Quizás el primer pacto que firmó el flamenco con el rock, fue en el cruce de caminos donde se encontraron Sabicas y Joe Beck con Rock Encounter, álbum grabado en 1966 y publicado en 1970. Poco después, estrenada la década de los setenta, el cantaor y guitarrista Manuel Molina, hizo tándem con los también sevillanos Smash, convirtiéndose en pioneros patrios y, además, junto a grupos indispensables como Nuevos Tiempos y Gong, abriendo la puerta de todo el rock andaluz que estaba por venir y que abanderaron bandas como Triana, Alameda o Veneno, entre muchas otras.
Manuel dio junto a Lole un paso más personal en su propuesta, siendo clave y parte de la chispa que encendería el viaje revolucionario que quiso iniciar Camarón, y dando el pistoletazo de salida posterior a los Nuevos Flamencos, que comenzarían a fusionar sin temor las raíces. De Pata Negra, a Ketama o Ray Heredia.
Previamente, Camarón forjó su leyenda junto a Paco de Lucía, con el que grabó entre 1969 y 1977 nueve discos que ya contenían la pureza y la revolución interna que sólo los genios pueden crear y equilibrar, con la naturalidad de su propio respirar.
Otra figura hermana que ya andaba rompiendo moldes en una personalísima carrera, aunando también el respeto por la tradición y la innovación, fue Enrique Morente, abrazando y dándole voz a los poetas como nadie antes lo había hecho.
Con estos aires de libertad dentro y fuera del flamenco, en una sociedad efervescente con ganas de recuperar el tiempo perdido, Camarón llamó al productor Ricardo Pachón y paseando por La Atunara (La Línea de la Concepción), le dijo que había escuchado el disco de Lole y Manuel (que Pachón había producido), y que quería hacer algo diferente a todo lo anterior. Dicho y hecho. Camarón se corta la coleta “de La Isla” y desde la icónica foto de portada (Mario Pacheco), fumando y con barba a lo Rock Star, extiende los límites del flamenco y arriesga más que nadie, unificando todos los intentos anteriores de transgresión en diez temas que crean una novedosa imagen y una revolucionaria filosofía flamenca.
Rodeado de amigos y músicos de primer nivel, entrelazó con una creatividad arrolladora poemas de Lorca, el “Viejo mundo” de Omar Khayyám o el “Volando voy” de Veneno, dándoles vida propia con su voz y una nueva instrumentación que haría tambalearse al género. Entre palmas y zapateos, con Tomatito como nuevo compañero de batallas, más las indispensables seis cuerdas de Raimundo y el buen hacer de Kiko Veneno y Pachón, resuena el latido eléctrico del grupo Alameda, con una sorprendente batería, bajo y guitarra eléctrica, salpicado por la psicodelia de los teclados de los Marinelli y los ritmos brasileños y cubanos a las percusiones de Rubem Dantas y Tito Duarte, sin olvidar la flauta de Jorge Pardo o el sitar de Gualberto García en esa desgarradora “Nana del caballo grande” que cierra la obra.
Homenaje de Leyenda
“La leyenda del tiempo” (1979), llega flotando en el vaporcito del Puerto de Santa María, donde, bajo una producción propia del Monkey Weekend y en colaboración con la Fundación SGAE, dentro de una extensa programación durante los días 14, 15 y 16 de junio, se le rendirá un respetuoso e insólito homenaje, de la mano de artistas influenciados por “La leyenda” y que comparten esa misma pasión renovadora del arte. Hemos hablado con todos y nos han dado algunas pinceladas sobre su conexión con la obra y lo que significa Camarón para ellos:
Para Rocío Márquez “La leyenda del tiempo supuso un hito por ensanchar las posibilidades del cante y la música flamenca. En su época generó controversia, no fue entendido por todos y hoy sin embargo es un disco fundamental, unánimemente aclamado. Esto me lleva a pensar en nuestras contradicciones. Por ejemplo, cómo podemos canonizar este gran disco mientras no tomamos lo más precioso que tiene, su profunda invitación a la libertad creativa para seguir recorriendo el camino que abrió junto al ‘Despegando’ de Enrique Morente”.
Uno de los nombres claves del rock granadino y patrio de las últimas tres décadas, Antonio Arias, nos decía que “Camarón era el Rey Midas del Flamenco. Todo lo que tocaba o cantaba, lo convertía en oro”. Le encantó que en “La Leyenda del Tiempo” abarcara a Lorca. “En un niño ferino como era él, fue un paso muy importante”. Arias también nos desvela que el espíritu de La leyenda del tiempo y Camarón, estuvo sobrevolándolos mientras se fraguaba otra de las obras cumbres del flamenco-rock: “Estuvo muy presente durante las conversaciones de Omega… Enrique me hablaba mucho de él. Si como artista era enorme, como persona dejaba un recuerdo inmortal”.
“Estuvo muy presente durante las conversaciones de Omega… Enrique me hablaba mucho de él." Antonio Arias
Andrés Herrera “Pájaro”, que estará acompañado de su fiel escudero Raúl Fernández, nos contaba que lo escuchó por primera vez en la casa de su amigo Kiko Veneno, y que para él fue “una bendición, un álbum inimitable y lisérgico… Las guitarras, la locura de los Marinelli, los bajos, la percusión y las palmas del Soler nos narcotizaban… ¡Hasta los payos se rompían las camisas!”. Y además de ser una obra legendaria, también fue todo “un referente para ser músico de estudio. Es un auténtico máster, uno de los discos más didácticos que se han producido en este país”.
