Apenas un año y cuatro meses después de desencadenar definitivamente la tormenta del Britpop –cocinada a fuego lento desde 1992– con “Parklife” (Food, 94), Blur volvían a la carga con el que hacía cuarto álbum de su casillero tras “Leisure” (Food, 91), “Modern Life Is Rubish” (Food, 93) y el mencionado “Parklife”. La escena era, en 1995, caldo de cultivo para que, tal y como sucedió, los acontecimientos se precipitasen. Oasis habían escalado a la cumbre de la noche a la mañana con un debut arrasador y roquero como “Definitely Maybe” (Sony, 94), hasta competir en popularidad con los londinenses cuando ese mismo año veía la luz su segundo larga duración, “What’s The Story (Morning Glory)?” (Sony, 95). Los hermanos Gallagher y compañía ejemplificaban, desde su Manchester natal, la clase obrera británica, en contraposición a esos chicos bien parecidos salidos de la escuela de arte.
No hacía falta mucho más para que la llama prendiera, pero es que, además, el lienzo de la época lo completaban otras bandas en momentos excepcionales de forma como Suede, Supergrass o Pulp, potenciando una euforia que, por supuesto, estaba destinada a desbordar todos los planos. También el mediático, con la prensa especializada (NME, Melody Maker, Select, The Face...) salivando ante las múltiples opciones que el asunto planteaba, en lo que resultó ser un pastel tan jugoso que hasta los medios generalistas entraron a la partida con la intención de trincar su pedazo. Un desenlace que tuvo como principal fotograma aquella ‘Batalla del Britpop’ librada por Blur y Oasis, propiciada por esa maniobra descarada de ambas compañías discográficas con la que hicieron coincidir, el día 14 de agosto de 1995, el lanzamiento del single adelanto de los respectivos nuevos trabajos de las dos bandas. “Country House” por parte de Blur vs. “Roll With It” de Oasis. Aquella batalla en concreto se la llevaron Damon Albarn y compañía, si bien la guerra la terminarían ganando los mancunianos tras vender más álbumes y arrasar en los correspondientes premios Brit de esa temporada.
“The Great Escape” fue un disco mayoritariamente continuista con respecto a “Parklife”, con estampas de la vida inglesa como excusa presente pero menos marcada, y con una amalgama de formas que no diferían sustancialmente de las latentes en el que fuera tercer elepé de Blur. Para eso, habría que esperar a “Blur” (Food, 97). De momento, la influencia de The Beatles, David Bowie, Madness, XTC y (sobre todo) The Kinks seguía latente, pasada por el imaginario creativo de Albarn, las guitarras marcadas y personales de Graham Coxon, y la siempre fiable base rítmica formada por Alex James (bajo) y Dave Rowntree (batería). “The Great Escape” fue un disco notable. Por momentos incluso un gran disco, pero rayó varios peldaños por debajo del magnánimo (y a la postre insuperado) “Parklife”. Un disco algo disperso e irregular (en parte por su duración excesiva –con un total de quince canciones– y ese empeño por aprovechar el espacio que ofrecía un formato en auge como era el CD, tan frecuente en los noventa) que, en cualquier caso, se convertiría en clásico instantáneo, incluyendo alguna de las mejores canciones jamás escritas por el cuarteto.
01 – “Stereotypes”
El trazo ácido de Albarn como letrista vuelve a estar presente a lo largo de todo el álbum. También en esta esplendorosa pieza que abre el disco, despachando ese mismo tipo de optimismo enrevesado que embriagaba a la propia escena reinante en la Inglaterra de mediados de los noventa.
02 – “Country House”
El single de la discordia y la excusa catalizadora de aquella ‘Batalla del Btripop’ que, en realidad, no fue sino la celebración (aunque fuese disfrazada de enfrentamiento) de toda una escena. Una canción tan juguetona, pegadiza, hedonista y aparente como en realidad intrascendente y alejada de los mejores momentos (en firme) de Blur.
03 – “Best Days”
La nostalgia es también un elemento recurrente en el libro de estilo del grupo, quienes tocan el cielo con esta preciosa canción, en lo que bien podría considerarse una dignísima continuación de “To The End”. Sin duda, uno de los momentos álgidos del disco en cuanto a poso emocional se refiere.
