El "Homogenic" de Björk, 25 años de la mitológica Islandia cyborg
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El "Homogenic" de Björk, 25 años de la mitológica Islandia cyborg

Marcos Gendre — 19-09-2022
Empresa — Virgin

Fue en 1997 cuando Björk llevó a cabo una nueva pirueta casi imposible. En este caso, no bajar el listón de “Post” (1995), para un servidor, uno de los diez discos más relevantes de los años noventa.

El resultado de tal gesta fue “Homogenic”, un viaje consciente hasta el mismo latido de Islandia, con un despliegue sonoro en el que podemos vislumbrar los agresivos fenómenos climatológicos que definen la propia esencia de su naturaleza. Esta representación salvaje de su país de origen contrasta con una sociedad cuyo porcentaje de población en uso de ordenadores es el mayor del mundo. Esta contradicción entre tecnología y lo antiguo conforma los dos extremos aunados dentro de un concepto global, perfectamente representado en la portada realizada para la ocasión: una versión de guerrera nativa cyborg de la islandesa. Futurismo ancestral que conforma el genoma de un álbum que, un cuarto de siglo después, sigue sonando tan arrebatado(r) y adelantado a su tiempo como el primer día.

Pero ahora descendamos hasta el estómago de cada una de las diez canciones que integran semejante demostración de poder por parte de la eterna niña de sonrisa duendesca.

"HUNTER"
Tras haber alcanzado un techo difícil de igual, con “Post” (1995), Björk arranca “Homogenic” con “Hunter”, toda una declaración de principios, en la que su híbrido juguetón entre jungle y trip-hop es disuelto en una nebulosa de violines celestiales.

“Hunter” fue uno de los cinco singles escogidos para la ocasión, minimalismo cibernético tapizado con cuerdas de alta costura, mientras los ritmos reptan por la tierra como si se tratara de una serpiente espasmódica.

Hueso y atmósfera, drama y esencialismo se entrecruzan en la fórmula final de un disco en el que este tema se reivindica como ejemplo modélico. Uno con ese acordeón de fondo, que tan buen uso le dio durante la gira de “Post”.

"JOGA"
“joga” fue el single que sirvió para presentar “Homogenic”. No en vano, estamos ante uno de los momentos más sublimes que nos ha ofrecido jamás la conjunción entre cuerdas y rítmicas electrónicas. Lisergia en estado puro, a través de la cual podemos sentir el tremor de la naturaleza islandesa en nuestros oídos, aliviada por el colchón de cuerdas dispuesto como paraguas que sobrevuela la fisionomía abrupta de la canción, en la queBjörk cita esas “emotional landscapes” como síntesis perfecta de las pretensiones geológicas de los ritmos cosidos a lo largo de la grabación del álbum. Como llegó a reconocer la propia Björk: “Estaba tratando de referirme a la lava y los volcanes con esos sonidos. No hay nada bonito en la naturaleza islandesa, es muy cruda. ‘Homogenic’ es un álbum de guerreros con corazón, no con armas”.

"UNRAVEL"
Sin llegar a ser single oficial, “Unravel” se presenta como el momento más revelador del disco. Planeadora, sinuosa, estamos ante un viaje en primera clase. Aquí todo es sutileza vaporosa en grado sumo. De hecho, este corte no tiene rival en su condición hipnagógica, insuflada por una cohorte de vientos y efectos espectrales, en torno al complejo puzle vocal dispuesto por la islandesa para la ocasión.

Como curiosidad reveladora, cahe recordar que en 2006 Thom Yorke reconoció que esta es su canción favorita, una que ha llegado a versionar en disco junto a Radiohead.

"BACHELORETTE"
Llegamos al corazón del álbum. “Bachelorette” es épica sin un gramo de grasa. Pura fibra donde el minimalismo dispuesto hasta al momento cobra latitudes oceánicas, con un fogoso manto de cuerdas. Magia al cubo para representar la versión más melodramática de Björk. Como explicaba ella misma al respecto: “Como quería que la letra fuera tan épica, pedí a mi amigo, poeta, Sjón que la escribiera. Nos sentamos juntos en la mesa de la cocina y bebimos mucho vino tinto y le conté toda la historia durante horas y días, y él puso palabras a la historia”.