En el caso de Álvaro Romero la conexión con la obra va más allá: “La primera vez que escuché la Leyenda del tiempo de Camarón fue la primera vez que tuve sexo con un hombre y además estaba sonando “Homenaje a Lorca”, que es el tema del disco que me toca versionar. Muy fuerte todo. De alguna manera u otra, estamos conectados con las cosas que te van ocurriendo a lo largo del camino”. El cantaor gaditano nos reconocía que “la gran mayoría de cantaores de mi generación, tenemos influencias de Camarón de alguna manera u otra, queramos o no queramos reconocerlo. Por otro lado, es verdad que, a nivel creativo dentro del flamenco, me identifico más con Morente”.
"La primera vez que escuché la Leyenda del tiempo de Camarón fue la primera vez que tuve sexo con un hombre" Álvaro Romero
Para Soleá Morente es “un referente fundamental toda la obra de Camarón. La leyenda del tiempo es una propuesta que une vanguardia y tradición desde la emoción y la verdad en la voz de Camarón. Una puerta abierta a un nuevo mundo, una fuente de agua fresca que nunca se agotará”. Le preguntamos a Soleá que le contaba Enrique sobre Camarón: “Mi padre siempre se refería a él y le recordaba como cuando te refieres a alguien a quien quieres y admiras mucho. Intercambiaban cantes y radiocasetes. En casa tenemos un pequeño y precioso magnetofón que se lo cambio a mi padre por un equipo de música. Tengo un recuerdo cercano y tierno de Camarón, a parte de una admiración absoluta. Todo lo que cantaba Camarón lo convertía en oro. Por lo visto, no solo su voz si no también su corazón era de oro. Así me lo ha transmitido mi padre y es lo que siento cuando le escucho cantar”.
Charly Riverboy, cantante de The Milkyway Express, que presentará en el Puerto su proyecto paralelo Riverboy, comenta que: “De una manera u otra, Camarón siempre estuvo presente en casa por la parte de mi madre y su familia, que son muy aficionados al flamenco”. Para Charly La leyenda del tiempo es “un disco estandarte de la apertura, no sólo del flamenco a nuevas formas, también es un escaparate de osadía artística sin límites… Esos timbres tan fantasía nos aportan mucho y nos enseñan que, si mezclas una cosa con la otra, que sea por derecho, que esté todo de una pieza y creíble, aunque te lluevan palos por hacerlo, ya el tiempo dirá”. La primera vez que lo escuchó fue “en el instituto y fue un subidón, esos sonidos pop/rock metidos en un disco de Camarón y con músicos que teníamos tan cerca y que ya conocíamos de otras bandas míticas de aquí de Sevilla, Gualberto, Raimundo, Los Marinelli… Agua fresca”.
Lorena Álvarez nos decía que para ella es “una obra mágica” y Camarón una inspiración, “una persona que canta de corazón las penas de los hombres y las mujeres y que convierte con su cante a los desconocidos en hermanos”. Y aunque “a nivel musical no me ha influido especialmente, porque la música que hago no tiene mucho que ver con la de Camarón, a nivel espiritual y de manera de entender el arte, sí que me han inspirado mucho sus ideas, su manera de expresarse y de entregarse al arte a vida o muerte, y su seguridad en que el arte está por encima de todo, lo entienda el resto de la gente o no… Su manera de vislumbrar que hay épocas de la humanidad en las que la verdad está sobre la mesa y se respeta el arte que habla de esa verdad, y otros momentos en los que ese mensaje tiene que ir escondido porque los tiempos no van por ahí. Son ideas, tesoros que él nos dejó y que ahora para mí, valen más que nunca”.
Alonso Díaz (Napoleón Solo) recordaba que “De pequeño escuchaba alguna canción de este disco, cerraba los ojos y vivía en un pasado soñado”. Y hoy día, sigue encontrando en sus surcos “una música tan cargada de misterio, que siento que se me abren nuevas puertas que dan paso a otros mundos en la imaginación. Intento sumergirme en ellos y escuchar qué sonidos dan para traerlos al presente de vuelta, intentando imitar lo que creo que hacían Camarón y todos los artistas que participaron en esta obra”.
Santiago Gonzalo (Bronquio) se reconcilió con su entorno cultural cuando lo escuchó a los 14 años: “Estábamos empezando a montar bandas y escuchar mucho “rock alternativo”, grupos como Sonic Youth y Radiohead, cuando acompañé a un amigo a comprarse el cd de Camarón porque había oído mucho sobre él. Comenzó siendo un disco que escuchábamos y analizábamos en compañía, ya que era algo que siempre nos había rodeado a todos, pero nunca le habíamos prestado mucha atención”. Y aunque lo define como “el principio y el final del flamenco en mi vida a día de hoy”, cree que le une con la obra algo esencial,“el mismo tipo de pasión a la hora de manifestarnos”.
Miguel García, frontman del grupo a batir del momento, los explosivos Derby Motoreta's Burrito Kachimba, nos contó que Camarón, “al igual que Veneno, Smash o Triana, me ha influido en todo lo que he hecho. “La leyenda del tiempo” me sigue despertando esa sensación de que, alguien con un alma enorme le habla a Dios. Me emociona profundamente. Es una obra atemporal que perdurará siempre en la raza humana, como un río que llega al mar una y otra vez… Y las letras de Federico seguirán abriendo los ojos a toda la gente que quiera saborear la belleza”.
Estos artistas nos harán respirar, en un homenaje para el recuerdo, el espíritu libre de Camarón y el de todos los músicos que le acompañaron en “La leyenda del tiempo”, constatando que 40 años han pasado como un suspiro para una de las obras eternas de nuestra música.
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