04 – “Charmless Man”
Otro de los singles siempre recordados de “The Great Escape” es la acelerada “Charmless Man”, protagonizada por un hombre de negocios sin encantos sociales entre las hipnóticas distorsiones de Coxon y una luminosa ejecución vocal de Albarn. Igual de pegadiza que “Country House” pero con (bastante) más músculo.
05 – “Fade Away”
Lo que empieza pareciendo una de esas probaturas que tanto gustan a Damon Albarn termina convertido en un notable medio tiempo sobre la decepcionante vida conjunta de una pareja, en una pieza en la que los vientos encajan a la perfección con teclados ochenteros y la seductora voz del cantante.
06 – “Top Man”
Una de las prescindibles del lote es este anecdótico corte que quizá pretendía resultar inquietante, pero que hubiera encajado mejor como cara B que en el ecuador del disco en cuestión y que, en cualquier caso y apurando un poco, también hubiera sido más acorde al contenido de “Blur” (97).
07 – “The Universal”
Sin duda, la joya de la corona. No solo de “The Great Escape”, sino quizá de toda la trayectoria de Blur. Un descomunal medio tiempo mecido por el cuarteto hasta su épico final y que ha lucido siempre como uno de los momentos más emocionantes en sus conciertos. Realzado definitivamente por ese clip tributo a “La naranja mecánica” (72) de Kubrick, se trata de un himno atemporal con el que seguir soltando lágrima. Hoy y siempre.
08 – “Mr. Robinsons' Quango”
La sombra de Ray Davies (actualizada al momento presente con las distorsiones finales) queda patente –si acaso aquí más acuciada que nunca– dentro de una influencia de por sí palpable una y otra vez. El resultado es una canción de aires clásicos que resonaba del todo contemporánea, en una habilidad que, en realidad, no era sino marca de la casa.
09 – “He Thought Of Cars”
Sin llegar al nivel de “Best Days”, “He Thought Of Cars” se impone como una gran canción que suma en positivo. Concretamente dentro de la sección de temas de ritmo contenido y lírica turbadora, completada en esta ocasión con trazos de ese sonido más cercando al indie norteamericano que obsesionaría al grupo en “Blur” (97).
10 – “It Could Be You”
Alma gamberra y nerviosa (y al mismo tiempo entrañable) y una inspirada guitarra de Coxon. A veces a Blur no le hacía falta mucho más para construir una canción solvente y directa como es “It Could Be You”. La canción era madera de single y, en efecto, fue lanzada como quinto sencillo extraído de la referencia… aunque sólo en Japón.
11 – “Ernold Same”
Lo que comienza pareciendo uno de esos interludios ya utilizados por el cuarteto en “Modern Life Is Rubish” (93) y “Parklife” (94) termina convertido en un vals en toda regla, ejecutado con convicción y credibilidad y amparado por unos ‘la la las’ en boca de Albarn que solían ser más habituales en su archienemigo Brett Anderson de Suede.
12 – “Globe Alone”
La (magnífica) pieza punk del lote, con Wire, Buzzcocks o The Fall asomando en el horizonte. Apenas dos y minutos y medio de cañonazo, en una composición a reivindicar puño en alto y que queda como hijo bastardo (y a medio camino temporal) de dos clásicos de Blur como son “Popscene” y “Song 2”.
13 – “Dan Abnormal”
Bautizada con el anagrama del nombre de Damon Albarn, el corte es un digno sucesor de “Globe Alone”, apurando en un indie-pop intencionadamente enrarecido, con grano y de pose arty, que hace pensar en XTC, Talking Heads o incluso Television.
14 – “Entertain Me”
“Entertain Me” es otro de los (evidentísimos) singles en potencia de “The Great Escape”, además de una de las tapadas del disco, situada en una penúltima posición que suele quedar reservada para un tipo de pieza más prescindible. Una fantástica canción, con capas superpuestas y un estribillo corto e inesquivable que hubiera merecido lucir como fin de fiesta.
15 – “Yuko And Hiro”
El honor de cerrar “The Great Escape” fue, sin embargo, para “Yuko And Hiro”, una bonita canción que, de nuevo y en cualquier caso, parecía más adecuada como interesante cara B. O que, al menos, podría haber intercambiado su orden con la previa “Entertain Me” con el fin de dejar un epílogo más impactante.
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.