Fasenuova
Pocos sitios hay mejores para convertirse en caldo de cultivo de una música como la de Fasenuova que las cuencas mineras asturianas. Y pocos como ellos han sabido reflejar la belleza de lo industrial y de lo postindustrial, el sonido de un modo de vida duro que se han obligado a ver sustituido por lo duro de no tener un modo de vida. De la mano de Discos Humeantes, y buenos responsables de que el sello esté hoy entre lo más interesante del panorama estatal, tiran de electrónica industrial y EBM, pero tampoco hacen ascos al punk de Suicide o a unos Cabaret Voltaire, y no se dejan atar por la melodía, pero han sido capaces de sacarse de la manga algunas memorables en los dos discos que los pusieron en el mapa, "A la quinta hoguera" (Discos Humeantes, 11) y "Salsa de cuervo" (Discos Humeantes, 13)