En cuanto a su traslación a la pantalla, “Bachelorette” cobra una nueva dimensión gracias al trabajo realizado por Michel Gondry, quien tras obras de arte del videoclip como “Human Behauviour” o “Army Of Me”, se vuelve a superar en esta pieza de expresionismo surrealista que llegó a ganar un premio de la MTV y fue nominado para los Grammys.

"
ALL NEON LIKE"
Para cerrar la primera cara, asistimos a lo más cerca que estaremos nunca de una versión de cómo debería sonar la materia pop en terreno alienígena, cuarenta años después de cómo se la imaginó el díscolo Joe Meek.

Todo en “All Neon Like” es una búsqueda geográfica de los efectos sonoros que reproducen el latido de la tierra y su atmósfera. Sci-fi pop que parece haber traducido la metodología musique concrethe en caligrafía dance pop en slow motion, y en la que el productor Mark Bell realiza un trabajo decididamente vanguardista, inspirada en el poema “Techno Prayer” que escribió la propia Björk en 1996.

"5 YEARS"
La fisicidad de “Homogenic” sube de graduación hasta el mismo resquebrajamiento de las placas tectónicas que conforman el esqueleto rítmico de una canción que bebe directamente de la influencia que Aphex Twin ha ejercido sobremanera en este LP y que también es fácil rastrear en los breakbetas de “Joga”, aunque también en “Bachelorette”, “Pluto” y “All Neon Like”. Desde el otro extremo de la canción, la inspiración de su letra proviene de la relación que Björk mantuvo con Tricky, aunque en 1997 ya estaba finiquitada.

"INMMATURE"
La siguiente parada en el camino nos lleva hasta una nueva reinterpretación 2.0 de lo que es una grabación totalmente imbuida en la búsqueda de la representación sonora de la naturaleza islandesa. Curiosamente, dicho objetivo contrasta con la ubicación surgida para dar cuerpo al álbum: El Cortijo, en Marbella, en una villa de España a la que fue a pasar un fin de semana, invitado por su batería Trevor Morais, pero donde finalmente acabó seis meses instalada en el estudio de grabación que tenía dicha casa, donde incluso tuvo un encuentro memorable con Raimundo Amador, con quien grabó un extra flamenco del álbum tan intenso como “So Broken”. Como bien recordaba la propia Björk de aquel momento: “Cancelé todo porque lo único que anhelaba era hacer música. Eso es lo que me interesaba en primer lugar, no ir a fiestas elegantes”.

"ALARM CALL"
Estamos ante otro de los singles extraídos del álbum, quizá la canción más convencional de todo el lote, si es que semejante adjetivo tiene sentido cuando hablamos de un espíritu libre como Björk. En esta deliciosa invitación a la pista de baile, todo emerge como la celebración psicodélica de una Islandia soleada, casi exótica, plagada de animales que, como el videoclip de la canción, son juguetones y viven felices en la fauna de una tierra idílica que recuerda más al Amazonas que a la cruda naturaleza de los fiordos.

Las fuerzas regeneradoras que fluyen en cada fotograma del videoclip son las mismas que nos invitan a pensar en el poder para cambiar las cosas del cual nos provee la música. Dicha mentalidad reside en las letras de la canción, pero también en el poder transmitido por la juguetona masa dance antártica diseñada para la ocasión.

"PLUTO
"
Después de transportarnos bajo las luces de neón, llegamos al momento raver del disco. “Pluto” es anfetamina onírica cortada a 140 B.P.M. Frenesí acelerado de moldes industriales, híper rugosos, para la cual Mark Bell provee de sus habilidades a la hora de hacer trucos de magia, tal como hacía en los indispensables LFO. Pero lo mejor de todo es que este corte es una especie de oda al poder renovador de Plutón, liturgia pagana nacida, nada menos, que de una jam celebrada en El Cortijo.

"ALL IS FULL OF LOVE"
En muchas ocasiones, resulta complicado disociar la imagen de un videoclip de la canción utilizada para el mismo. Esto sucede con la genialidad realizada por el realizador Chris Cunningham cuando le puso imágenes al trip-hop cósmico ideado por Björk para este corte. A pesar de ser uno de los temas más recordados de toda la discografía de la islandesa, para la confección de “Homogenic”, Björk prefirió tirar de la versión realizada por su querido Howie B., quien nos sumerge en una arcadia de voces aerostáticas y vientos ensoñadores, disolviéndose en la misma esencia de la canción con la que el tercer LP de la ex Sugarcubes llega a su fin. Uno con el que pone el broche de oro a uno de los hitos más recordados de los años noventa.

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