vista por muchos como un divertimento algo superficial. Otros, sin embargo, no dejaremos de alabarlo como un brillante paréntesis en su carrera, tanto por el atrevimiento de sumergirse en sus orígenes, como por hacerlo mediante una contagiosa explosión de júbilo. En su día este live album se publicó sólo en CD, DVD y Blu-Ray, por lo que, en este caso, esta nueva edición en triple vinilo se agradece especialmente. Ya era hora de que esta combinación de composiciones tradicionales irlandesas y reinvenciones de temas del repertorio de Bruce recibieran el cariño vinílico que merecen.
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