Tras haber sido la cuna de grandes artistas, el panorama del rock argentino parecía estar adormecido hace rato. Viniendo de décadas de fórmulas repetidas, pequeños asomos de incontables cantautores réplicas de Spinetta y bandas mestizas inspiradas en Manu Chao pareciera que, al fin, el sol está comenzando a asomarse hacia el horizonte. Da la impresión que lo que se estuvo gestando lentamente, cociéndose a fuego lento bajo la superficie, empieza a elevarse de su letargo. Y comienza a sugerirse en el panorama argentino una nueva personalidad, una nueva cosmovisión, y artistas con propuestas nuevas, frescas y originales. A lo mejor como resultado de una escena lastimada por una tragedia como la de Cromañón, surgen propuestas más inclinadas hacia lo acústico e introspectivo, sin dejar de ser interesantes sus exploraciones tímbricas y líricas.
Mi amigo invencible
Esta banda de seis integrantes de la provincia de Mendoza es una de las pocas de Argentina (y Latinoamérica en general) que apuesta por un concepto redondo y preciso. Cuidando la estética global, artes de tapa elaborados y discos conceptuales y completos. Sin perder ningún detalle de vista y siendo lo suficientemente flexibles como para adaptarse a los cambios con una mirada integradora, esta banda parece estar haciéndolo todo bien.
Después de editar el sexto disco de su corta carrera, "La danza de los principiantes" (15), Mi Amigo Invencible dejan claro que se animan a explorar lo que haga falta para encontrar su estilo y su voz. Este disco, que muestra un perfil más progresivo y experimental, no hace más que reafirmar la tendencia de la banda a madurar y crecer con cada álbum.
Los Espíritus
No se puede empezar a hablar de Los Espíritus sin nombrar a Maxi Prietto, personaje de lo más activo en el underground argentino. Tras sacar un único disco con Prietto viaja al cosmos con Mariano (una de las propuestas más interesantes del rock argentino de los últimos años) Prietto vuelve esta vez afianzándosecon otro proyecto. Los Espíritus sacaron su segundo disco "La gratitud" a fines del 2015. Con un perfil blusero y poético, este disco lleno de mística explora sonidos con actitud y sin miedo.
Grabar de manera totalmente independiente, sin dejar de lado la técnica y la calidad, parece haberle dado a Los Espíritus la cantidad precisa de libertad para concretar su estilo limpiamente sucio. Poetas urbanos, su música rítmica y terrenal contrasta armoniosamente con igual parte de misticismo y profundidad.
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